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UN ABOGADO SE TIROTEO CON LADRONES: SU NENA DE 4 años RECIBIO UNA BALA 
Un ataque que fue la peor defensa

Rodolfo Noriega vio por la ventana que dos ladrones intentaban robar el auto donde estaban sus hijas y salió con un arma. En el tiroteo la nena de 4 años recibió un tiro en la cabeza y su estado es gravísimo. Aún falta determinar si la bala fue disparada por los ladrones o por su propio padre.

El auto de la familia Noriega fue quemado por los ladrones antes de abandonarlo en una villa.

Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) �Mis hijas, mis hijas, devuélvanme a mis hijas�, gritó la mujer. La voz sucedió a una seguidilla de disparos, un enfrentamiento a balazos entre los dos delincuentes que robaban un auto con dos niñas adentro, y el padre de las chicas, un abogado de 38 años. El escenario fue un barrio residencial de San Miguel donde, otra vez, la defensa armada contra un robo fue peor remedio que el robo mismo: una de las nenas, de 4 años, recibió un tiro en la cabeza y su estado es gravísimo. Los ladrones escaparon con el auto y con las dos niñas a bordo, pero las abandonaron a los 50 metros al advertir que una de ellas estaba herida. Después, incendiaron el vehículo para borrar toda huella. Los peritos intentan determinar si la bala que hirió a la niña fue disparada por los ladrones o por su propio padre. Hoy, el fiscal Mario Marini le tomará declaración a una testigo clave, la madre de las nenas, para después decidir la situación de su esposo.
El drama comenzó alrededor de las 7.30, cuando María de las Nieves Fiandrino salía de su casa, en la calle Zapiola al 2500, con su Ford K. Llevaba a sus hijas de 4 y 3 años al jardín, cuando fue atacada por dos hombres que, a punta de pistola, querían robarle el auto.
La familia vive en una bonita casa de dos plantas, de ladrillo a la vista y techo de zinc, hecha a pulmón �por lo que se ve, porque aún no está terminada�, sobre un terreno de 20 metros de ancho. Una pequeña pileta de fibra de vidrio, un tobogán y dos árboles frondosos completan el paisaje de la vivienda, sobre una calle de tierra, en un barrio de casaquintas. La casa desentona porque no está protegida por rejas, como la mayoría en esa zona, sino por un alambre tejido prolijamente colocado entre pilares de ladrillo. El portón, más precario, es también de alambre pero con marco de madera.
Ese portón era el que iba a cerrar ayer, a las 7.30, la señora María de las Nieves, con el auto ya sobre la vereda de tierra y pasto, y las nenas adentro, cuando aparecieron los delincuentes. Su esposo, el abogado Rodolfo Noriega, advirtió desde la planta alta de la casa que algo ocurría. Empuñó su pistola Browning calibre 9 milímetros �que tiene registrada con permiso de tenencia y portación� y salió al parque. Desde allí, entre la puerta de entrada y la pequeña pileta de plástico azul, habría partido su primer disparo: allí encontraron los peritos una vaina servida de su pistola. 
No se sabe aún si ese disparo fue el primero de todos o una respuesta a los tiros de los delincuentes. La vecina Isabel de Mercado dijo a Página/12 que escuchó diez disparos, y su versión coincide con otros testimonios. 
Una versión recogida por la policía sostiene que los ladrones ya estaban dentro del auto cuando se produjo el tiroteo. La mujer y las nenas quedaron en medio de la línea de fuego. La balacera duró apenas unos segundos, hasta que los ladrones, ya a bordo del vehículo, emprendieron la fuga. Entonces, dicen los testigos, no se escuchó ningún otro disparo. Sólo el alarido de la madre, que salió corriendo hacia la esquina, gritando: �Mis hijas, devuélvanme a mis hijas�.
Al doblar, los ladrones se detuvieron y dejaron a las nenas tiradas en el pasto. La más grande tenía una herida de bala en la cabeza y la más chiquita lloraba aterrada. La mujer llegó corriendo y, atrás, su marido, en pijama, ya sin la pistola, que había dejado tirada en el parque de la casa. 
El hombre tomó a la chiquita herida en brazos y corrió, pidiendo a los gritos una ambulancia. En la esquina quedaron tirados un guardapolvos y un par de botitas de lluvia. Varios vecinos, alborotados, ya se habían asomado a la calle. Un remisero que pasó por el lugar, más que oportuno, llevó a la familia al hospital Larcade, de San Miguel. Pero el caso era tan grave que los médicos dispusieron su traslado al Posadas, de Haedo. No se sabía hasta anoche de dónde provino la bala que hirió a la nena. Sí se supo que el proyectil entró por la parte posterior del cráneo y salió por la frente. La herida le produjo pérdida de masa encefálica. Fue operada, pero su estado es muy grave.
El plomo que le provocó la herida no pudo ser encontrado. Los peritos de la policía científica sólo hallaron cuatro cápsulas de la Browning del abogado. Ninguno de los proyectiles presuntamente disparados por los asaltantes fue hallado por los investigadores. Sí se detectaron unas marcas compatibles con impactos de bala en el frente de la casa, a unos tres metros de altura, pero no aparecieron rastros de plomo. 
Una hipótesis que maneja la policía sostiene que el disparo que hirió a la nena fue hecho desde adentro del auto, por uno de los ladrones, que rompió a balazos la luneta trasera del vehículo, posiblemente empañada. Para esa afirmación se basan en el reguero de vidrios astillados que quedó sobre la vereda. En esa hipótesis, la nena habría estado de rodillas en el asiento trasero, mirando hacia la casa. Efectivos de investigaciones llegaron ayer a la casa con un planito trazado a mano alzada por el papá de la nena, mientras esperaba el resultado de la operación. Allí describía su ángulo de tiro que, según dijo, no fue contra el auto. En la fiscalía, en cambio, son más cautos. Sostienen que el padre de las nenas disparó hacia el auto sin saber que sus hijas estaban adentro.
El auto �abandonado en la villa El papelito, de José C. Paz, completamente incendiado� aporta poco: ya no le quedan vidrios para periciar. Los peritos encontraron, sin embargo, un impacto en la parte trasera, que podría ser de un proyectil. 
Si se comprueba que la bala fatídica fue disparada por el padre, el hombre podría ser acusado de un delito culposo �cometido sin intención, en una acto de negligencia� por lo que no iría preso. Aunque para los Noriega �y para la sociedad�, ese punto ya no tiene demasiada importancia.


