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Por Martín Pérez  Sucede en medio de una de las mejores escenas de acción del film, después de las dos primeras muertes y cuando ya se tiene una idea del funcionamiento criminal del asesino. Convenientemente nerviosos, los protagonistas de la escena están reunidos junto a la piscina de una coqueta mansión de Hollywood esperando ver llegar el peligro desde el lugar menos pensado, cuando suena un teléfono. Casi inmediatamente, los cinco se llevan la mano a la cintura buscando su celular. Si el Talón de Aquiles de The Blair Witch Project, la película de terror del año pasado, fue la sospechosa ausencia del bendito celular que le hubiera ahorrado tantos malos momentos a sus protagonistas, en Scream 3 lo que precisamente no faltan son teléfonos celulares. Y no sólo porque el gag recurrente de la trilogía sea el llamado de la muerte del asesino, sino también porque The Blair... es un estandarte del cine independiente mientras que las Scream �más allá de las burlas y tomadas de pelo� son decididamente un producto de Hollywood. Y en Hollywood lo que nunca falta es un celular a mano. Como para que no quepa ninguna duda, es precisamente en Hollywood donde termina la saga iniciada en la �twinpeakesca� ciudad Woodsboro. Si la segunda parte de Scream comenzaba con un asesinato perpetrado en el estreno de un film llamado Puñalada �inspirado en los sucesos de la primera Scream�, Scream 3 termina de dar el paso que hacía falta hacia el otro lado del espejo, y narra el sangriento devenir del rodaje de un film llamado Puñalada 3 al mismo tiempo que es el tercer opus de la trilogía que Wes Craven comenzó junto al guionista estrella Kevin Williamson tres años atrás. Convencido a regañadientes de ponerse al mando de la parte final de su trilogía, Wes Craven por momentos parece más interesado en burlarse de Hollywood a lo Altman que en continuar tirando de los hilos de la tragedia de Sidney Prescott, interpretada por la hermosa y trágica Neve Campbell, genuina heredera del puesto de Wynona Ryder como joven-morochasensible-de-ojos-grandes. Al lado de Craven ya no está Williamson sino un guionista joven y casi a estrenar, un tal Ehren Kruger que mezcla convenientemente los personajes del universo Scream con algo del tono de Las reglas del juego, y es entonces cuando aparecen en escena oportunos cameos de Roger Corman o Kevin Smith, o diálogos memorables como el que intercambian psicópata asesino y productor cinematográfico. �No hace falta que esto termine así, te ofrezco un contrato,  millones... ¡el corte final!�, dice el productor, con el cuchillo del asesino bajo su mentón. �Eso ya lo tengo�, es la respuesta del asesino, que acto seguido realiza su sangriento último corte. Comedia cruel antes que cine de terror, Scream 3 no se priva de nada. Ni siquiera de resucitar alguna víctima para que enumere las reglas de los capítulos finales de las trilogías, entre las que figuran la necesidad de volver al pasado para descubrir algo que no era cierto, como en El Padrino o El regreso del Jedi. O el hecho de que todo puede suceder en el capítulo final, hasta el punto de que el héroe incluso puede morir. Con el romance imposible entre el torpe Dewey (David Arquette) y la cínica Weathers (Courteney Cox) �no tan torpe y no tan cínica, respectivamente, en esta tercera parte� en primer plano, y la oportuna aparición de la angustiada Campbell para agregarle al film la necesaria dosis de suspenso y terror, Scream 3 sin embargo no deja de ser un desfile de personajes y diálogos que �si bien corren el riesgo de transformar al film en un proveedor para juegos de mesa del tipo �Trivial Pursuit�� harán la delicia de cinéfilos y fanáticos varios. Entre las apariciones para festejar están Heather Matarazzo (la niña de aparatos de Welcome to the dollhouse), Parker Posey (su pareja de falsas gemelas con Courteney Cox regala los mejores momentos cómicos del film) y Carrie Fischer como una sosías de la Fisher original, a la que aún desprecia porque asegura que obtuvo el papel de la Princesa Leia luego de acostarse con George Lucas.
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