Por Marcelo Justo
Desde Londres
Son una curiosa amalgama, un novedoso fenómeno que se define como global y que dio la vuelta al mundo a partir de las violentas manifestaciones que conmovieron la conferencia de la Organización Mundial del Comercio en Seattle el pasado diciembre. La última fue en Londres, el pasado lunes 1º de mayo. Uno de los grupos principales que promueven estas protestas es �Reclaim the Streets� (Reconquistar las calles). Página/12 dialogó con John Tann, miembro del grupo que se negó a llamarse portavoz o a revelar su edad o profesión. �Esos datos son irrelevantes. Lo único que importa es que pertenezco a �Reclaim the Streets� y que no tenemos jefes, portavoces o diferenciaciones internas: todos los que estamos pertenecemos por igual al movimiento.�
�¿Cómo evalúan la protesta del 1º de mayo?
�No fue una protesta sino una jornada de acción directa en la que participaron miles de personas en una atmósfera carnavalesca y de verdadera libertad para colaborar en una tarea común y creativa que es beneficiosa para todos y no para una minoría. Tomamos el centro de Londres y demostramos que se pueden hacer cosas maravillosas con un pedazo de ciudad.
�¿Cómo definen su política de acción directa?
�Significa que la gente está en control de su vida, que no dependen de una estructura política jerárquica que les dicta qué hacer. La palabra protesta sugiere que algo existe y que uno trata de cambiarlo, ajustarlo. La acción directa es decir que la estructura �el capitalismo, la Cámara de los Comunes� es irrelevante. Ni siquiera ignoramos estas estructuras. Simplemente hacemos lo que tenemos que hacer mediante la acción misma. Nuestro movimiento no usa ninguna estructura jerárquica. Nadie da órdenes, nadie las obedece. Somos completamente democráticos.
�¿Qué piensa de los hechos de violencia que ocurrieron?
�La acción que realizó �Reclaim the Streets� se limitó a lo que ocurrió en la plaza del Parlamento. En ningún momento abandonamos la plaza. Los hechos de violencia, como la destrucción del McDonald�s y los enfrentamientos con la policía, ocurrieron a cierta distancia de donde estábamos. De modo que todo lo que sucedió fuera de la plaza no fue parte de nuestra �guerrilla de jardines�. En cuanto a la violencia creo que hay que diferenciar entre la que se ejerce contra la propiedad y la que se realiza contra el ser humano. El capitalismo es violento contra el ser humano. Más de cuatro millones de niños viven en la pobreza en el Reino Unido en momentos en que en la City londinense se está erigiendo un nuevo y monumental edificio a la codicia.
�¿Se soluciona la pobreza de esos niños destruyendo un McDonald�s?
�No. Simplemente es una manera de canalizar la bronca que tiene mucha gente. Ni estoy de acuerdo ni condeno esos hechos de violencia. Pero hay que recordar, como saben los artistas, que no se puede crear sin destruir.
�¿Cuál es el objetivo último de �Reclaim the Streets�?
�No es terminar con el capitalismo. No se elimina el capitalismo o el imperialismo, pero se los puede subvertir continuamente. Nuestro objetivo es concientizar, demostrar que no es necesario formar parte de esta maquinaria parasitaria.
�¿Les parece entonces posible crear un mundo sin multinacionales u organizaciones multilaterales?
�Por supuesto. No hay ninguna ley química o vital que determine desde el origen del universo que debamos tener multinacionales, globalización o Organización Mundial del Comercio. Podemos vivir sin ellas. Son organizaciones negativas, destructivas y antidemocráticas.
�Muy poderosas también.
�Sí. Pero también lo fue el Imperio Romano. O el británico hasta que Mahatma Gandhi decidió quebrarlo. Hoy el imperio son los mercados globales. Pero no son necesarios y, por lo tanto, podemos eliminarlos. El comercio organizado por la OMC está en abierta contradicción con la democracia. El año pasado 200 millones de europeos se manifestaron en contra de la importación de carne estadounidense alimentada con hormonas. Esto no le importó a la OMC, que declaró que Europa estaba violando las reglas del comercio mundial.
�Mucha gente opina que ustedes son un movimiento de país desarrollado y que por eso pueden oponerse al crecimiento del comercio mundial que naciones más pobres necesitan urgentemente para mejorar las condiciones de vida de su población.
�Nuestro movimiento es global y anticapitalista. En él participan movimientos alternativos del norte y populares del mundo en desarrollo como las organizaciones indígenas, los zapatistas, los trabajadores rurales de la India. El 18 de junio pasado se realizaron manifestaciones contra el capitalismo en todo el mundo. En Nigeria unas 15.000 personas se manifestaron en las calles y le aseguro que no eran ni blancos ni ricos. Este es un movimiento que tiene manifestaciones muy diversas. Por ejemplo, Cuba, más allá de lo que uno piense del gobierno, tiene unas 4 o 5000 huertas que producen comida orgánica. Esto forma parte de lo que nosotros pensamos, de modo que creo que no somos un movimiento de mundo desarrollado satisfecho. En cuanto a la segunda parte de su pregunta pienso que con la OMC, el FMI y el Banco Mundial se da el absurdo de situaciones como la del gobierno de India que terminan pidiendo que no se apliquen las leyes internacionales sobre trabajo infantil esclavo porque si no, no van a poder cumplir las metas que se exigen para los préstamos. El efecto de la globalización comercial es que los gobiernos terminan explotando a su propia población para conseguir ese elusivo objetivo que es el crecimiento económico. En la práctica, las políticas que se están aplicando están produciendo un abismo entre ricos y pobres. Esta división no obedece a una ley física inmutable sino que la creó el capitalismo, que premia las fuerzas más oscuras de la naturaleza humana: la codicia, la competencia, etc. No hay razones para que vivamos así. No decimos que haya algo malo con el comercio en sí. Nosotros estamos de acuerdo con el concepto de comercio justo, en el que los productores obtienen el beneficio directo de su trabajo sin la acción de un intermediario que se lleva el producto del trabajo ajeno. Esto es lo que pasa con el café, donde poderosas organizaciones de intermediarios en Londres, que jamás han olido un grano de café, se llevan los beneficios.
�¿Cuál es la próxima acción directa?
�Nos reunimos cada martes y debatimos qué se puede hacer. De ahí salen las ideas. No tenemos estructuras jerárquicas. De manera que se irá decidiendo a medida que avancemos.
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