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Juez suplente, poco uso, se busca
para tribunales en emergencia

El Presidente firmó ayer un proyecto de ley para cubrir con subrogantes los 85 juzgados vacantes en todo el país. Los nombramientos definitivos pueden llegar a tomar dos años.

Método: El proyecto que el Congreso sancionaría expeditivamente desatará el nudo. Se podrá nombrar suplentes también a los secretarios de juzgado.

Gil Lavedra piloteó el proyecto con su segundo, el secretario de Justicia Pérez Delgado.
La idea es oxigenar una situación en la que hay 65 concursos convocados y se tomaron sólo ocho exámenes.


Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes) Si ninguna sorpresa altera los planes del Gobierno y del Consejo de la Magistratura, en tres meses los 85 cargos vacantes de jueces y camaristas de todo el país estarán ocupados por reemplazantes provisorios. El presidente Fernando de la Rúa firmó ayer un proyecto de ley destinado a habilitar al cuerpo de consejeros a fijar un régimen de subrogancias y nombrar suplentes. El Poder Ejecutivo manifestó así su respaldo a la Magistratura �que suele ver sus facultades jaqueadas por la Corte Suprema� después de haberla cuestionado duramente por la demora en las designaciones definitivas, producto de un intrincado sistema de concursos.
Hace casi cinco años que en Argentina no se designan jueces. La reforma constitucional estableció que el Consejo de la Magistratura sería el encargado de removerlos y designarlos, pero este organismo recién entró en funciones en noviembre de 1998 y le tomó su tiempo establecer el nuevo procedimiento de selección que reemplazaría a aquel por el cual el Ejecutivo proponía candidatos y el Senado daba acuerdo. Una vez en marcha, el sistema se mostró tan riguroso como engorroso. 
Puesto que desde que asumió el gobierno de la Alianza agitó las banderas de la transparencia, el reciclaje de los vestigios de la Justicia adicta a Carlos Menem se convirtió en tema de primer orden. Y con ello, la puesta al día de los cargos de juez vacantes por métodos bien diferenciados de los viejos padrinazgos políticos. De ahí que en su mensaje de comienzos de marzo de la Rúa le hiciera llegar un tirón de orejas a la Magistratura. La amenaza de una ley de emergencia judicial dio el empujón para salvar la situación hasta que terminen los concursos. 
En un gesto de acercamiento, la Corte le reconoció en abril a la Magistratura la facultad de designar provisoriamente magistrados jubilados donde hicieran falta. Pero como no todas las provincias cuentan con jueces retirados en condiciones de trabajar, hacía falta implementar una modalidad de subrogancias más amplia. El Consejo ya tenía su reglamento para eso, pero desde el alto tribunal amagaban con declararlo inconstitucional, a menos que mediara una ley. El proyecto que el Presidente elevó ayer, y que el Congreso sancionaría expeditivamente, desatará ese nudo. La intención de los consejeros es que se pueda nombrar suplentes, por ejemplo, también a los secretarios de juzgado. 
Lo concreto es que desde agosto de 1995 fueron quedando cada vez más sillas vacías en los tribunales argentinos entre las que cuentan casos memorables de jueces destituidos, involucrados en causas penales, como Francisco Trovato, Carlos Branca y Carlos Wowe. Sin contar a los que fallecieron y a los que cambiaron la toga por los escenarios políticos, como el ex camarista de casación Jorge Casanovas, ahora ministro de Justicia bonaerense. En algunas provincias, la falta de jueces generó situaciones de emergencia que llevaron a nombramientos transitorios tan controvertidos que terminaron en denuncias ante el propio Consejo. 
Un caso emblemático es el de Tierra del Fuego. Allí, el juez oral Roberto Spratt entendió que los otros dos cargos vacantes en su tribunal podrían ser ocupados por abogados, aunque ejerzan la profesión. En el juzgado federal de esa misma provincia, el actual subrogante, Carlos Tocagni, puso como condición para ejercer como juez mantener activa su inmobiliaria. Ambos casos fueron avalados hace cerca de dos años por la Cámara local. 
�Cuando la Justicia no funciona, son muchísimas las cosas que se caen: el trabajo, la inversión, la tranquilidad de la vida y se arriesgan las libertades de los ciudadanos�, dijo De la Rúa en el acto que compartió ayer con buena parte de la Magistratura. En el evento, algunos consejeros le expresaron sus dificultades. �Le explicamos que en los concursos intervienen diferentes jurados y cada uno se toma su tiempo. Pero, además, hasta ahora los resultados de los exámenes ya rendidos no son todos buenos. Más aún, hay personas que se presentan para varios cargos y resulta que diferentes jurados les dan distintos puntajes. Todo esto dalugar a impugnaciones y más demoras, a lo que se suma que también cualquier persona puede presentar impugnaciones previas a la idoneidad de los postulantes�, explicó Juan Gersenobitz, que preside la comisión de selección de la Magistratura. �El reglamento de subrogancia oxigenará al Consejo�, intentó consolar el secretario de Justicia Jorge Pérez Delgado. 
Hasta ahora hay 65 concursos convocados y se tomaron ocho exámenes de oposición, las pruebas en las que hay que resolver casos puntuales. Las impugnaciones presentadas las deben evaluar los consejeros de selección. Ellos también analizan los resultados de los exámenes y envían la lista de los primeros posibles candidatos a juez al plenario del Consejo. El pleno deberá armar una terna y enviarla al Poder Ejecutivo, que finalmente elegirá un nombre y lo girará al Senado para su aprobación. Esta metodología podría modificarse por ley, algo que no figura en los planes a corto plazo de nadie. Así, es poco probable que haya nuevos jueces antes de dos años.

 

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