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Por Diego Schurman Con o sin segunda vuelta, el resultado de las elecciones de ayer comenzaron a trazar el nuevo mapa político de la oposición. Las aspiraciones de Domingo Cavallo de pelear la presidencia de la Nación se diluyeron con el correr de las horas. Pero su presencia aún parece ser clave para algunos justicialistas que quieren recrear la alianza de centro-derecha que tanto rédito electoral le dio a Carlos Menem en los �90. Anoche Cavallo buscaba fortalecer su postura denunciando �fraude� y manteniéndose firme en su idea de ir a un ballottage. �No vamos a tirar la toalla�, azuzó. Claro que el debate recién está abierto, ya que el éxito electoral de Irma Roy �en contraposición con la histórica derrota del menemista Raúl Granillo Ocampo� abre un nuevo espacio para aquellos que promueven el retorno de un �peronismo�peronista�, ubicado en los antípodas del liberalismo cavallista. u Aspiraciones. La derrota con la Alianza, si bien habría una segunda vuelta, lo deja a Cavallo sin sueño presidencial. Habrá que ver de qué manera afecta el resultado a Carlos Ruckauf, quien jugó abiertamente por el ex ministro y hasta le ofreció, ayer mismo, organizar un acto en la Capital para fortalecer sus chances ante un eventual ballottage. Carlos Reutemann, otro de los presidenciables del PJ, también apoyó a Cavallo en la campaña. Pero ayer calló. u Frente. Más allá del resultado, Cavallo se mantiene como el principal referente de la centroderecha y exhibe un importante número de votos cautivos. De la vorágine política y las pujas internas del PJ, dependerá su eventual inclusión en las filas del justicialismo y su prevalencia sobre una corriente emergente que pregona la vuelta a las fuentes del peronismo clásico. u Alianzas. De concretarse el ballottage, Cavallo apenas podrá esquivar el letrero de �perdedor�. Habrá que ver con qué sector del justicialismo mantendrá negociaciones �Reutemann siempre soñó integrar una fórmula con el ex ministro� y si aceptará resignar el primer lugar de una candidatura a presidente o, caso contrario, si preferirá jugar por fuera del PJ. No se descarta que apueste a la personal y pelee por la senaduría el año que viene. u Certezas. El futuro de Gustavo Beliz es más incierto. Se quedó sin el pan y sin la torta. Cuando se lanzó la campaña estaba entre la Alianza y Cavallo. Finalmente terminó juntándose con éste después de un cruce de duras acusaciones. El incierto reacomodamiento del PJ le deja abierta la posibilidad de obtener un espacio propio, pero sin duda su proyecto quedará relegado. u Debate. La buena performance de Irma Roy se pondrá sobre la mesa a la hora de debatir el �peronismo que viene�. Si bien ayer dejó libertad de acción a sus votantes frente a un eventual ballotage, durante la campaña Roy habló bien de Ibarra y éste no descartó incorporarla a su gabinete en caso de ganar. Se trata, al fin, de posiciones estratégicas: un importante sector del justicialismo �incluido el que apoyó a Roy� evalúa que el éxito de Cavallo es la derrota de la renovación partidaria. u Pelea. Roy no disimuló ayer su entusiasmo y anunció públicamente que peleará la conducción del justicialismo capitalino en septiembre, cuando se renueven las autoridades. De todos modos, para la actriz, el comicio de ayer fue una suerte de anticipo de la interna, ya que Raúl Granillo Ocampo quedó relegado al séptimo lugar y sólo logró incorporar al psicólogo Mario �Pacho� O�Donnell como legislador u Víctima. Roy no fue la única que salió con los tapones de punta contra Granillo. También lo hicieron Daniel Scioli y Claudia Bello. La ex funcionaria menemista fue una de las principales víctimas de la irregular interna del PJ, y ayer se sumó a los reclamos de una nueva interna para dirimir la conducción porteña del justicialismo. u Fracaso. El fracaso de Granillo, la cara del menemismo a pesar de que el ex presidente lo plantó en el acto de cierre de campaña, es otra de las �crónicas de una muerte anunciada�. Granillo acaparó la �sigla PJ�. Pero no el apoyo del abanico justicialista. Es más, su cuestionado triunfo en la interna partidaria, y por lo tanto su representatividad, produjo la conocida diáspora del PJ porteño. u Historia. A Granillo hay que adjudicarle un récord histórico. Hizo la peor elección que se recuerde para el peronismo de la Capital. Al cierre de esta edición figuraba séptimo, con menos del 2 por ciento de los votos, por debajo de Izquierda Unida y el Partido Humanista. Hasta Jorge Domínguez, el primer candidato menemista a jefe de Gobierno porteño, y Scioli, como candidato a diputado, hicieron mejores elecciones. u Acomodados. Quedaron bien posicionados, en cambio, los justicialistas Juliana Marino y Jorge Mercado, quienes se sumaron al proyecto de la Alianza porteña. Lo mismo ocurrió con Jorge Argüello, Alberto Iribarne, Alberto Fernández, María Laura Leguizamón, Víctor Santa María, entre otros de los que jugaron con el proyecto de Cavallo. u Legislatura. Cavallo tendrá un bloque clave en la Legislatura porteña (se habla de una veintena), nutrido por los numerosos peronistas que participaron de la boleta Encuentro por la Ciudad. Roy, desde PAIS, también aportará sus legisladores (se estiman cuatro). Habrá que ver si el reacomodamiento interno del PJ nacional logra abroquelar a todos los diputados de extracción justicialista, más allá de que hayan ingresado a la Legislatura por fuera del partido.
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