Cómo obtener un arma

Con sólo 150 pesos se puede comprar un arma en una armería autorizada. 
Para conseguir el permiso del ReNar hace falta un certificado de salud psicofísica, otro de ideoneidad en el manejo de armas aprobado por un instructor de tiro y uno de inexistencia de antecedentes penales. 
Las cifras que otorgó el organismo oficial a este diario confirman que cada diez minutos se vende un arma en alguna de las 868 armerías habilitadas en todo el país. El monto asciende a 150 por día. Todo esto sin calcular el diverso y amplio caudal de armas que circulan en negro, que es imposible de contabilizar. Sólo un cuatro por ciento de las armas utilizadas en delitos está inscripto, lo cual representa un número ínfimo. Muchas de las armas en poder de los delincuentes tienen su numeración limada, lo que las hace imposibles de identificar y además, como la vida útil de ciertas armas de fuego puede alcanzar el siglo, muchas que son utilizadas en ilícitos tienen una antigüedad que supera la fecha de creación del Registro Nacional (1973), por lo tanto, su existencia no consta en acta alguna.
Según los números oficiales, el 2,5 por ciento de la población argentina mayor de 20 años está armada. Un 85 por ciento de los 578.462 usuarios legítimos de pistolas y revólveres son varones, reservando para las mujeres un 15 por ciento.
Hace 7 años, había 400 mil armas registradas en la Argentina. En 1999 fueron 1.938.462, cinco veces mas. Casi 600 mil armas pasaron a manos de argentinos en el transcurso del año 1999; para lo que va del 2000 el ReNar aún no elabora estadísticas oficiales.

El arma que se vuelve contra la víctima

La intención original es tener un arma en casa para defenderse llegado el caso. Pero cada vez es más larga la lista de los casos en los que �por impericia o confusión� ese revólver termina provocando una tragedia en la propia familia.
  Uno de los antecedentes más notorios es el de la familia Ricciardi, ocurrido en 1997. El día que cumplía sus 15 años, José Luis Ricciardi murió de un balazo en la cabeza cuando la pareja de su abuela Cristina de la Arena, el coronel retirado Norberto González, le disparó al confundirlo con un ladrón. La tragedia ocurrió en Punta del Este, donde la familia se encontraba veraneando.
  El 27 de marzo de 1998, Luis Angel Corbetto creyó ser víctima de un robo en su casa de Quilmes. Disparó hacia el garaje, desde donde partieron los ruidos que oía. Segundos después cayó en la cuenta de que había matado a su hijo.
  Ariel Gauto mató a su padre al confundirlo con un ladrón el 1º de mayo de 1999 en su casa del barrio Urquiza, en José C. Paz. �Me pegaste a mí�, dijo antes de morir Pablo Gauto a su hijo.
  Carlos Castro mató a su madre, Olga Victoria Pérez, de un balazo, porque creyó que era un ladrón que merodeaba su casa de Cañuelas. La familia había sido asaltada de forma muy violenta siete años atrás, y desde entonces Carlos Castro había comprado una pistola Bersa calibre 22 para proteger a su familia. Carlos disparó en la oscuridad.
  El 28 de marzo pasado, una adolescente volvió a su casa del colegio y una vez adentro pretendió hacerles una broma a sus padres: hizo ruido como si de ladrones se tratara. El padre de la chica lo creyó. Sacó su arma y le disparó. El caso ocurrió en Florencio Varela y la chica resultó herida.
  Unos días después, e 4 de abril, un comerciante y su hijo volvían en auto a su casa en San Justo. Lepiane padre se bajó del auto para abrir el portón del garaje y su hijo se quedó esperándolo cuando tres ladrones lo rodearon y lo amenazaron de muerte. Marcelo Lepiane escuchó que algo extraño ocurría, tomó una escopeta de caño recortado pero los ladrones se movieron más rápido y lo mataron.

