Por Diego Schurman
 Hugo Moyano aprobó el test. Sin el respaldo de la totalidad del arco gremial ni el paraguas político del justicialismo, el líder de la CGT rebelde logró instalar sin dificultades un �clima de paro�. La fuerte respuesta del transporte público en todo el país, y la de otros sectores en la Capital y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, fueron clave en la apuesta del dirigente camionero. Hasta el Gobierno debió admitir, con la reserva de rigor, el impacto de una medida de fuerza que hasta el jueves se esforzaba en minimizar. Para el sindicalismo combativo se inició de esta manera un nuevo plan de lucha que, según pudo saber Página/12, continuará con una marcha de repudio a la misión del Fondo Monetario Internacional, que llegará al país en los próximos días para monitorear el cumplimiento de las metas fiscales.
Moyano logró una singular alianza que fortaleció la protesta. Además de la ayuda temporal �un viernes y, en muchas ciudades, gélido y lluvioso�, recibió el guiño de los empresarios del transporte, que destilan bronca por el aumento del gasoil, el impuesto docente y el cobro de peaje en rutas provinciales. En ese marco, el Gobierno prometió sanciones a aquellos sindicatos y empresas que no cumplieron con las prestaciones de servicios mínimos.
La ausencia de colectivos y camiones fue notable. Adherentes y detractores coincidieron en que pocas veces se ha visto un hecho similar, aun en otras medidas convocadas por todos los sectores sindicales e incluso algunos partidos políticos. Tampoco hubo recolección de residuos, lo que logró el �efecto vidriera� que Moyano tanto buscaba. Es decir, que el paro, además de sentirse, logre un impacto visual.
Los gremios del transporte son el corazón de la CGT rebelde. Y su buena respuesta a la convocatoria sindical produjo que muchas personas que no estaban dispuestas a parar tuvieran que hacerlo. Algunos otros optaron por salir a la calle con sus autos, lo que convirtió al centro porteño en el infierno de los impacientes.
Para dueños de taxis, remises y combis fue un día de gloria, ya que tuvieron trabajo como para todo el mes. Proliferaron los servicios de transporte truchos que también buscaron hacer la diferencia en un día atípico. Curiosamente donde las prestaciones no presentaron demasiadas alteraciones, como la de ferrocarriles, se registraron reducciones ostensibles en el número de pasajeros.
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Un fuerte vallado en la Casa Rosada, previniendo incidentes. |
Los recolectores de basura adhirieron masivamente a la huelga. |
La ausencia de maestros se hizo notar con mayor fuerza en la Capital. Esto gracias a la adhesión al paro de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), donde se agrupan los docentes de Ctera y también los estatales. En cambio hubo actividad comercial ya que el gremio representativo de la actividad responde a la CGT oficial, al igual que lucifuercistas, gastronómicos y bancarios.
En el interior del país la respuesta no fue homogénea, aunque se hizo notar el descontento del sector público. Desocupados y activistas de izquierda realizaron piquetes en varias rutas, como ya había prometido el municipal jujeño Carlos �Perro� Santillán en Jujuy, y hasta ocuparon un supermercado, como ocurrió en Mar del Plata, para exigir bolsas de alimentos.
Los mayores niveles de acatamiento se ubicaron en ciudades como Rosario. En esa ciudad santafesina hubo movilizaciones �a las que adhirieron gremios que no están encolumnados detrás de Moyano� y lo mismo ocurrió en Mendoza. Fue dispar el acatamiento de las terminales automotrices y las fábricas de autopartes en Córdoba.
Tampoco faltaron los incidentes con la policía que reprimió a manifestantes, los atentados a bancos y colectivos con clavos miguelitos �un clásico de las huelgas� y la quema de neumáticos.
Segundos después de aventurar una adhesión del 85 por ciento en todo el país, Moyano dijo no estar eufórico por el buen resultado sino preocupadopor la situación del país. Pero el camionero sabe que ayer consiguió un nuevo crédito que le devuelve protagonismo después de la derrota que había significado la aprobación de la reforma laboral y el desaire de los legisladores justicialistas.
No por casualidad el dirigente metalúrgico Francisco Gutiérrez se apuró en pedirle al ministro del Interior, Federico Storani, que reconozca a la CGT rebelde como interlocutor sindical (ver página 5). La Alianza, en cambio, espera que el seguro triunfo de su candidato, Aníbal Ibarra, en las elecciones porteñas de mañana eclipse el reclamo social.
Durante la semana, el Gobierno había ninguneado al sindicalismo combativo. En diálogo con Página/12, el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, aseguró que Moyano estaba cada vez más solo. Y Fernando de la Rúa chicaneó asegurando que la CGT oficial, que lidera Rodolfo Daer, no había convocado a ninguna medida de protesta.
