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Bolivia no pudo aprovechar los 3600 metros de La Paz y apenas empató 1-1 con Colombia en un accidentado partido que estuvo suspendido durante diez minutos por agresión al juez de línea Manuel Neyra, pero que incomprensiblemente el árbitro José Aranda decidió continuar (ver aparte). Erwin Sánchez, luego expulsado, de tiro libre, y Jairo Castillo marcaron los goles, mientras que Mario Yepes también vio la tarjeta roja. Bolivia presionó durante los primeros minutos, pero fracasó en la elaboración de las jugadas de ataque, a pesar de los buenos intentos de Platini Sánchez, el jugador que más inquietó con sus remates desde lejos y que protagonizó un espectacular duelo con Oscar Córdoba. De esa manera, Bolivia consiguió la ventaja con un preciso tiro libre de Sánchez, que el arquero de Boca no pudo controlar. Colombia abandonó su actitud especulativa y se adelantó en el terreno. Así dispuso de varias ocasiones para empatar, aunque el árbitro Aranda anuló de manera equivocada un gol de Jairo Castillo por posición adelantada. Sin embargo, el delantero del América tuvo su revancha cuando aprovechó una desinteligencia entre Sandy y el arquero Fernández. En el complemento, Bolivia intentó con mayor vocación ofensiva, pero en todos las ocasiones murió en la seguridad de Córdoba. Hasta que apareció la violencia, y Aranda miró para otro lado.
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