Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

el Kiosco de Página/12

Creativo
Por Antonio Dal Masetto

Podrán decir muchas cosas de Danielito, buenas y malas, pero quien lo haya conocido no podrá negar que es un tipo creativo, talentoso y de vocaciones múltiples. A muy temprana edad, siete, ocho años, ya había aprendido que los coleccionistas tienen un costado oscuro, que es también su talón de Aquiles: la codicia. Danielito era un maestro en fabricar miniaturas antiguas. Las copiaba de libros especializados. Lograba réplicas perfectas. Las envejecía con el pis de su perro Cholo, hollín, aspirina y jugo de berenjena. Los domingos, en el parque, armaba su escenario, hacía como que jugaba con las miniaturas y siempre picaba algún coleccionista codicioso. Le ofrecían en trueque juguetes valiosos o directamente le mostraban unos billetes. Después de un tiempo, varios de ellos fueron a golpearle la puerta de la casa para presentar sus quejas y Danielito tuvo que buscar otra pasión.
A los trece años se despertó su vocación de calígrafo. Ofrecía souvenirs auténticos, producto de la sensibilidad de su muñeca: camisetas, botines, yesos de piernas y brazos, pantaloncitos, medias, pelotas, todo autografiado por los grandes cracks de la historia del fútbol. Pasados los meses, vientos desfavorables lo empujaron a cambiar de inquietud.
Alrededor de los dieciséis floreció en Danielito la inclinación por la orfebrería. Acondicionaba relojes de segunda y los convertía en piezas de marcas afamadas. Trabajo fino. Se desprendía de ellos por poca plata en las estaciones de trenes y de ómnibus, con el argumento de que había perdido el dinero del pasaje para viajar a Córdoba. Un día se le acercó un señor que se dedicaba a lo mismo y le dijo: �¿Todavía no viajaste, pibe? Dentro de un rato sale un expreso para Córdoba, no lo dejés escapar, acá no hay lugar para los dos, llegó la hora de que te tomés el raje�. Tuvo que cambiar de vocación.
Siguieron diferentes especialidades: arqueología, política, impresión de billetes nacionales y extranjeros, reliquias religiosas (astillas de cruces y de huesos de mártires, clavos, trozos de sudarios, etc.). Nunca se achicó ante los tropiezos. El período pictórico le dio muchas satisfacciones. Se había asociado con un conocido marchand y utilizaba el truco de la tela doble. Detrás de la obra de un cotizado pintor contemporáneo colocaba una tela en blanco. Llevaba el cuadro a autenticar y el experto, obviamente sin saberlo, ponía su sello y firma en la parte de atrás, dando por auténtica la tela en blanco. Más tarde, sobre esa tela, Danielito copiaba con mano maestra la obra original, que luego era vendida a algún museo o a un coleccionista particular.
Me acuerdo de todo esto mientras viajo a Pilar, invitado a un asado por Danielito, que reapareció después de mucho tiempo. Me encuentro con una gran casa y un cartel en el frente: Bismark, criadero y escuela de adiestramiento del ovejero alemán. En el terreno de atrás ladran los perros. Danielito me muestra los caniles y me recomienda cuidado porque los animales son bravos, capaces de destrozar a cualquiera, solamente respetan a los patrones y a los amigos. �Resolví dedicarme al entrenamiento de perros porque mi nueva pasión es la etología. Todo lo que sé sobre el comportamiento de los animales lo aprendí del gran maestro Konrad Lorentz�, dice. Llegan tres caballeros elegantes: Gonzalo, Patricio y Ramiro. Se larga el asado. A los postres, Danielito les dice a sus invitados: �Señores, no se olviden de llevarles los huesitos a sus amiguitos Prinz, Sigfrido y Kurt, y acuérdense de acariciarles la oreja derecha�. �¿Clientes, amigos o discípulos?�, le pregunto cuando quedamos solos. �Asociados �me contesta�. Expertos en logística y transporte. Pueden vaciar el contenido de una casa en cuestión de minutos. Han hecho una gran amistad con Prinz, Sigfrido y Kurt. Los tres perros guardianes ya han sido vendidos a personas importantes que viven en grandes mansiones. Ramiro, Gonzalo, Patricio y los animalitos se van a extrañar. No te imaginás la intensidad que puede alcanzar la relación afectiva entre los humanos y los perros. Por eso, para hacerles sentir que no han sido olvidados, mis asociados, oportunamente, les harán una visita a sus amiguitos caninos. Eso sí, tomarán todas las precauciones para evitar causar molestias en el nuevo hogar y, para que sea una visita discreta, aprovecharán algún momento en que los dueños de casa estén ausentes�.


rep.gif (706 bytes)

PRINCIPAL