Cinco grados centígrados. El viento sopla y penetra. Sobre el playón de la Prefectura se ha montado un cuadrado humano pero duro como las piedras. Tres de sus lados están compuestos por compactos y perfectos prefectos, de uniforme beige y armados. La infaltable banda, también compuesta en su totalidad por hombres, toca los primeros acordes. Detrás de las autoridades �todas de género masculino�, el único grupo disperso y caótico corresponde a los familiares, entre los que predomina el sexo femenino. Fuera del anárquico sector �civil�, sólo un lado del cuadrado desentona por completo del resto: es una formación de cuatro líneas, sus integrantes visten camisas blancas y chaquetillas y pantalones negros desiguales, en algunos casos demasiado livianos para detener el viento helado que sigue calando los huesos. Tiritan como los hombres; las conocen como �las� marineros. Son 45 mujeres. Aguardan los toques de la banda para ser bautizadas como la primera camada femenina en ingresar a la Prefectura desde hace más de medio siglo.
A principios de siglo, el grueso de los resguardos aduaneros era cumplido por �registradoras�. En 1935 se incorporó a la Prefectura la primera telefonista que se retiró con el grado de ayudante mayor, después de 20 años de servicios. Su retiro no fue gratuito. En 1956, el gobierno de otro marino, el golpista Isaac Rojas, recordó el origen de la palabra gineceo y prohibió el ingreso femenino. Pasaron años y gobiernos militares hasta que las fuerzas de seguridad volvieron a abrir sus puertas a postulantes femeninas, aunque la Prefectura dejaría de ser uno de los últimos bastiones masculinos recién en el nuevo milenio. Las fuerzas de seguridad deben contar en su personal con un 30 por ciento de mujeres, aunque nadie supo explicar el porqué de la demora de los guardacostas.
De todos modos allí estaban las postulantes. �Esperábamos 200 �dijo a Página/12 el prefecto Eduardo Marín Bonastre, jefe de Estudio de la Escuela Superior�, pero nos sorprendieron alrededor de 400.� Del total sólo quedarían plazas para 45.
Durante quince días de abril, en la Escuela Superior de la Prefectura Naval Argentina de Olivos los hombres trabajaron para seleccionar mujeres. El criterio intentó ser objetivo: debían superar pruebas de matemáticas, castellano, inglés �una maestra de inglés y algunas estudiantes del profesorado contaron con ventajas idiomáticas� y cultura general y, necesariamente, manejar con destreza el recurso de flotar en el agua sin salvavidas.
No se presentó ninguna andinista. El 60 por ciento que respondió al llamado provino de Capital y Gran Buenos Aires, otro 30 por ciento del Litoral y la Mesopotamia, y el resto de las zonas costeras, hasta Bahía Blanca. �Sólo alrededor de la décima parte estaba influenciada por algún pariente que pertenece a la fuerza�, aseguró Bonastre. A simple vista, la lógica es sencilla: hace falta cierta preferencia por el movimiento oscilante de las olas, que en términos terrestres sólo es comparable con el carreteo vertiginoso sobre una montaña rusa.
Sólo hubo dos casos de abandono por motivos personales: una maestra del EGB y una jovencita de 18 años que vivía en el interior. �Al segundo día vino la maestra, dijo �esto no es para mí�, pidió disculpas, retiró su documento y se fue. Al rato la siguió la jovencita.� El resto peleó brazada a brazada por un lugar en la lista. �Tuvimos cuatro entrevistas en 15 días�, relató Natalia Barbieri, de 20 años, que vive en una isla sobre el río Espera, en el Delta. Cuando se le preguntó por qué había ingresado, Natalia, no pudo evitar el corte militar: �Por vocación y servicio, señor�, respondió de una vez y sin titubeos, aunque con voz femenina.
Ayer, a las 9 de la mañana, Natalia intentaba ocultar que tiritaba, dura y firme, siguiendo el modelo del cuadrado masculino que la envolvía. Las 45 ya están integradas a la Prefectura aunque, por un tiempo razonable, llevarán un grado masculino: son mujeres pero marineros.
UN CONVENIO PARA BAJAR PRECIOS DEL TURISMO
Viajes por el país con descuento
�Mejor Argentina� es el nombre de una apuesta que busca inyectar 25 mil clientes al mercado turístico nacional en los próximos 60 días. Para conseguirlo la Secretaría de Turismo de la Nación (SECTUR), encabezada por Hernán Lombardi, llevó a cabo un acuerdo con los principales operadores privados del sector. En ese marco, se promoverá una veintena de destinos en el interior del país, a través de descuentos de hasta un 25 por ciento.
