Por Alejandra Dandan
El es licenciado en Economía y, a pesar del dato, está incluido en esa molesta categoría de estafados. José de Paul vive en Almirante Brown, en un chalet comprado como parte de un country. Hace seis meses supo que ese barrio cerrado nunca fue habilitado y por lo tanto, tampoco lo fueron sus calles, la plaza y la reja perimetral que lo distancia de uno de los enclaves de villas miseria más grandes de la zona sur. Peor aún: en esa zona ni siquiera están permitidos los barrios privados. Con De Paul fueron arrastradas en la estafa las otras 70 familias del barrio. Las casas, por las que pagaron entre 50 mil y 120 mil pesos, sin esa habilitación cuestan la mitad. La mayoría de los propietarios son profesiones liberales poco habituados a reclamos callejeros. Pero hartos, y algo asustados por la apertura inminente del barrio �hasta ahora rodeado por un alambrado�, colgaron pancartas en los chalets y decidieron encarar su protesta vía Internet: www geocities.com/estafa_losrobles es el sitio elegido por los �compradores de viviendas estafados�. He aquí la historia o el modo de saber cómo estudiar las promesas de barrios cerrados.
La historia del country Los Robles comenzó hace cuatro años. De Paul fue uno de los primeros que conoció las cuatro manzanas publicitadas por la empresa Los Robles SA. Era un complejo a unos 25 kilómetros de la Capital que tendría, le dijeron, plaza, calles con farolas y un campo de recreación al que definían como house. El barrio proyectado con 201 casitas alemanas, quedaría rodeado por una reja perimetral.
De Paul puso su lupa en el asunto. El precio era bueno y con un crédito podría dejar el alquiler de Caballito, de 900 pesos al mes más expensas. La lógica determinada por costos convenció también a Laura Roldán ese día que, en plan de revisar los diarios, dio con Los Robles. �Cuando vinimos no me bajé del auto porque le decía a mi marido que no me gustaba el entorno�, dice. Odontóloga, emigrada de los caserones altos de Temperley, la mujer había quedado asustada: el barrio estaba cercado por un poblado levantado en chapas sobre calles de tierra. Aquel día Laura esperó un rato en el auto �como Claudio no volvía, me bajé y supe que iba a ser un barrio cerrado con una plaza de uso exclusivo. Me gustó porque los chicos iban a poder andar en bici seguros y en la zona sur no hay un complejo así�.
Ese proyecto de barrio cerrado y plaza ahora se diluye. Acaso por eso cada uno de los habitantes de este frágil pedazo de urbe, muy blanca, no cesa de citar el proyecto original como manera de reforzarlo, tal vez de seguir creyendo.
Hace unos meses Los Robles empezó a quebrarse. Miguel Cía, docente de filosofía, notó los primeros indicios. No sacó crédito para su casa porque la pagaría al contado. �Consulté abogados amigos �explica� y me dijeron que si ya había gente con escrituras, no había problemas.� Entonces depositó 46 mil pesos en el banco Galicia para la cuenta de Los Robles SA. A los veinte días, le prometieron, tendría la escritura. Pasaron los meses pero la escritura no apareció. En cambio, desapareció la Constructora. Obvio, con los 46 mil más los siete mil pagados hasta ese momento.
En tanto, en el barrio se distribuía el detalle de expensas. Entre los ítem se había incorporado el pago por el mantenimiento de la plaza aún inexistente. Y una serie de servicios que, con dos manzanas en obra, no recibían.
Un sondeo rápido en la Municipalidad de Almirante Brown funcionó como detonante: los vecinos descubrieron que no había planos habilitados para el barrio. �No sólo no estaba registrado como barrio cerrado en la Municipalidad sino que este partido no admite estos proyectos�, explica José de Paul. En la visita Cristina Balduzzi ensayó su perfil de docente batalladora: reclamó placita, calles y, siempre importante, el cerco protector.
�Señora �le contestaron�, si quiere la plaza cómprela y también las calles. Tomás Schafer es el hombre que aparece como titular de la empresa a cargo de la construcción del barrio. La firma es responsable de las irregularidades en planos y habilitación. Algunas de las casas fueron vendidas dos veces y en casos como en el de Cía no le entregaron los documentos de propiedad.
Y encima sin la seguridad de un barrio privado, el precio de las casas baja abruptamente. �En mi caso �dice José de Paul�, me vendieron la casa por 120 mil pesos y si le sacan el cerco no vale ni 45.�
Por estos días, en el frente de un chalet de Los Robles alguien se animó a colgar una gran sábana pintada: �Dueño estafado�, dicen las letras de aerosol. Las leyendas se repiten en varias de estas casas tan blancas como provocadora es su presencia entre la barriada pobre.
Aún hay un cerco de obra que se irá apenas se termine la última manzana. Desde el sitio web �Los compradores de viviendas estafados� siguen la pelea: han asentado denuncias en Lealtad Comercial y ante el BCRA por presunto incumplimiento de las normativas en materia de originación de hipotecas.
La parte legal
Como constructora, Los Robles S.A. está dirigida por Tomás Schafer el mismo hombre que integra la segunda sociedad comprometida con el proyecto: El Originante S.A. Esta compañía fue la encargada de originar la hipoteca con la entidad financiera, el Banco Hipotecario. La originante, en general, funciona como intermediaria entre constructora y banco y, además entre compradores y banco. Como mecanismo, solicita un crédito para levantar el barrio y genera hipotecas como garantía de pago. A medida que vende las propiedades debería devolver ese dinero al banco. Este sistema suele tener un revés histórico: �Las originantes se piantan con la plata�, explica un asesor de la Comisión de Viviendas de Diputados. En el caso de Los Robles, el Banco se hizo cargo del barrio en septiembre, cuando la constructora no le devolvió lo convenido. Según explicó Daniel Martínez, gerente de Legales del Hipotecario, a Página/12 �la constructora incumplió con sus compromisos y el Banco decidió ejecutar su garantía�. En tanto, Los Robles S.A. está considerada por el BCRA en situación con alto riesgo de insolvencia por una deuda que mantiene con el Hipotecario de 9.695.400 pesos. |
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