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Mañana, en medio de las elecciones, se jugará otra apuesta: la multiplicación de porteños dispuestos a convertirse en donantes de órganos. La apuesta es importante: habrá poco más de 2.500.000 personas que participarán de las elecciones con el DNI en mano y, según las previsiones, un cinco por ciento de ese total podría aceptar inscribirse como donante. En cada una de las escuelas en las que se vote habrá dos integrantes de la Secretaría de Salud del Gobierno de ciudad para recibir consultas, registrar a quienes expresen su voluntad de donar y entregar las cédulas correspondientes. El operativo, considerado inédito a nivel mundial, tendrá otros dos objetivos: difundir el programa de donación y sondear los miedos por los que hasta ahora la mayoría de los porteños no se ha decidido a donar. Al final del día, después de saber si habrá que votar por segunda vez o no, también se conocerá el nuevo número de donantes que tendrá Buenos Aires. Este megaoperativo fue presentado ayer por las autoridades de Salud de la ciudad y la dirección del Incucai. Las expectativas sobre los resultados son entusiastas: �Existe un objetivo principal �explicó Pablo Banazzola, el secretario de Salud�: el incremento de la difusión del sistema de donaciones y la posibilidad de un aumento sustancial de los donantes�. En diálogo con este diario, Bonazzola arriesgó incluso como �un golazo� la inscripción de al menos 5 mil donantes en un solo día. Mañana mismo, a la hora de los resultados, también estará el dato de cuántos porteños se sumaron a la iniciativa. Este proyecto se originó en un despacho de la Legislatura. Hace dos meses, el diputado Cristian Caram recibió a una persona en lista de espera para un trasplante que propuso una alternativa semejante a la que finalmente fue votada hace dos semanas por los diputados porteños. En síntesis, se dispuso que en cada una de las 788 escuelas abiertas para las elecciones exista una mesa con dos personas a cargo de la difusión y registro de donantes. Además de las inscripciones, trabajarán sobre uno de los frentes más conflictivos para el desarrollo de donantes potenciales: el miedo. La Capital Federal tiene uno de los índices más altos de rechazo a la donación. En el país, el 26 por ciento de los operativos de trasplante se suspende por decisión familiar. En la Capital, ese indicador crece al 40 por ciento, aunque en algunas provincias suele alcanzar al 80 por ciento. Los motivos centrales son culturales y especialmente religiosos. Pero Jorge Deluca, coordinador general del Programa de Procuración de Organos de la Ciudad, precisa tres trabas centrales: �La gente tiene miedo a que la maten, hay miedo por la transparencia de las instituciones y por el comercio de órganos�. Cada uno de esos puntos serán medidos también el domingo. Aunque hasta ahora no fueron controlados con precisión estos indicadores, desde Salud indican que el 29 por ciento de la gente no dona por desconfianza a que se dispongan de sus órganos antes de que el potencial donante esté muerto. Pero hay más. En el país hay en lista de espera de 5.500 personas, 5 mil de ellas aguardan para un trasplante renal. Los indicadores locales de donantes son aún bajos: siete por millón de habitantes. En países desarrollados este número está entre los 15 y 25 por millón y, en España, con los mejores indicadores, tiene 32 donantes por millón. Aunque se siguen haciendo campañas, los mitos urbanos y el miedo frenan las inscripciones. Según las estadísticas, esos temores quedan despejados entre las familias que cuentan con alguien que ya ha donado, porque el 90 por ciento de sus miembros �han quedado conformes y dispuestos a manifestar su voluntad como donante�, destacó Deluca. Contra esas buenas perspectivas conspira el trámite llegado el momento: una vez constatada la muerte, el procedimiento para preparar el cuerpo demora doce horas. Y ese tiempo aumenta cuando existe algún trámite de tipo judicial en el medio. Frente a este marco, existe una traba aun central: la falta de información. El 56 por ciento de los porteños no conoce cómo donar susórganos. A esto apunta la megacampaña: será la primera vez que se haga la propuesta con un público cautivo como el que participa de las jornadas electorales. Esa instancia contiene un beneficio extra: todo el mundo tiene sus documentos a mano. En tanto, el SAME será mañana el encargado de recolectar la información que surja de las escuelas y concentrarla en el Hospital de Niños Garrahan, donde se concentrarán los sufragios de esta otra elección.
Por Mónica Gutiérrez
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