Por John Mullin
Desde Belfast, Irlanda del Norte
 Mientras el premier británico Tony Blair y su colega irlandés Bertie Ahern procuraban ayer salvar en Londres el acuerdo de Viernes Santo, los paramilitares católicos y protestantes continuaban con su guerra. Puede haber un alto el fuego, pero la paz es algo muy, muy relativo en Irlanda del Norte. La lista de bajas de ayer incluía a un joven católico de 22 años al que dispararon cuatro veces mientras estaba en la cama.
Los atacantes enmascarados del IRA lo golpearon con un bate de baseball y con un martillo, y le fracturaron el cráneo. Paul Macdonald era uno de los hombres que habían abandonado Dungannon en agosto pasado después de que el IRA les ordenara irse del Ulster por lo que llamaban �conducta antisocial�. Había decidido volver cuando nació su hija, que ahora cumplió cuatro meses.
Los protestantes leales a la Corona británica recurren habitualmente al mismo tipo de justicia sumaria para poner orden en sus filas. Ayer se valieron también de un bate de baseball para golpear a un joven protestante de 21 años en Lisburn. Le rompieron un brazo y una pierna.
La violencia sectaria continúa. Una familia católica se disponía a mudarse de Larne, donde había vivido por 27 años. Sospechaban que la protestante Asociación de Defensa del Ulster (UDA) era culpable de los dos ataques que sufrieron en dos días sucesivos. El lunes les habían arrojado bombas de nafta a su auto, y ayer hicieron blanco con una bomba de clavos contra su casa. El padre de familia dijo que no iba a exponer a su compañera y a su hijo de dos años a más riesgos. Se explicó: �Los paramilitares quieren dominar esta ciudad. La atmósfera es terrible. ¿Paz? No me hagan reír�.
Pero la violencia interreligiosa no se limita a ataques protestantes contra los católicos. Familias protestantes y un edificio de la Orden de Orange (extremistas protestantes) fueron atacados en una campaña reciente en Rathfriland. Todas las sospechas caen sobre el IRA. Y la misma Orden de Orange en Dublín, que planeaba su primera marcha en la capital irlandesa desde 1937, esta semana la suspendió. Dijeron que estaban sometidos a una campaña de intimidación por parte de los católicos.
Los ataques de castigo han vuelto a resurgir. Crecieron a partir de que Peter Mandelson, secretario británico para Irlanda del Norte, suspendió el gobierno que el cuarto reino del Reino Unido había recuperado. Todas las fuentes sugieren que el liderazgo del IRA quiere un retorno a la violencia para aliviar las tensiones internas en la agrupación sobrevinientes ante el estrepitoso fracaso del proceso de paz. También se cree que el IRA hizo una lista de cinco narcos a los que quiere ajusticiar. Un intento de asesinato fracasó la semana pasada.
Dos hombres de Newry huyeron después de recibir amenazas de muerte de Acción Directa contra las Drogas, un grupo de vanguardia del IRA que mató a nueve dealers en los últimos 17 meses. En la misma ciudad fronteriza, el IRA asesinó a los dealers Brendan Fegan y Paul Downey.
La policía irlandesa teme que la guerra de los paramilitares esté llegando a Dublín. Se cree que el IRA es el responsable de dos muertes del último fin de semana. Y las dos víctimas estaban vinculadas a las drogas. Pero aparentemente la causa de la muerte fue que despreciaron la autoridad terrorista. A Pat Neville, padre de seis hijos, le dispararon dos veces en la cabeza el sábado, en lo que aparentemente era una revancha del IRA, porque uno de sus integrantes había sido asesinado en Dublín en una batalla contra narcos. Tommy Byrne, de 41 años, fue asesinado mientras bebía con sus amigos en un pub de Dublín el domingo. Dos año atrás, se había peleado con un oficial del IRA en la ciudad, y había huido cuando le avisaron que lo iban a matar. La policía informó que había vuelto deEspaña, porque el IRA le había hecho creer que un arreglo económico era suficiente, y que así podía salvar su vida.
HOY DAN EN FRANCIA VOTO MUNICIPAL A LOS EXTRANJEROS
Cross a las mandíbulas xenófobas
Por José Luis Barberia
Desde París
La Asamblea francesa aprobará hoy la propuesta de ley que otorga a los dos millones de ciudadanos extranjeros no comunitarios el derecho a votar y a ser elegidos en las elecciones municipales. Vistos los comportamientos de los diputados en los agitados debates de ayer, puede adelantarse que la izquierda (mayoría) votará a favor y que la derecha lo hará en contra.
La iniciativa, obra del grupo parlamentario de los Verdes, tiene un marcado carácter testimonial. La conversión de la propuesta en ley exigirá una revisión constitucional y un referéndum, requisitos que la actual mayoría no está, por sí misma, en condiciones de lograr. �Lo importante -vienen a decir los Verdes�, es que la cuestión ha traspasado, por primera vez, las puertas del hemiciclo y que hemos dado un paso capital para que el proyecto pueda algún día hacerse realidad�.
Para la derecha francesa, el asunto �extremadamente sensible� adquiere tintes de provocación en la medida en que alimenta potencialmente a la extrema derecha y reduce en consecuencia sus opciones electorales.
Sin oponerse frontalmente al fondo del asunto, los distintos partidos de la oposición acusan a la mayoría de utilizar el voto de los extranjeros de manera oportunista e irresponsable buscando el provecho electoral. No olvidan que el asunto formó ya parte en 1981 de las 110 famosas propuestas que ayudaron a ganar al desaparecido presidente François Mitterrand y que permitieron a la extrema derecha aumentar el arsenal de sus argumentos xenófobos antisistema.
�Tal y como hacía Mitterrand, la izquierda vuelve a agitar el trapo rojo del voto de los extranjeros para provocar y relanzar a una extrema derecha moribunda�, acusaron ayer los diputados del RPR gaullista. De ahí, sin duda, las reticencias que el primer ministro Lionel Jospin, muy cuidadoso siempre en marcar distancias con la era y los métodos del �monarca socialista�, viene expresando al respecto desde hace años. �Sólo promoveré esta reforma cuando esté madura y pueda llevarla a cabo�, afirmó, en diciembre último. El empuje de las asociaciones de emigrantes, el apoyo que la idea encuentra entre el electorado francés �el 52 por ciento de los ciudadanos dice estar de acuerdo� y la presión de la propia izquierda plural, le han llevado a no ahogar la iniciativa que cuenta con la adhesión de los dos pesos pesado del gabinete: Laurente Fabius, ministro de Economía, y Martine Aubry, titular de Trabajo. Los socialistas piensan que la actual debilidad del ultraderechista Frente Nacional legitima políticamente una propuesta encaminada a cumplir con el compromiso mitterrandiano adquirido hace casi 20 años y a lanzar un mensaje solidario a los extranjeros que trabajan en este país. �Lo esencial es que hemos traspasado una frontera invisible, fantasmal, que hemos roto el tabú�, indicaron ayer.
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