|
Marx y Ruckauf
compartieron un desayuno de trabajo con inversores y empresarios que
participan del "Davosito", como se denomina a estos encuentros
regionales que se realizan como derivación de la convocatoria anual en
Davos, Suiza. Ambos coincidieron en su respaldo a la convertibilidad, pero
se diferenciaron al considerar la perspectiva monetaria para la región.
La inquietud de los participantes del desayuno era conocer cómo estaría
preparada Argentina para un eventual ataque especulativo contra su moneda.
"Argentina perdió
su moneda a principios de los '90, recuperó el uso del peso en el corto
plazo, pero en realidad es un recibo por un dólar y el Gobierno no puede
cambiar esto", sostuvo Marx. Y al ser consultado sobre la alternativa
de llegar a una moneda común regional, respondió que "en el largo
plazo esto se va a ir resolviendo solo, porque con la creciente integración
de los mercados financieros la gente va a ir eligiendo la moneda que más
le sirva".
Ruckauf, en tanto,
tras destacar sus coincidencias con el gobierno nacional en "la
decisión de no modificar la convertibilidad", agregó que en caso de
una crisis financiera que impactase sobre el sistema monetario, Argentina
iría al dólar. "Antes o después, la unión americana, cuya
locomotora son los Estados Unidos, hará que la moneda sea el dólar",
refirió. El gobernador justicialista no sólo confrontó ideas con Marx,
sino incluso con Fernando Henrique Cardoso, presidente del Brasil, quien
rechazó la posibilidad de la dolarización. "No importa lo que
piense cada uno, el dólar es la moneda del continente; tampoco los
ingleses querían que el euro lo fuera, pero la verdad es la única
realidad", expresó.
En declaraciones
posteriores a agencias locales, por vía telefónica desde Río, Marx
corrigió sus dichos tratando de evitar que la propuesta de la canasta de
monedas fuera interpretada como la sugerencia de una puerta de salida a la
convertibilidad. "El nunca habló de una canasta, sino que la
referencia fue hecha por una consulta de los presentes", explicó un
vocero del Ministerio de Economía. "No sólo sostuvo que Argentina
se mantendrá en la convertibilidad, sino que además sugirió que se podría
avanzar hacia una convertibilidad latinoamericana, donde cada país fije
su paridad con el dólar pero sin perder su moneda local", completó
la fuente.
Respecto a la
coordinación macroeconómica planteada por Brasil y Argentina, el
secretario de Finanzas dijo que primero se homogeneizan las estadísticas,
"luego se pondrán las metas y después la conexión de los
mercados de capitales de la región". Destacó "el rol
disciplinador de los mercados, que es el más relevante" y dijo que
la "unificación de los mercados de capitales del Mercosur"
permite que "con la movilidad de capitales los inversores noten
cualquier discrepancia en las políticas macroeconómicas deseables y actúen
inmediatamente". Daniel Marx también afirmó, en el panel, que Argentina deberá ir convergiendo con el resto del mundo en lo que hace a gravar con el impuesto a las Ganancias a los dividendos, y llegó a afirmar que "en los próximos meses veremos...". Posteriormente, en un diálogo con la prensa, desandó sus dichos y dijo que "no hay nada en particular, sólo una comisión de estudio". Y aunque eludió referirse a las palabras de Fernando Henrique Cardoso sobre las restricciones que impone el FMI a las políticas sociales, reconoció que "lo que está disponible para recursos sociales no es abundante".
De
los datos presentados surgen, como secuelas negativas de 1999, la caída
de los precios de las exportaciones, la disminución de la inversión
extranjera y el agravamiento de la pobreza en la región. Sin embargo,
para los empresarios, estas consecuencias desfavorables van en camino de
revertirse: un 62 por ciento de los encuestados considera que este año
crecerá la inversión extranjera directa y un 71 por ciento, que crecerá
el empleo. En tanto, un 93 por ciento cree que aumentará el PIB de sus
respectivos países. En cuanto a las causas de la pobreza, un 85 por
ciento de los empresarios la atribuyen a las bajas inversiones en educación,
un 72 por ciento a la corrupción y un 69 por ciento a la mala distribución
de la renta.
Al
momento de considerar cuáles son los principales problemas que afectan a
los latinoamericanos, individuales y colectivos, los empresarios
respondieron que la mala distribución de la renta (73 y 70 por ciento,
respectivamente) y el desempleo (68 y 70 por ciento). Frente a estas
debilidades estructurales, las propuestas mayoritarias de los consultados
fueron que los gobiernos actúen con rapidez para reducir el déficit público
(81 por ciento) y mejorar la calidad de la administración pública (81
por ciento).
La
mayoría de los encuestados admitió que en 1999 redujo o mantuvo el número
de empleados (71 por ciento) en relación con 1998 y que este año prevé
aumentarlos (26 por ciento) o mantenerlo (49) en relación con el año
pasado. "VITAL
PARA GRUPOS ECONOMICOS"
La
Unión Aduanera también es vital para los grupos empresarios argentinos
--entre los que el directivo mencionó a Arcor, Impsat, Techint y Socma--
porque son la base de lanzamiento previa que "les permite ganar
escala y competitividad en el mundo", afirmó el consultor. En cuanto
a Brasil, consideró que la integración regional le posibilita
"agregar un tercio más al tamaño de su economía y le da bases para
transformarse en una potencia regional y mundial". Los cuatro socios del Mercado Común "entienden que hay que construir una base económica importante en la región, que permita después negociar en mejores relaciones de fuerza con Europa, Asia y Estados Unidos", agregó Forteza. A la hora de señalar debilidades, se refirió a la endeblez de las instituciones comunes. "Con esta base institucional y de infraestructura, el Mercosur no puede seguir adelante. Hay que profundizar en la construcción de su interconexión física y de instituciones más sólidas", concluyó.
|