�Esperamos la concertación�
Por Laura Vales
Dice que durmió apenas un par de horas y que se pasó todo el día yendo y viniendo de la sede de camioneros �donde monitoreó el paro junto a Hugo Moyano� hasta la de judiciales. Julio Piumato, secretario de prensa de la CGT rebelde y titular del gremio de judiciales, se oye exultante. Asegura que el paro �recontra superó� sus expectativas, y por partida doble: �por su masividad� y �porque se plegaron trabajadores cuya dirigencia no había convocado a la medida, como alimentación, bancarios, comercio, luz y fuerza y municipales�. La enumeración no es inocente y se corresponde con los gremios que lideran Rodolfo Daer, Armando Cavalieri y West Ocampo, los gordos de la CGT oficial. Pero ése es un tema que Piumato hoy prefiere tocar apenas de costado. A las ocho de la noche, toda su adrenalina está volcada a contestarle al Gobierno, que acaba de estimar el acatamiento al paro en un 34 por ciento.
�Esos números son una gran mentira y tienen un cinismo del que les va resultar difícil volver �se irrita�. El éxito de la medida de fuerza debería hacerlos reflexionar: a nivel nacional, hubo un acatamiento de entre el 82 y el 85 por ciento, superior incluso a lo que esperábamos. Otra cosa es aquello de que no entienden por qué se convocó a la medida de fuerza. Es grave, porque parece que ignoran los niveles de pobreza, de desocupación y de recesión que tenemos. Nosotros no hicimos un paro en contra del gobierno sino contra los que detentan el poder en la Argentina.
�¿Contra quiénes, concretamente?
�Contra el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los grandes grupos concentrados trasnacionales que se están llevando los beneficios de todo el esfuerzo de trabajo del pueblo argentino. Acá se está siguiendo la política del FMI y sabemos lo que eso significa. No hay en todo el mundo un solo ejemplo de receta del Fondo que haya eliminado o reducido siquiera la desocupación, la pobreza o la recesión.
�¿Cómo cree que quedó posicionada la CGT rebelde después del paro?
�Esperamos que la actitud de los ministros del Interior y Trabajo, que negaron el éxito de la medida, no exprese una posición mayoritaria y que del Presidente de la Nación surja una postura más sensata y acorde a la realidad. Lo que esperamos ahora es que se convoque a una concertación. Nuestra experiencia indica que cuando nos juntamos con los empresarios comprometidos con el interés de la nación y el mercado interno tuvimos coincidencias. Ese es el diálogo al que tiene que convocar el propio gobierno, que está desperdiciando el enorme caudal social que se acaba de manifestar. Si no lo aprovecha, se le va a venir en contra, con graves perjuicios para el país porque nos va a obligar, si no tenemos respuestas, a profundizar el plan de acción.
�El ministro de Trabajo ha insistido además en la motivación política del paro. Y entre otras cosas, señaló que Moyano se estaba quedando solo.
�Es realmente insólito. Los pronósticos cabalísticos de Flamarique nos divierten. Cada vez que pronostica la soledad de Moyano, más aumenta el respaldo que tiene por parte de los trabajadores. Lo dijo antes del 24 de febrero y llenamos la Plaza de Mayo. Lo dijo antes del tratamiento de la reforma laboral en el Senado y se llenó dos días seguidos la Plaza del Congreso. Lo dijo antes del paro y creo que nadie puede negar la contundencia que tuvo la medida de fuerza.
�¿Cuál es entonces su balance del paro de cara a la interna sindical?
�Ni siquiera lo hemos analizado. La interna es un tema secundario.
�Pero la posible unificación de la CGT sigue en los cálculos de todos.
�Hay que unificarse porque esto fortalece a los trabajadores. Esto es algo que hablamos no solamente con la CGT sino también respecto del CTA y de la Corriente Clasista y Combativa. Este paro demostró un fortalecimiento de la unidad en la acción, que en el futuro debería plasmarse también en lo formal.
�Y en ese futuro, ¿qué lugar ve para la otra CGT?
