Por Diego Schurman
El paro general convocado por la CGT rebelde tendrá modalidades bien diferenciadas en todo el país. En la Capital Federal las fichas están puestas en el transporte y los docentes. En el interior, en cambio, se busca un mayor impacto visual, ya que hay programadas movilizaciones y cortes de rutas. Pero la pregunta que surgía anoche era sobre el futuro de Hugo Moyano luego de una protesta que desde la propias filas sindicales anticipan como moderada: si cederá protagonismo en pos de la unificación con la CGT oficial que no adhirió al paro o si, al contrario, el camionero mantendrá su bandera de lucha a la expectativa de un crecimiento del descontento social.
La pérdida de respaldo de Moyano desde principios de año hasta la fecha fue ostensible. En el verano, todo el arco sindical le prometió la secretaría general de la CGT unificada en reemplazo de Rodolfo Daer. Por entonces, Moyano era el cuco con el que se buscaba evitar que el Gobierno aprobara una nueva flexibilización laboral.
Pero, con el correr de los días, el camionero quedó sin el apoyo de los �gordos�, como se conoce a los dirigentes de las grandes corporaciones sindicales (comercio, luz y fuerza, bancarios, etc), que se cobijaron bajo la sigla de la CGT oficial.
No le importó. Y buscó el paraguas del algunos sectores dispersos del justicialismo, sobre todo de aquellos donde se recuestan legisladores duhaldistas. Pero fue insuficiente. Ni las presiones que ejerció con la gente en la calle lograron que el PJ le diera la espalda a la reforma laboral en el Congreso.
El encuentro con Carlos Menem, horas antes de que el Senado votara el proyecto de la Alianza, fue casi un gesto de desesperación. Al ex presidente lo combatió incansablemente �con numerosos paros, movilizaciones y ollas populares� por haber aplicado políticas neoliberales, las mismas que ahora cuestiona de Fernando de la Rúa.
Buscó adhesiones jugando al ajedrez. Movidas hacia la derecha y la izquierda del justicialismo. Pero, evidentemente, nunca fue su juego preferido. Un día pateó el tablero y dejó lugar al exabrupto.
�Traidores� le gritó a los senadores a los que soñaba aliados.
La aprobación de la reforma laboral fue un duro revés para las aspiraciones de encolumnar a todo el sindicalismo detrás de su figura. De nada le sirvió aquella escapada a Washington para fotografiarse con el hijo de Jimmy Hoffa, su referente sindical y desaparecido líder de los camioneros norteamericanos.
Con el paro, Moyano busca redoblar la apuesta, metiéndose en el terreno que más le gusta: la confrontación directa. Apuesta así a mantenerse en el candelero y seguir la batalla por el liderazgo de una eventual CGT unificada, sobre todo después de los planes del Gobierno de desregular el sistema de obras sociales sindicales (para que compitan con las empresas de medicina prepaga), un escenario de conflicto seguro con todo el arco gremial y no sólo con el sector combativo.
Para la huelga no contará con el apoyo de los �gordos� y tampoco encontrará un fuerte acatamiento en la industria, a pesar de la pública adhesión de metalúrgicos y mecánicos. Por eso la apuesta es sobre todo en el transporte, el corazón de la CGT rebelde. Adherentes y detractores de la medida coinciden en que la presencia de colectivos será mínima hasta la media mañana y a partir de que empiece a oscurecer, pero admiten que habrá circulación de coches entre las 10 de la mañana y la cinco de la tarde.
El Gobierno, que en todo momento relativizó la protesta, ayer comenzó a mostrar los primeros síntomas de preocupación. A través del Ministerio de Trabajo intimó a los gremios de transporte a garantizar la implementación de servicios mínimos. Se trata de una reglamentación del derecho de huelga que la Alianza siempre repudió, ya que se decretó durante la gestión de Menem para acotar los reclamos. Esta reglamentación establece porcentajes de servicios mínimos para cada actividad. Pero en algunos casos, como en la actividad aérea, se torna ridícula ya que cuando hay programado un solo vuelo para determinado destino debe cumplirse sí o sí.
Moyano tendrá el empuje de los gremios de la Central de Trabajadores Argentinos, que a último momento decidieron apoyar la medida de fuerza. La CTA es una central autónoma que reúne a estatales y los docentes de CTERA.
La titular de esta agrupación. Marta Maffei, se resistía a adherir pero finalmente cedió. Por eso se espera que no haya dictado de clases en la Capital.
En el interior las expectativas están centradas en la movilización que se realizarán en Rosario, San Juan y Neuquén. También en los cortes de ruta que el municipal Carlos �Perro� Santillán programó en Jujuy. En esa provincia los maestros también harán sentir su queja, sobre todo después de conocerse que el gobierno ya dilapidó el dinero previsto para el pago del incentivo docente.
Federico Storani ya advirtió que el corte de rutas es ilegal. El ministro del Interior aún tiene en la retina la feroz represión policial a los camioneros que se movilizaron al Congreso para repudiar la reforma laboral. Moyano simplemente le contestó: �Declaramos un paro, no una guerra�.
�De prepo y con violencia, nada�
El ministro del Interior, Federico Storani, aseguró anoche que el gobierno garantizará el derecho a trabajar a quienes no adhieran al paro y denunció amenazas a líneas de colectivos, al mercado central y a una empresa de gaseosas. �Estén tranquilos, vamos a proteger el derecho al trabajo y el que quiera parar que lo haga, pero de prepo y con violencia, nada�, dijo Storani en declaraciones a la prensa al ingresar a la Feria del Libro donde participó, junto al vicepresidente, Carlos �Chacho� Alvarez, de una charla sobre Reforma Política.
El vicepresidente opinó que el paro convocado para mañana por el sindicalismo disidente �no es pertinente y no está interpretando al mundo del trabajo ni a la mayoría de los argentinos�, al considerar que la gente no está de acuerdo con políticas de confrontación.
En cuanto a la posibilidad de que ocurran hechos de violencia manifestó su esperanza de que no se produzcan, al enfatizar que sería �mucho más negativo� porque el paro no es bueno y �si encima hay incidentes, sería lamentable�. �Somos respetuosos del derecho de huelga. No declaramos ilegal el paro�, y agregó que �luego hay que hablar con estos dirigentes a ver cómo se procesa esta situacion difícil de la Argentina y cómo se colabora para salir de la crisis porque ésta no es la forma�.
Storani, por otra parte, manifestó que el paro convocado por la CGT disidente tiene �muy poca adhesión� y que, al no contar con el apoyo de los gremios industriales, la �única forma de lograr repercusión es que no haya ningún medio de transporte�. |
|