Por Mariana Carbajal
El aluvión de pedidos sorprendió al ginecólogo del hospital de Villa Regina, una pequeña localidad frutihortícola del Alto Valle de Río Negro. Luego de abrir un registro, en apenas un mes, setenta mujeres �de bajos recursos y con varios hijos� se acercaron para solicitar que se les practicara una ligadura de trompas de Falopio, en un intento por asegurarse que no volverán a quedar embarazadas. El hecho movilizó al Concejo Deliberante local a aprobar una declaración por la cual reclaman al Congreso de la Nación que modifique en forma �urgente� la legislación, para permitir que la operación que produce la infertilidad femenina pueda ser realizada en los hospitales públicos sin mediar autorización judicial. �Las convenciones internacionales, con rango constitucional, garantizan el derecho de la mujer a decidir libremente el número de hijos y el intervalo entre ellos. No nos deben seguir considerando como elementos de reproducción�, argumentó la edil Silvia Azanza, impulsora de la iniciativa. En Buenos Aires, en tanto, el tema será debatido por un comité de expertos en salud reproductiva y bioética, convocados por la Defensoría del Pueblo y la secretaría de Salud porteña (ver aparte).
En realidad, el gran mentor del proyecto fue el médico Mario Mas, que recibió el casi centenar de pedidos de ligadura de trompas. �No se trata de una campaña indiscriminada para realizar la operación, sino de facilitarla en los casos en que haya una precisa indicación médica, sobre la base del derecho de las personas a la autodeterminación�, destacó Mas, en diálogo con Página/12. Mas es titular del servicio de Tocoginecología del Hospital Area Programática de Villa Regina, un localidad de 33.000 habitantes, ubicada 500 kilómetros al norte de Bariloche y dedicada a la producción de manzanas y peras.
Mas abrió, en marzo, un registro para que se inscribieran aquellas mujeres que quisieran someterse a una ligadura de trompas. En 30 días, la interesadas sumaron setenta. �Son mujeres de 30 a 35 años, de bajos recursos, y con 3 o 4 hijos, que no quieren volver a quedar embarazadas y han fracasado con otros métodos anticonceptivos�, describió el médico.
El tema es polémico. En realidad, �no hay ninguna ley que exija un permiso de un juez si existe una indicación médica para la ligadura de trompas�, explicó la ombudsman porteña, Alicia Oliveira, quien a principios de marzo exhortó al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a dictar normas para que no se exija en los hospitales públicos el permiso de un magistrado para acceder a la operación, como informó oportunamente este diario. Pero muchos especialistas interpretan que como la ley 17.132 �que rige el ejercicio de la medicina� prohíbe practicar intervenciones que �provoquen la esterilización�, es imprescindible la autorización judicial. Sin embargo, la mayoría de los magistrados considera que no es necesaria dicha autorización, razón por la cual no la expiden. Se llega así a la siguiente situación: los médicos de los hospitales públicos esperan una orden de un tribunal que nunca llega y la operación solicitada por una mujer, cuya vida corre riesgo con un nuevo embarazo, no se practica. En cambio, la operación se lleva adelante sin restricciones en el sector privado.
�El requisito de la autorización judicial sólo pone en peligro la salud de las pacientes y entorpece innecesariamente el proceso cuyo fin es la intervención quirúrgica. Esta situación se ve agravada por las dificultades que deben enfrentar las mujeres para el ejercicio del derecho de acceso a la justicia�, dijo a Página/12 el ginecólogo de Villa Regina.
Ante este cuadro y con la avalancha de pedidos de ligadura de trompas en su consultorio, el especialista reclamó al defensor del Pueblo de la provincia de Río Negro, Juan Kugler, que arbitrara los medios necesarios para que se elimine la exigencia de la autorización judicial. El médico hizo una extensa fundamentación de su reclamo. Entre otros aspectos, recordó las actuaciones de la ombudsman porteña. Hizo especial hincapié en que la operación de ligadura de trompas, en la actualidad, no esequivalente a un procedimiento de esterilización, debido a que diversas técnicas consiguen que sea reversible. Además, recordó que la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer �con jerarquía constitucional� consagra en su artículo 12º que los estados deben �adoptar las medidas para eliminar la discriminación en el acceso a los servicios de atención médica, inclusive a los que se refieren a la planificación familiar�.
La inquietud de Mas fue tomada por la concejal de la Alianza Silvia Azanza. Por siete votos contra tres (dos de la Alianza y uno del PJ), el cuerpo legislativo de Villa Regina aprobó una declaración por la cual pide al Congreso nacional que modifique en forma �urgente� la ley 17.132, para que quede claro que no es necesaria la autorización judicial.
Especialistas en debate
Un comité de especialistas analizará cuestiones médicas y bioéticas vinculadas a la ligadura de trompas de Falopio, en unas jornadas organizadas por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y la Secretaría de Salud local. Entre los invitados a participar del comité figuran el prestigioso ginecólogo Roberto Nicholson; la presidenta de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, Nelly Minyersky; Augusto Contrera Ortiz, titular de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires; Diana Galimberti, presidenta de la Asociación Argentina por la Salud Sexual y Reproductiva; y Carmen Argibay, titular de la Asociación de Mujeres Juezas. |
Cómo es la intervención
�La ligadura de trompas no es un método de esterilización sino de infertilización femenina�, diferenció el médico Mario Mas, del hospital de Villa Regina. Si bien consiste en un método que evita embarazos, no está equiparado al resto de los anticonceptivos conocidos. �Se realiza previa prescripción médica y con fines terapéuticos, en casos en los cuales un nuevo embarazo �con alto grado de probabilidad de producirse, ya sea debido al contexto social en el cual se llevan a cabo las relaciones sexuales de la paciente y/o fracaso de anteriores métodos anticonceptivos- pondría en serio peligro la salud de la mujer y de sus hijos�, explicó.
Al ligar la trompas se impide que los óvulos y los espermatozoides se encuentren. Existen tres formas de realizar la operación. Una es �atar� los extremos de cada trompa. Con una microcirugía se pueden �desatar� y así restablecer su función en un 65 por ciento. Otra opción es colocar, mediante una laparoscopia, unos clips que producen la obstrucción tubaria. La tercera alternativa es quemar y cortar las trompas. Ambos procedimientos pueden revertirse. |
|