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Por Pedro Lipcovich Los 119.063 porteños que firmaron ayer su disposición para que sus órganos fueran donados después de su muerte marcaron el vuelco positivo más importante en la historia de los trasplantes en la Argentina. Este resultado se obtuvo gracias a la campaña �Elegir es dar vida�, que se llevó a cabo en los 788 locales de votación, con mesas del Incucai donde, además de recibirse las inscripciones, se respondieron dudas y se distribuyó información. La cifra equivale a más del 7 por ciento del total de las personas que emitieron su voto. El presidente Fernando de la Rúa anunció su propósito de impulsar una ley para que la consulta se generalice en elecciones nacionales. Los que firmaron deben dar aún un segundo paso, tan importante como la firma en sí, que es comunicar su decisión a sus familiares, quienes, llegado el caso, serán los encargados de hacer cumplir esa voluntad. Además de las casi 120.000 firmas, se registraron 58.281 consultas de ciudadanos que, sin inscribirse todavía, quisieron aclarar sus dudas. �Las vamos a clasificar por temas, lo cual nos dará datos sobre los temores predominantes en la población, muy útiles para futuras campañas�, dijo a este diario Pablo Bonazzola, secretario de Salud de la Ciudad. �Esperá, que tengo que firmar algo�, le decía, a las 3 de la tarde, Juan Pablo Trigo, ingeniero, de 38 años, a su pequeño hijo, que lo tironeaba del brazo a la salida de la votación, en la escuela de Vicente López y Junín. Como muchos de los que se comprometieron ayer, Trigo ya tenía tomada la decisión: �Siempre pensé en hacerlo, pero nunca me puse con los trámites. El otro día vi en la tele que iban a estar estas mesas, y aproveché�. En todos los barrios, la gente llegó a hacer cola ante las mesas para firmar y recibir la Cédula de Donación extendida por el Incucai. El operativo había sido dispuesto por la Legislatura de la Ciudad, a partir de un proyecto del diputado Cristian Caram, quien a su vez lo había consultado con el instituto nacional encargado de coordinar la procuración e implantes de órganos. �La iniciativa nos resultó muy interesante �dijo a este diario María del Carmen Bacqué, presidenta del Incucai�: la diferencia con proyectos anteriores, que no prosperaron, es que no se preguntó compulsivamente a todos los votantes para que contestaran sí o no, sino que se les ofreció la posibilidad de aprovechar el acto eleccionario para expresar su voluntad o formular consultas.� La ley fue implementada por la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Las mesas fueron atendidas por 1883 agentes, trabajadores de hospitales porteños, que habían recibido capacitación especial y fueron asistidos por voluntarios del Incucai, ellos mismos trasplantados o familiares de personas en lista de espera. Jorge De Luca, coordinador general del Programa de Procuración de Organos de la Secretaría de Salud porteña, evaluó que �la respuesta fue mucho mayor que lo esperado, y seguramente otras ciudades van a imitar este operativo�. En las primeras horas, hubo dificultades �en un cinco por ciento de los locales de votación �admitió De Luca�, donde no había llegado el material, pero los problemas se solucionaron en la mañana: es que la ley se aprobó hace 20 días y hubo que hacer todo con mucho apuro�. En la escuela de Independencia y Saavedra, barrio de San Cristóbal, la ciudadana Elena Menéndez contaba al cronista: �Hace rato que pensaba firmar la donación. Lo hubiera hecho cuando renové mi DNI, pero todavía no existía esa posibilidad, y ahora aproveché�. Antes de firmar, consultó �la duda que tenía sobre el tema de la donación de piel: yo tenía la idea de que se puede sacar en vida, pero el señor de la mesa me explicó que no, que por reglamento del Incucai no es así�. El señor de la mesa era Fabián Patachiuta, quien comentó que �la pregunta más frecuente de la gente es cómo se garantiza que la personaestá realmente muerta�. María Del Giúdice, encargada de la mesa en la escuela de Vicente López y Junín, barrio de Recoleta, señaló que otras dudas frecuentes se refieren �a la edad: mucha gente de más de 60 pregunta si sus órganos todavía pueden servir; o personas que tuvieron enfermedades como la hepatitis preguntan si el órgano afectado se puede utilizar igual�. La respuesta: se puede ser donante sin importar edad ni los antecedentes. �Yo soy donante desde el �78, pero quiero la credencial, porque en esa época daban una papeleta inmensa�, decía una señora en la escuela de Perón y Uriburu, barrio del Once. En Necochea y Olavarría, la Boca, el ciudadano Carlos Jorge, de 39 años, técnico de TV, opinaba que �están bien estas mesas porque muchos somos un poco quedados para ir a hacer el trámite. Yo soy católico, creo en la vida después de la muerte y me gusta que mis órganos den vida a otra persona�. En la escuela de la calle Perón, Eugenia Sternik preguntaba: �¿Es cierto que la decisión final la tiene la familia?�. La encargada de la mesa, Mirta Vivas �jefa de enfermería en el Servicio de Terapia Intensiva del Hospital Fernández� le ratificó que �si la familia se opone, la donación no se puede hacer; muchas veces hemos tenido que interrumpir operativos ya iniciados porque los deudos no respetan la voluntad del donante�. �Por eso es importante que la familia esté informada�, comentó Claudia Cotín, de 22 años, hija de la señora Sternik, que hacía también su propio trámite de donación. La doctora Bacqué destacó que �la Ley de Trasplantes pone a la familia como garante de que se cumpla la voluntad del donante: para los porteños que desde ayer tienen su carné de donación, lo más importante es compartir la decisión con su familia�.
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