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Ganadores Aníbal Ibarra: Su candidatura fue cuestionada dentro de la Alianza no bien Graciela Fernández Meijide cayó ante Carlos Ruckauf en la provincia de Buenos Aires. Siete meses después de aquel episodio, Ibarra ganó apabullando a Domingo Cavallo por una diferencia insalvable y en condiciones inmejorables para volver a batirlo en segunda vuelta, si es que finalmente el ex ministro de Carlos Menem decide seguir en carrera. El ex fiscal fue afianzándose en su rol de candidato a medida que avanzó la campaña y supo mantener la calma en su tropa cuando �luego de la interna telefónica entre Cavallo y Gustavo Beliz� la oposición se acercó a sólo tres puntos en las encuestas. Contra el consejo de más de un asesor, Ibarra debatió con el economista, le ganó frente a cámaras y comenzó a despegarse. A partir de ese instante, nadie dudó del triunfo de la Alianza, que finalmente se concretó ayer. A partir de hoy, el ex fiscal se convirtió en un nuevo referente de su partido �el Frepaso�, solidificando la posición en la Alianza (ver más información en página 4). 

Carlos �Chacho� Alvarez: Desde 1994, Chacho viene apostando al crecimiento político de Ibarra, que ayer llegó a su punto de maduración. La Capital Federal es el distrito que vio nacer al Frepaso, una creación de Chacho adoptada por los porteños, que le dieron victoria tras victoria. Tanto es así que en más de una oportunidad Alvarez debió contener la avanzada nacida en sus propias líneas intermedias para que él compitiera por el cargo de intendente, primero, y de jefe de Gobierno porteño, después. Chacho desarticuló, cada vez que se presentó, una operación en ese sentido. La victoria de ayer �que a no ser que medie una catástrofe repetirá (de haber) en segunda vuelta� revitaliza al Frepaso, lo solidifica dentro de la Alianza y lo equilibra en el seno del gobierno nacional. Este triunfo cubre las espaldas del vicepresidente en la Capital, permitiéndole repensar su propio futuro político fuera del distrito. Para Alvarez, el triunfo de su prohijado Ibarra es casi personal, un producto más de su laboratorio político. 


Fernando de la Rúa: Comparte con Ibarra un aliancismo convencido. Fue el Presidente quien dio el primer espaldarazo público al candidato, mucho antes de iniciarse la campaña porteña y cuando aún no había asumido la primera magistratura: ocurrió en París, cuando era presidente electo. Sumó a Ibarra a la diminuta comitiva que lo acompañó al congreso de la Internacional Socialista y le otorgó un lugar que trascendió largamente el de chaperón del rey: incorporó al candidato a todas las reuniones que mantuvo con la mayoría de los principales dirigentes del mundo occidental. Amén de la fuerte apuesta que hizo el Presidente cuando la candidatura de Ibarra era cuestionada desde el radicalismo, De la Rúa ganó ayer una bocanada de aire fresco para su gobierno. Para empezar, el triunfo en la Capital envió al olvido el paro que la CGT rebelde realizó el viernes pasado; además, ahora le será más difícil a la oposición negarle alguna medida a un Gobierno que ha sido ratificado con casi el 50 por ciento de los votos en el segundo distrito electoral del país. De haber ballottage, su gobierno volverá a recibir dentro de 15 días más una nueva oxigenación.


Irma Roy: En octubre de 1999 inauguró, como segunda de Jorge Telerman (hoy en el núcleo cercano a Aníbal Ibarra), la rebeldía en el peronismo porteño, participando con la sigla del bordonista partido PAIS en una lista de candidatos a diputados nacionales separada del PJ oficial. Era la lista duhaldista. Arañó el cinco por ciento de los votos tras una campaña relámpago que duró apenas 20 días. En esta oportunidad, renovó lapatriada, esta vez como candidata doble standar: a jefa de Gobierno y a primera legisladora. Y repitió la hazaña que en esta oportunidad tuvo réditos mayores: consiguió una banca para ella en la Legislatura y, al cierre de esta edición, para otros tres miembros de su nómina. Irma se instaló en la campaña, hizo un buen papel en el debate cuyas figuras centrales fueron Ibarra y Cavallo y ganó una interna virtual: aplastó al candidato oficial del PJ, Raúl Granillo Ocampo. A partir de esta elección, Irma Roy ganó su lugar de referente insoslayable dentro de la segura renovación que el peronismo deberá realizar en la Capital.

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