�La unidad tiene que hacerse priorizando la defensa de los trabajadores. Con dirigentes que van y vienen respecto a posiciones trascendentes para los trabajadores es difícil lograrla. Si esos dirigentes se avienen a una política de defensa de los trabajadores, la unidad se va a facilitar. Nosotros nunca alimentamos la división. |
�Es parte de un plan de acción�
Por L.V.
�Hubo un cambio muy importante que se palpó en las preguntas que hicieron los medios�, dice el titular de la CTA, Víctor De Gennaro. �Durante la mañana, todo estuvo centrado en si había que darle más tiempo al Gobierno y en si la gente quería o no a los sindicalistas. Después del mediodía empezó otro debate. El país paró. Y entonces las preguntas cambiaron y hubo espacio para empezar a reflexionar sobre cómo salir de esta crisis.� De Gennaro repasa la anécdota como un modo más de hacer su propio balance sobre la medida de fuerza, que califica de �contundente�.
�Creo que De la Rúa debe reflexionar �dirá más tarde�. Los que luchamos 10 años contra la política del menemismo, hoy estamos en la calle mientras a él lo aplaude nada más que la CGT empresarial y los grupos económicos, los mismos que han gozado de los beneficios del modelo en estos diez años. Hasta ahora vimos muchas fotos de De la Rúa con empresarios, pero solamente una con dirigentes sindicales: junto a (Rodolfo) Daer en el apoyo a la reforma laboral. Con nadie más. La verdad es que la contundencia del paro es para nosotros un aliento a toda nuestra lucha por alcanzar un seguro de empleo y formación de 380 pesos para cada jefa y jefe de hogar desocupado y de 60 pesos de salario familiar por hijo para todos los trabajadores, que ponga a todos los hogares en la Argentina por encima de la línea de pobreza.
�¿Cuáles son los próximos pasos de la CTA?
�El paro fue parte de todo un plan de acción para instalar el debate sobre la desocupación. Ojalá el Gobierno reflexione y convoque a todos los sectores. Para nosotros, como ya le hemos dicho al ministro de Trabajo, es necesario construir ahora mismo una solución de emergencia, convocando a la UIA, a Fedecámaras, a la Federación Agraria, a las pymes, a los sindicatos, a todos los sectores sociales.
�¿Están de acuerdo, como propone Moyano, en llamar a un plebiscito sobre la reforma laboral?
�Nosotros denunciamos que los senadores están en mora por no haber reglamentado la consulta popular. Y no lo hacen porque tienen miedo de consultar a la gente y profundizar la democracia. Tienen miedo de que la gente opine sobre la jubilación privada, sobre las privatizaciones y sobre la reforma laboral.
�¿Cómo fue el debate dentro de la CTA para llamar al paro? Según se dice, algunos gremios, como la Ctera, dudaron en apoyarlo, al considerar que la interna de la CGT tallaba demasiado.
�Desconozco que haya pasado algo así. La CTA, como es su costumbre, convocó a todos los cuerpos de las organizaciones gremiales a plantear sus iniciativas. Además, éste es nuestro segundo paro general durante el gobierno de De la Rúa. El primero lo hicimos solos, después de los asesinatos en la represión en la provincia de Corrientes.
�Según Julio Piumato, del MTA (ver aparte) el paro �no fue contra el Gobierno sino contra los poderes económicos�.
�Para nosotros reflejó la profundización de la crisis. Es claro que las propuestas que se están aplicando hoy priorizan el ajuste y apuntan a mantener el enriquecimiento de los grandes sectores económicos. Para la CTA, el eje del paro fue la lucha contra el desempleo y la democratización.
�¿Como ve a futuro el escenario sindical?
�Creo que está creciendo la representación de las organizaciones. Hoy hay un alto grado de deterioro histórico dentro de la clase trabajadora. Hemos retrocedido en el reparto de la renta nacional y esto ha hecho que se fracture. También pesa el aumento del trabajo en negro, del trabajo precario, la desocupación o el temor a la desocupación en los que tienen trabajo estable y, por supuesto, el surgimiento de distintas opciones sindicales, como la CGT empresaria. Pero estamos viendo que hay un despertar de las ganas de organizarse sindicalmente. Es evidente que existe una reactivación de la práctica sindical de cara a la necesidad deencontrar una salida. Y, por supuesto, queremos y esperamos que esa democratización se profundice.
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