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El �niño bien� a punto de recibir la segunda perpetua en siete meses

Tiene 21 años y el fiscal pidió ayer para él la pena de reclusión perpetua por la muerte de un compañero de prisión. Guillermo Alvarez declaró por primera vez en el juicio: dijo que es común que los guardias �hagan la vista gorda� ante hechos como un ajuste de cuentas.


Por Carlos Rodríguez
t.gif (862 bytes) Sobre la base de la abrumadora prueba testimonial que recae sobre el acusado, el fiscal Gustavo Gerlero pidió ayer que se condene �por segunda vez en siete meses� a la pena de reclusión perpetua a Guillermo Alvarez, de 21 años, conocido como el �Niño bien�, por el homicidio del joven Elvio Aranda, de 20, ocurrido el 15 de noviembre de 1998 en la cárcel vieja de Caseros. Obligado por la desfavorable situación en la que se encuentra, Alvarez solicitó prestar declaración indagatoria, luego de haberse negado a hacerlo en la primera audiencia. En su testimonio, además de negar su participación en el hecho, le apuntó otra vez al Servicio Penitenciario Federal (SPF). Aseguró que son habituales los ajustes de cuenta internos con la anuencia de los guardias. �Es común que haya pactos con el servicio para que hagan �la vista gorda� ante algunos hechos�, sostuvo. Dijo que en los supuestos acuerdos �está todo permitido� y, a cambio, los guardias reciben �desde un paquete de cigarrillos hasta dinero�. 
En el juicio oral, varios presos señalaron que fue Alvarez el que le clavó una faca (cuchillo rudimentario) en el corazón a Aranda, con lo que lo mató en el acto, pero nadie supo explicar cómo hizo el autor del crimen para abrir la puerta del pabellón uno, donde ocurrió el homicidio, ya que él estaba detenido en el pabellón cuatro. Sandro Friedl, el celador del SPF que el día del homicidio se encontraba en el pasillo que separa los dos pabellones, sostuvo que le quitaron las llaves dos internos que lo amenazaron de muerte, �apoyándole un elemento punzante en el cuello�. En la instrucción se determinó que los dos co-autores del homicidio eran los internos Gonzalo Pazo y Hugo Schmidt, imputados junto con Alvarez, pero tal afirmación fue puesta en duda durante la audiencia pública. 
A tal punto la cuestión quedó en la nebulosa que el abogado Eduardo Azcuy, que representa como parte querellante a la familia Aranda, pidió la perpetua para Alvarez, pero se inclinó por la absolución de los otros dos acusados. En el caso de Pazo, por �el beneficio de la duda�, y en el de Schmidt, directamente porque �no participó en los hechos�. El fiscal Gerlero opinó lo mismo sobre Schmidt, pero incriminó a Pazo, para quien también pidió la pena máxima. El fallo se conocerá el martes, luego del alegato final de la defensa de Schmidt, que sería absuelto. 
En abril, Alvarez denunció ante la jueza Susana Wilma López �que investiga el supuesto complot para asesinar al juez Alberto Baños� que él estuvo a punto de fugarse luego de pagarle 90 mil pesos a guardias del SPF. En el juicio oral, el �Niño bien� volvió a cargar ayer contra el organismo que controla las cárceles federales. En un relato por momentos confuso, el acusado habló de �pactos� entre el SPF y los internos para �darles un escarmiento� a los presos molestos, en alusión a Aranda, conocido como �el Monito�. Sin embargo, Aranda fue pintado como un detenido �de conducta ejemplar� por los penitenciarios que declararon el jueves. 
Alvarez y Aranda tenían un enfrentamiento personal que los había llevado, dos días antes del crimen, a tomarse a golpes en el patio del penal. Los celadores Friedl, Luis Méndez y Jacinto Luque admitieron que conocían ese antecedente, pero ninguno explicó por qué no se tomaron medidas de seguridad para impedir que volvieran a encontrarse. Es un misterio cómo tuvo acceso a las llaves del pabellón uno el grupo liderado por Alvarez. De los presos que declararon, nadie vio que Friedl haya sido amenazado con una faca en su cuello. 
Algunos dijeron que fue el guardia el que abrió la puerta del pabellón uno y otros dijeron que fue �el Patovica�, como lo llaman a Alvarez. Uno de los testimonios más curiosos, sobre el rol de los guardias, lo brindó en su declaración indagatoria el imputado Schmidt: �Había un guardia (sería Friedl) que estaba solo, parado al lado de la reja, mirando el techo�. El presidente del tribunal, Carlos Bruno, quiso saber qué pasaba en el techo que merecía tanta atención: �No sé�, respondió Schmidt. Un par de metros abajo ocurría el crimen. Si Alvarez es condenado como piden elfiscal y la querella, sumará su segunda perpetua. Eso haría virtualmente imposible que alguna vez pueda obtener la libertad condicional o las salidas laborales.

 

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