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NO HUBO REPRESION Y SE APROBO LA LEY
Alivio en la Rosada

El Gobierno celebró por partida doble: la tranquilidad en la Plaza Congreso y el voto del Senado. El objetivo oficialista es dar vuelta la página e imponer una nueva agenda de discusión.

Alberto Flamarique, ministro de Trabajo, ayer hizo su enésima recorrida por los pasillos del Congreso. El Gobierno asegura que los cambios introducidos por el Senado no modifican lo esencial de la ley.

Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Al borde de la euforia, los funcionarios de la Alianza aseguraban que el de ayer había sido un día de doble triunfo. Computaban, en primer lugar, el cuidadoso operativo de seguridad, que garantizó una movilización gremial pacífica, sin incidentes y sin la violencia de la semana pasada. Y, en segundo término, aseguraban que el okey del Senado a la ley de reforma laboral constituyó una victoria mayúscula para un gobierno que concentró casi la totalidad de su energía política en la intrincada pulseada con el gremialismo y el PJ. �El último mes lo dedicamos sólo a la reforma. Ahora tenemos que instalar una nueva agenda�, deslizó en la intimidad Carlos �Chacho� Alvarez. 
La semana pasada estuvo signada por el voto argentino contra Cuba y la por la feroz represión policial del miércoles, dos hechos que marcaron los peores días de un gobierno que había quedado demasiado cerca del menemismo. 
Por eso, la jornada de ayer cambió los ánimos del oficialismo. 
Después del mayor costo político de su gestión, Federico Storani supervisó cuidadosamente el operativo de seguridad de ayer. Siguió el dispositivo paso a paso, habló una docena de veces con Rubén Santos y otras tantas con De la Rúa. A las cinco de la tarde, luego de confirmar que la marcha sindical se desarrolló sin problemas, el ministro le informó el resultado final al Presidente.
Sin embargo, la conquista central fue legislativa. La reforma laboral es la iniciativa que más conflictos le generó al Gobierno, en buena parte vinculados a los vaivenes que experimentó la posición oficial desde que, hace ya dos meses, el Ejecutivo la giró al Congreso. El oficialismo comenzó enfrentándose a la CGT, más tarde modificó la actitud desafiante y se fotografió sonriente con un puñado de gremialistas. Después volvió a virar: retomó la confrontación y difundió un spot en el que mostraba a unos sindicalistas de aspecto temible. La semana pasada, la Alianza pagó el mayor costo político con la brutal represión que, además, impidió la sesión del Senado. 
�La reforma se había transformado en una pulseada política entre el sindicalismo y un sector del PJ, y el Gobierno. Y ayer la ganamos�, explicó a Página/12 una alta fuente de la Casa Rosada. Con el okey del Senado, el Gobierno no sólo disipó el fantasma alfonsinista de un sindicalismo fuerte y condicionante. También anuló �por lo menos temporariamente� el principal terror delarruista: el de un Senado dominado por el PJ, paralizador de las iniciativas oficiales.
Claro que, con la ley casi lista, en la Alianza comenzaron a mirar hacia adelante. En el Gobierno aseguraban que la actitud vacilante de algunos senadores radicales �entre ellos el presidente del bloque, Raúl Galván� complicó las negociaciones con el PJ. �Hay que fortalecer la interlocución con el peronismo. Lo que pasa es que los senadores radicales fueron opositores tantos años que todavía no se acostumbraron a actuar como oficialismo�, aseguraba un funcionario en la Casa Rosada. 
Hay también otras perspectivas. Consciente de que la reforma genera resistencias en buena parte de la población, Carlos �Chacho� Alvarez aseguraba ayer que el Gobierno deberá de ahora en más cambiar la agenda en busca de iniciativas más fascinantes. Como ejemplos mencionó la reforma del Estado y los planes sociales. 
Alvarez no es el único que piensa de esta manera. Ayer, a las cinco de la tarde, cuando la marcha ya había concluido y el Senado trataba la ley, Storani recibió en su despacho a De la Rúa. Luego de la felicitación del Presidente, el ministro trazó un panorama a futuro. �La sanción de la reforma y el triunfo en la Capital van a cambiar el aire. Tenemos que aprovechar que los índices económicos están registrando algunas mejoras para plantear políticas más activas, que apunten a la redistribución y que ayuden a diferenciarnos del menemismo�, recomendó el ministro.


Storani:.
�Un éxito�

�¿Cuál es su evaluación del operativo de seguridad? �le preguntó Página/12 a Federico Storani.
�Un éxito. No hubo un solo incidente. 
�¿Cómo se siente después de la brutal represión de la semana pasada?
�Nosotros reaccionamos como corresponde después de los episodios del miércoles. Pero siempre hay factores imposibles de controlar, por lo que diseñamos el operativo con mucho cuidado. Todo funcionó bien. La verdad es que estoy muy aliviado.
�¿Cuál es su evaluación del acto sindical?
�Creo que estuvo muy por debajo de las expectativas de los organizadores, que por la pulseada política que implicó la ley esperaban una concurrencia muy superior a las diez mil personas que nosotros estimamos. 
�¿Cuál es el futuro de Hugo Moyano?
�Si hubiera tenido más amplitud, si hubiera aceptado consensuar y si hubiera sido menos confrontativo, quizás hubiera podido constituirse en un líder dentro del PJ. Pero creo que ha quedado muy aislado, porque los senadores y la mayor parte del peronismo respaldaron la ley. 
�¿Qué opina de la convocatoria al paro que realizó ayer en el acto?
�Demuestra que Moyano se equivocó y se sigue equivocando. Se opone a una ley que crea las condiciones para el empleo estable y que, con la descentralización de los convenios colectivos, favorece la renovación de la dirigencia sindical. 

Flamarique:.
�Empleo estable�

�¿La ley sirve para crear empleo o sólo es una señal para los mercados? �le preguntó este diario a un eufórico Alberto Flamarique.
�La reforma promociona el empleo estable. A partir de esta ley, va a ser más barato tomar a un empleado de manera estable que en forma transitoria. Abandona la cultura de los contratos basura, contribuye a la renovación de la dirigencia gremial y fomenta el empleo de los jefes de familia desocupados.
�¿Por qué aceptó incluir la cláusula para que no se bajen los salarios?
�El Gobierno quería dejar claro que la intención no era bajar los sueldos sino fomentar el empleo. 
�¿Por qué hubo tantas idas y vueltas en la negociación?
�En primer lugar porque el Presidente pidió expresamente que la ley saliera con el mayor consenso posible. Queríamos escuchar todas las opiniones. Pero además porque es una ley fundamental, que marca un quiebre en la legislación laboral argentina.
�¿Cómo evalúa la marcha de la CGT rebelde?
�Fue un fracaso. (Hugo) Moyano demostró que no sabe dialogar y que no tiene ideas. Buscó la confrontación para alimentar su propia carrera política, pero se quedó solo.
�¿Y el paro del próximo 5 de mayo?
�La mayor parte del PJ aceptó dialogar, buscar un camino común y descartó la confrontación. No creo que la medida vaya a tener éxito.

 

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