Por Cledis Candelaresi
 Aunque con distinto grado de contundencia, tanto el vicepresidente de la Nación, Carlos Alvarez, como el secretario de Transporte, Jorge Kogan, reconocieron ayer públicamente que la gravedad de la crisis de Aerolíneas Argentina pone en riesgo su continuidad. La posible debacle de la línea de bandera alimenta el afán de las empresas extranjeras por fagocitarla. Al interés confeso de Lan Chile (controlada por American Airlines) por operar sus rutas, se sumaría el de algunas compañías europeas y norteamericanas, que ven en la región buenas perspectivas de negocio: en los próximos años el tráfico en América latina crecería alrededor del 10 por ciento, cinco veces lo que puede aumentar la venta de pasajes en el Primer Mundo.
�Existe un riesgo altísimo de perder Aerolíneas�, cuyo salvataje requiere �mucho dinero�, algo que el país no tiene, advirtió ayer el vicepresidente en declaraciones radiales. Por otra emisora, Kogan eludió ratificar que la empresa haya sido víctima de un �desguace�, pero no tuvo reparos en criticar la �mala gestión de Iberia�, que dejó a la empresa �sin activos, con deudas y pérdidas�.
La apuesta oficial consiste en que el gobierno español ponga los 600 millones de pesos que los funcionarios de la SEPI (accionista mayoritaria de AA) comprometió semanas atrás ante el secretario de Transporte, cuando éste visitó Madrid. �El gobierno español tiene una decisión tomada: dar cobertura financiera necesaria para liquidar la deuda e invertir�, aseguró a la noche el ministro de Infraestructura Nicolás Gallo, en un intento por contrarrestar los pronósticos más negativos. Casi al mismo tiempo, el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, sostenía que �no está dicho que el Estado español se niegue� a hacer su aporte. Kogan sabe que es imprescindible hacer un aporte mensual no inferior a los 25 millones de pesos para que la compañía siga operando. Fuera de los micrófonos admite que, técnicamente, está quebrada. Pero ni el Gobierno ni especialistas del sector piensan que sea económicamente inviable. Gallo negó ayer que el plan operativo a presentar por la SEPI prevea el despido de 1500 empleados de AA, pero admitió que ese programa supondrá un �ajuste de costos operativos y una reestructuración de rutas que ya está en marcha�.
Bud Shuster, presidente de la Comisión de Transportes de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, en visita a Buenos Aires, admitió las buenas perspectivas comerciales que ofrece el mercado latinoamericano, a las que también aludió días pasados el titular de Delta Airlines.
En el supuesto caso de que el Estado español no honrase su compromiso de aportar fondos frescos a Aerolíneas, y ésta fuese a la quiebra, se esfumarían muchos de los activos que disponía en el momento de su privatización, como los edificios y las naves que ya no tiene. Pero no faltarían interesados en operar sus rutas. Lan Chile, que hace cinco años fue rescatada de una crisis terminal, ya se postuló para hacerlo. Y la presión norteamericana por la apertura de los cielos es prueba del mismo afán: las compañías están interesadas en volar libremente, sin límite de frecuencias, los trayectos que hoy cubre la empresa privatizada.
Si tal como teme Chacho Alvarez se concretara el derrumbe de la aerolínea de bandera, es previsible que, en bloque o fragmentado, su menú de rutas sea comprado por compañías aéreas cuyos programas de vuelos no tengan como prioridad atender las necesidades del público argentino. �¿Quién garantiza que para volar a Quito no habría que ir, primero, a Miami?�, conjeturaba ayer una fuente próxima a Aerolíneas. El pecado original de la privatización de Aerolíneas, que la condujo a esta crisis terminal, es una interpretación excesivamente permisiva de los pliegos de privatización. En virtud de ésta, los administradores españoles contrajeron deudas superiores a la facturación anual de la empresa y con intereses equivalentes al doble de su utilidad operativa. Amén de desprenderse paulatinamente de toda la flota. Es lo que Kogan admitió como un desguace, a la luz de los resultados de la mala gestión ibérica.
CAYERON LAS VENTAS Y LA PRODUCCION AUTOMOTRIZ
En abril se pinchó el mercado
Aunque tanto la producción automotriz como las ventas cayeron fuertemente en abril respecto de marzo, la producción creció el 51,6 por ciento durante el primer cuatrimestre del año, en tanto que las exportaciones cayeron un 15,2 por ciento y las ventas totales del mercado interno aumentaron un 5,3 por ciento.
Sin embargo, con 28.704 unidades salidas de las terminales durante abril, la producción nacional de vehículos registró en el pasado mes una disminución del 14,8 por ciento respecto de marzo; una caída inesperada para quienes auguraron un aumento de las ventas sobre la base de la demanda que generarían los casi 190 mil certificados del Plan Canje. Las cifras indican que la existencia en plaza de estos certificados que, de no mediar prórrogas, sólo tienen vigencia hasta el 31 de octubre, no alcanzó para contrarrestar el impacto del paquete impositivo.
No obstante, si la producción de abril se compara con igual mes del año anterior, se verifica un incremento del 32 por ciento, con lo que los primeros cuatro meses del año respecto del primer cuatrimestre del �99, que representan una base de comparación altamente recesiva, acumulan una suba del 51,6 por ciento. En sentido inverso a la producción nacional se manifestaron las exportaciones, que con 10.243 unidades crecieron un 2,2 por ciento en relación con marzo y cayeron 10,9 por ciento respecto de igual mes del año anterior.
Las ventas en el mercado interno fueron de 25.112 unidades (de las que 15.745 fueron vehículos nacionales), una caída del 17,6 por ciento respecto del mes anterior. Aunque hayan acumulado en el primer cuatrimestre un crecimiento del 5,3 por ciento, abril contra igual mes del �99 muestra una disminución del 3,3 por ciento.
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