El Presidente fue más cauto y respetuoso ayer cuando lo abordaron los periodistas. Reconoció la existencia de un �paro parcial� �oficialmente se habló de una adhesión del 33,31 por ciento� orientado por la CGT rebelde, aunque reiteró que no entendía las razones de la medida.
El ministro de Trabajo buscó poner en contradicción a Moyano con el voto popular al asegurar que el paro fue contra las instituciones. Flamarique aseguró que una huelga contra la reforma laboral que aprobaron en el Congreso todas las expresiones políticas es una huelga contra la democracia misma.
Moyano y su gente se preocuparon en destacar que la protesta fue contra el modelo económico y no contra la reforma laboral, aunque curiosamente pidieron que la gente diga si está o no de acuerdo mediante un plebiscito, pese a que ya la votaron los diputados y la modificaron los senadores.
Para demostrar que el �enemigo� no es el Gobierno sino los grupos económicos, la CGT rebelde comenzó a preparar lo que será el próximo paso de su plan de lucha: una marcha, seguramente al Ministerio de Economía, para el día en que la misión del Fondo Monetario Internacional monitoree con funcionarios oficiales el cumplimiento de las metas fiscales.
Alto ausentismo, algunos incidentes y piquetes en rutas
El interior también paró
La jornada de protesta de la CGT rebelde alcanzó una respuesta heterogénea en el interior. Las ciudades que mostraron mayor adhesión fueron Córdoba, San Juan, Resistencia, Mar del Plata, Rosario, San Salvador de Jujuy y Santa Fe. El siguiente es un resumen de lo ocurrido.
u Provincia de Buenos Aires: El gobierno provincial reconoció un acatamiento del 80 por ciento, en especial en los sectores del transporte, docente y fabril. Decenas de colectivos fueron atacados con clavos miguelitos para que no circularan. En Mar del Plata, se cortaron las rutas 2 y 88 (que une esta ciudad con Necochea) y la 226 (que va a Balcarce), donde se montaron varios piquetes. Además, 70 desocupados coparon el supermercado Tía en demanda de comida. Lograron 150 bolsas de alimento. En el Puente La Noria se bloqueó el acceso a la Capital.
 Córdoba: Hubo un alto acatamiento en el transporte y en el cordón industrial, sobre todo en las plantas automotrices como Fiat y Renault. Los principales piquetes se montaron en la Ruta 38, a la altura de las localidades de Marapa, Aguilares, Arcadia y Monteros; la Ruta Nacional 9 en El Bracho (cerca del acceso a Tucumán), y en la autopista que une Lastenia con San Cayetano, en el Gran San Miguel de Tucumán.
Cuyo: En Mendoza, la huelga se sintió en un 80 por ciento en el sector del transporte. La dirigencia de Encuentro Gremial Mendocino organizó una movilización de unas 2 mil personas que se manifestaron por el centro de la capital mendocina. En San Juan, el paro fue parcial y la mayor adhesión se registró en el transporte y el sector docente. En el ámbito estatal se registró un bajo ausentismo. En San Luis fue fuerte la adhesión del sector industrial. En tanto, a la altura del kilómetro 760 de la Ruta Nacional 7, en el paraje La Cumbre, se registra una gran concentración de camiones estacionados en la banquina. En la Rioja pesó el transporte y, relativamente, los estatales.
Patagonia: En Chubut, las actividades comerciales, escolares y de servicios se desarrollaron normalmente. En Puerto Madryn, la principal empresa de aluminio argentino Aluar registró un 22 por ciento de ausentismo. En Neuquén no hubo transporte ni recolección de residuos, las escuelas estuvieron desiertas y fue total el paro en la Universidad Nacional del Comahue.
Mesopotamia: En Misiones, el paro se sintió con fuerza en el transporte y las escuelas. La adhesión entre los maestros superó el 70 por ciento, por lo que se dejó sin clases a casi todas las escuelas estatales de la provincia, aunque la actividad fue normal en los colegios privados.
En Santa Fe, la adhesión fue del 90 por ciento. En Rosario, alrededor de 3 mil manifestantes marcharon por las peatonales de la ciudad, incendiaron neumáticos frente al Citibank y rompieron cristales del banco.
Noroeste: El paro logró en Catamarca fuerte adhesión en los ámbitos educativo y judicial. Durante la noche hubo ataques que provocaron roturas de vidrios en varios colectivos. En Salta se registraron algunos disturbios y fueron detenidos unos 45 manifestantes luego que la policía se enfrentara con trabajadores de Apsades, ATE, la Corriente Clasista Combativa, los partidos Obrero y Comunista y de Docentes Autoconvocados que prepararon una olla popular. Liderados por el municipal Carlos �Perro� Santillán, en Jujuy se realizaron cortes de rutas y calles que desde la madrugada interrumpieron los accesos al centro de la capital provincial. En Santiago del Estero registraron adhesiones la enseñanza y el transporte.
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