El Programa de Desarrollo de Destinos Nacionales fue lanzado ayer para revertir los índices del movimiento turístico en el país que, desde hace dos años, atraviesa una grave situación recesiva. Como mecanismo, la inyección de descuentos planificada generaría efectos inmediatos en los próximos 60 días, considerados en el mundo del turismo como los de temporada baja. Los cálculos más auspiciosos aseguran que el mercado moverá a 25 mil turistas.
Este plan se concretó a partir de un acuerdo entre el SECTUR, la Asociación Argentina de Agentes de Viajes y Turismo, y la Asociación de Agencias de Viaje de Buenos Aires. Bajo ese acuerdo, el Estado será el encargado de la promoción de los destinos y los privados ofrecerán paquetes de ofertas competitivas. Las propuestas presentadas mejoran entre un 20 y 25 por ciento los precios del mercado. �Sólo este anuncio -pronosticó Lombardi� estimulará al resto de las empresas para generar movimientos de precios más bajos.�
Los puntos del país publicitados son unos veinticinco, entre los que se encuentran Salta, Jujuy, Mendoza o polos como la Península de Valdés, Comodoro Rivadavia y Ushuauaia, entre otros. Cada destino incluye un paquete de propuesta básica integrado por aéreo, tres noches de alojamiento en hoteles tres estrellas con desayuno y una excursión: los precios, de acuerdo al destino, variarán entre 219 y 269 pesos.
Esta línea de descuentos intenta, además, recuperar el mercado brasileño �considerado uno de los principales puntos de afluencia turística al país� que en los últimos dos años cayó un 24 por ciento. Al programa se le suma un extra: se estudian ahora propuestas sobre la modificación de feriados. Uno de los indicios que alentaron a los funcionarios para hacerlo fue el movimiento de turismo en Semana Santa. Según el monitoreo hecho por la secretaría sobre 25 destinos, hubo un 7 por ciento de aumento respecto del año pasado.
opinion
Por Adriana Puiggrós * |
Embarazo y discriminación
La agenda personal es un reflejo del alma. Muestra el orden de importancia y el tiempo que les referimos a los problemas. En la agenda argentina hay cuestiones que aparecen con escasa frecuencia, pero inciden profundamente en el futuro social. Cada tanto alguna de ellas logra vencer la indiferencia, como ha ocurrido recientemente con la discriminación de María Fernanda Alloi en el instituto formoseño Santa Isabel. La reacción airada de directivos y algunos padres �envueltos en un microclima más leal a sus prejuicios que a sus principios, y contraria a los principios constitucionales y a la legislación vigente� fue suficientemente destemplada como para poner en primera plana la crueldad ejercida sobre una adolescente embarazada y su futuro bebé. María Fernanda y su novio, a diferencia de muchos jóvenes en su misma situación, son afortunados porque sus padres pueden protegerlos y saben escucharlos desde una ética y fortaleza admirables.
Según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, el 16 por ciento de los nacimientos que se producen en el país corresponde a madres que tienen entre 10 y 19 años, que en un número alarmante de ocasiones han quedado embarazadas como consecuencia de abusos y actos de fuerza, muchas veces provenientes de la misma unidad familiar. Además, en los últimos tres años se registraron un ciento por ciento más de embarazos adolescentes. Esto muestra crudamente que las escuelas medias deben empezar a mirar estos hechos en su real dimensión y no como incidentes aislados. Para los establecimientos educativos se trata de un problema nuevo por su magnitud, y no está contemplado por reglamentos, prácticas y costumbres, lo cual incrementa la posibilidad de discriminaciones hacia las adolescentes embarazadas. Al respecto hemos presentado un proyecto de ley que prohíbe toda acción institucional que impida el inicio o la continuidad del ciclo escolar a cualquier alumna gestante, en todos los establecimientos de educación pública, tanto de gestión estatal como privada de todo el país, de cualquier nivel, ciclo y modalidad. Este proyecto de ley complementa las previsiones antidiscriminatorias incorporadas a la Constitución nacional, a la ley 23.592 y a la Ley Federal de Educación. Su rápida inclusión en la agenda de la opinión pública y del Congreso nacional permite descubrir, en tiempos tan difíciles, reservorios de dignidad en la sociedad profunda. Venciendo la indiferencia y la cortedad de miras, pueden descubrirse sentimientos, actividades y producciones sociales que permiten imaginar un futuro distinto de aquel catastrófico por la pérdida de humanidad. |
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