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Por Claudio Scaletta  Las disputas comerciales por las patentes de los laboratorios medicinales no cejan. Mientras el gobierno de Estados Unidos dispuso efectivizar sus amenazas y anunció el inicio de gestiones contra Argentina y Brasil ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), desde el Ministerio de Economía restaron trascendencia al alcance de la demanda. El argumento de Washington es conocido: estos dos países �no protegen la propiedad intelectual� de los laboratorios estadounidenses.Pero junto al entrecruzamiento de razones de defensa de la industria nacional y de respeto a la propiedad intelectual, se entreteje una trama más concreta: el control de un mercado que mueve entre 4 y 5 mil millones de dólares por año. Frente a estas cifras, ninguno de los bandos en pugna parece dispuesto a perder terreno. Charlene Barshefsky, representante de Comercio de Estados Unidos no ocultó sus intenciones. �Estos casos dejan en claro que estamos resueltos a tomar acciones vigorosas contra las prácticas de gobiernos extranjeros que están en conflicto con las obligaciones internacionales�, concretó la funcionaria. En tanto, en declaraciones a Página/12, la secretaria de Industria, Débora Giorgi, restó gravedad al planteo norteamericano al considerar que no se trata de la convocatoria a un panel de la OMC, sino de una �ampliación de consulta� por algunos tópicos puntuales, entre ellos los relativos a la �patentabilidad de procesos y microorganismos� y el pedido de �medidas cautelares�, que impidan a un tercero explotar patentes en discusión mientras duren las negociaciones. Sin embargo, Estados Unidos calificó a estas cuestiones como �deficiencias significativas en el régimen de patentes�. Para Giorgi, �lo que ahora debe hacer nuestro país es responder técnicamente a estos requerimientos sobre la base de nuestra legislación�, para demostrar que no es contraria a TRIPs (los acuerdos que regulan internacionalmente los derechos de la propiedad intelectual), concluyó. El pedido estadounidense surge del acta de comercio 301, a partir de la que, todos los años y en un informe que se entrega al Congreso, se clasifica a los países en cuatro categorías según su grado de respeto de la propiedad intelectual. En este ranking Argentina se encuentra en el grupo de naciones que menos acatan las patentes de terceros. La lucha por la sanción de una ley de patentes se inició hace más de una década y enfrentó a dos fuertes lobbies: el de los laboratorios nacionales contra la embajada de Estados Unidos como principal vocera de las farmacéuticas extranjeras. En tanto, los laboratorios locales se refugiaron en el argumento de la defensa de la industria nacional, amén de seguir vendiendo a precios que parecieran incluir el costo de investigación y desarrollo de los productos. Los extranjeros reclamaron el reconocimiento de la inversión realizada por estos conceptos. Sin embargo, aunque la ley ya fue aprobada, las aguas se encresparon por la demanda de los laboratorios nacionales para introducir una cláusula que permita fabricar localmente los productos que los extranjeros, dueños de las patentes, no produzcan en el país. El más reciente encontronazo entre los bandos en pugna se registró en la última visita del secretario de Comercio estadounidense, William Daley, quien sin mayores reparos calificó de �piratas� a los laboratorios nacionales. Brasil también será objeto de consultas ante el organismo internacional con sede en Ginebra. Aunque el conflicto son también los derechos de propiedad intelectual �en el vecino país ya rige una cláusula de producción local�, también se agregan diferencias en el sector de textiles por el establecimiento de precios de referencia. Aunque las gestiones ante la OMC se realizarán contra los dos socios mayores del Mercosur, Washington también puso �en observación� a otros países de América latina y la Unión Europea.
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