Por Julio Nudler
Leída al revés, la persistente caída del euro contra el dólar, declive que ayer taladró el piso de los 90 céntimos (ver aparte), equivale a una no menos insistente revaluación del peso contra la moneda común que se han dado 11 de los 15 países de la Unión Europea. ¿En qué medida se agrava así la sobrevaluación del peso y la falta de competitividad de la producción argentina? La respuesta a esta cuestión no es sencilla porque la mayor parte de las exportaciones del país consisten en materias primas e insumos �los llamados commodities� cuyos precios están denominados en dólares y así se comercian a escala mundial. Sin embargo, el tobogán del euro puede provocar, a mediano plazo, un bajón en los precios de esas mercancías, tal como ocurrió con las devaluaciones asiáticas a partir de 1997, y golpear así a las exportaciones argentinas. Por el contrario, las empresas locales que estén importando máquinas y equipos europeos probablemente tengan ocasión de adquirirlos a precios más bajos en dólares. Pero, ¿hay alguien que hoy esté invirtiendo en la Argentina y comprando bienes de capital?
Felipe de la Balze, especialista en economía internacional, explica que el proteccionismo europeo determina que a la Argentina le cueste mucho entrar en esos mercados con productos que no sean estrictamente commodities que, como se dijo arriba, llevan precios en dólares. Ahora bien: si algún exportador argentino logra colocar allí otra clase de productos más específicos, los europeos se los comprarán en su propia moneda, y por tanto deberá admitir una reducción del valor medido en dólares o en pesos.
En cuanto a los commodities, valuados en dólares, De la Balze advierte que si bien en lo inmediato no bajarán de precio, sí tenderán a abaratarse en el mediano plazo, porque cuando el dólar se revalúa, los bienes cuyos precios se expresan en esa moneda comienzan paulatinamente a declinar por una merma en la demanda mundial. Esta es precipitada por el llamado �efecto ingreso�, ya que, esta vez los europeos, sufren una erosión en su capacidad de compra de bienes denominados en dólares.
Diferente es el caso de los bienes fabriles de más valor agregado o mayor sofisticación. En la relación comercial, la exportación de los productos industriales �aclara De la Balze� se efectúa en la moneda del país más fuerte. Así, si una empresa alemana le vende a otra estadounidense, la transacción se efectúa en dólares, pero si el comprador es argentino, la operación se realiza en marcos (o euros). �Hay una relación de asimetría y dependencia: el más grande impone su moneda�, explica. Por tanto, en esta coyuntura el importador local se beneficiará: pagará un precio fijado en moneda europea, y que además no va a elevarse porque se haya devaluado el euro. Hay que tener en cuenta que, en la Unión Europea, alrededor de dos tercios del comercio es intrarregional. La porción del intercambio con el área dólar no sobrepasa, en ninguna circunstancia, el 20 por ciento del total, y no ejerce por tanto demasiada influencia.
Marcela Cristini, de FIEL, aporta a su vez algunas claves para el análisis del caso. Explica, ante todo, que entre los tres núcleos decisivos de la economía mundial �Estados Unidos, Unión Europea y Japón� rigen tipos de cambio flotantes. Y que mientras en otros tiempos los respectivos bancos centrales intervenían para acotar las fluctuaciones cambiarias, hoy han dejado de hacerlo ante la creciente atomización de los circuitos financieros y la total apertura de los mercados de capitales, que permite el libre e instantáneo desplazamiento de masas de fondos.
Para ella, los efectos de los mercados de bienes �y no los financieros� son los de primer orden en cuanto al impacto sobre la Argentina. �Si en Estados Unidos no llueve, el precio de los granos sube �ejemplifica�. Son esa clase de cosas las que más nos afectan. Menos importante es si estamos en dólares o en euros.�
En cuanto al abaratamiento de los equipos traídos de la Europa de Los Once, Cristini recomienda tener presente que los países desarrollados, y entre ellos los europeos, fijan precios más altos a sus bienes de capital cuando los exportan hacia países emergentes, como la Argentina, y más bajos cuando tienen por destino otros países de alto desarrollo. Explicaciones para esta discriminación tienen varias: que en los mercados subdesarrollados hay menor competencia, que el riesgo de no cobrar es mayor y que son clientes ocasionales. Se trata, por tanto, de un ejemplo de competencia imperfecta, y no permite asegurar que el país comprador reciba el beneficio. Por otro lado, algunos productos intermedios de la industria argentina pueden sufrir la competencia de los europeos, abaratados, en terceros mercados.
En cuanto a la depreciación de los commodities que resultaría de la devaluación del euro, parece un problema inescapable, porque si el Banco Central Europeo resolviera subir drásticamente las tasas de interés para sostener su moneda, el enfriamiento resultante en la economía del Viejo Mundo tendría la misma consecuencia.
Claves de la moneda única
El euro cotizó ayer por debajo de los 90 centavos de dólar por primera vez en su historia. El Banco Central Europeo (BCE) expresó su preocupación por la constante depreciación de la divisa, que ya acumula un 23,5 por ciento desde su lanzamiento hace 16 meses. Y los analistas no descartan que el BCE salga a defender a la moneda única interviniendo en el mercado. �El euro atraviesa una severa crisis y no creo que haya tocado el mínimo�, señaló a Página/12 el experto José Siaba Serrate. Las claves de la desvalorización del euro y sus perspectivas son las siguientes:
1 Europa está perdiendo la carrera contra los Estados Unidos. En 1999, los países de la Unión crecieron un 2,0 por ciento promedio, mientras que la economía estadounidense se expandió 4,6. Y la previsión para este año es que la diferencia se mantenga (4,7 contra 3,0 por ciento).
2 Esta ventaja a favor de los Estados Unidos es clave al momento de atraer capitales. Se estima que en el último año ingresó a Estados Unidos un total de 339.000 millones de dólares de parte de inversores extranjeros. Europa, por el contrario, asiste a una pérdida de capitales.
3 Los activos nominados en dólares (acciones, bonos) se han convertido en polo de atracción para inversores internacionales, en desmedro de las opciones europeas.
4 Hay mayor confianza de los financistas en la evolución de la economía estadounidense. A mayor crecimiento, más alta es la rentabilidad de las inversiones, razonan.
5 La tasa de interés de corto plazo también juega a favor de los Estados Unidos en la carrera por absorber capitales: 6,0 por ciento anual contra 3,75 en Europa.
6 El anuncio del ingreso de Grecia a la Unión Europea en enero de 2001 incrementó la desconfianza en el euro.
7Europa convive con varias crisis políticas: Alemania, Italia y Austria.
8 El BCE tiene poca historia y los inversores desconfían de que sea capaz de ir delante de los acontecimientos monetarios, como sí ya lo demostró la Fed (banca central estadounidense).
9 Sin embargo, los analistas no dramatizan: consideran que la caída del euro se revertirá en el mediano plazo ya que Europa está creciendo y Wall Street está perdiendo atractivo entre los inversores. |
|