Problema de desconfianza

La desconfianza en la policía es algo difícil de combatir por medio de declaraciones. El que ayer lo intentó fue el vicegobernador Felipe Solá, quien reclamó que ante un caso de secuestro se debe efectuar la denuncia correspondiente. En declaraciones a los medios, Solá instó a la población a confiar en la policía ante episodios como el ocurrido en un barrio privado de Pilar, en el que una mujer y su hijo estuvieron cautivos durante más de 30 horas sin que sus familiares avisaran a las autoridades y sólo fueron liberados cuando se pagó el rescate. 
El funcionario bonaerense pidió que �la gente dé la información a la policía, porque si no, se crea una situación de impunidad para los secuestradores�. Sin embargo, el empresario Juan Luis Posse Molina, luego de ser asaltado una vez por año desde 1997 y realizar la denuncia sin obtener resultados, se decidió a actuar solo. Deliberó durante horas con sus amigos y familiares y se encaminó sin ningún acompañante a colocar los 150 mil pesos exigidos como rescate en un descampado en el que había un auto quemado. Dejó la plata y volvió a su casa tan sólo como había llegado.
Tras obtener el botín, los ladrones liberaron a los rehenes cerca de su casa, sanos y salvos. Recién ahí, cuando Posse Molina tuvo en sus brazos a su mujer y su hijo, pensó en hacer la denuncia. Según Solá, si la familia hubiera denunciado el caso antes, la policía �ya los tendría presos�.

 

UNA PROTESTA EN EE.UU. PARA PEDIR CONTROL DE ARMAS
La marcha del millón de madres

Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York

En un acto sin precedentes en la historia estadounidense, cientos de miles de mamás marcharán el Día de la Madre, que en este país se celebra en mayo, en Washington y en otras ciudades norteamericanas para protestar contra la inoperancia de los líderes políticos que no promulgan leyes más expeditivas para el control de armas. Uno de los objetivos primordiales de la marcha es avergonzar públicamente al Congreso, dominado por los republicanos, por su renuencia a endurecer las leyes de control. �En seis semanas dimos a luz la Marcha del Millón de Madres e igual que en un embarazo, vamos creciendo y creciendo cada día�, dijo recientemente en una conferencia de prensa Donna Dees-Thomases, una madre de Nueva Jersey que concibió la idea de este acto multitudinario.
Las organizadoras esperan que unas 100.000 madres se reunirán el 14 de mayo en la capital política del país y estiman que ese mismo día cientos de miles de madres más participarán en otras 20 ciudades. �Con esta marcha le estamos enviando un aviso al Congreso de que su inacción nos ha saturado. Ha llegado el momento de poner el acelerador en las camionetas e ir a Washington DC para exigir que el Congreso nos escuche a nosotras, las madres�.
Reiterados episodios de violencia en las escuelas y asesinatos que parecen absurdos entre niños muy pequeños fueron desencadenantes de un estado de ansiedad nacional que obligó a los legisladores a intentar poner más límites al acceso a las armas que tienen los ciudadanos. 
Entre las medidas de control que se exigirán en la marcha, figuran la investigación de antecedentes de los dueños de armas, el registro nacional de revólveres, estándares de seguridad para las armas, tecnología que impida que los chicos puedan disparar los diversos arsenales que, especialmente en algunos estados con una fuerte �cultura armamentística�, encuentran en sus propias casas o en las de los vecinos. El año pasado, el Congreso no aprobó un proyecto que hubiese requerido la implementación de esta tecnología y la investigación de antecedentes de los compradores de armas.
La mayoría republicana del Congreso recibe el apoyo de la poderosa National Rifle Association, que defiende los intereses de los fabricantes de armas ligeras con colosales aportes económicos a las campañas políticas. Pero en este año electoral, la marcha de las madres, cuyos votos buscan ambos partidos, puede imponer una presión inesperada.
Arthur Busch, el fiscal del caso de una nena de seis años asesinada por un compañerito, dijo que se unirá a la marcha. �Las madres serán una fuerza poderosa para lograr que el Congreso les dé a nuestros hijos el mejor regalo: el derecho de vivir sin violencia, sin miedo a que haya un arma en sus salones de clases�.

 

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