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 Problemas domésticos en Israel, reuniones de líderes árabes, idas y venidas de enviados para la paz en Medio Oriente, inquietud y combates en el sur del Líbano. Todos estos factores se mezclan en el proceso a dos puntas que desarrolla Israel: por un lado, el camino cada vez más escarpado pero siempre promisorio hacia un acuerdo de paz con la Autoridad Nacional Palestina, y por el otro los preparativos para la retirada israelí del sur del Líbano, preludio de un posible pero aún invisible proceso de paz con Siria. Esta retirada es lo que parece más tangible. A pesar de los continuos combates con la guerrilla pro iraní Hezbollah, el pro israelí Ejército del Sur del Líbano (ESL) abandonó definitivamente una posición militar. Y su líder, el general Antoine Lahad, solicitó al presidente libanés Emile Lahud una amnistía para sus 2500 soldados por los crímenes de guerra. Pero él se autoexcluyó del perdón.El domingo, Hezbollah había matado en su ofensiva a un integrante del ESL en la frontera entre el Líbano y la �zona de seguridad� que Israel anexó a su territorio en 1982. Aviones de guerra israelíes respondieron con una lluvia de doce misiles. Y según aseguran fuentes militares este tipo de ataques y contraataques será cada vez más frecuente a medida que se acerque el 7 de julio, fecha final del retiro de tropas. Sin embargo, en la ciudad fronteriza israelí de Kiryat Shmona, no están contentos con la situación y la intendencia anunció que anulará las celebraciones del Día de la Independencia de Israel, que comienza hoy. Los habitantes de Kiryat Shmona no son los únicos que aprovecharán la fecha para protestar. En las calles del barrio de Mea Shearim de Jerusalén, el más ultraortodoxo del país, ya aparecieron banderas negras con leyendas en las que se condena la existencia del �sacrílego� Estado de Israel. Los ultraortodoxos niegan el derecho del Estado de Israel a existir mientras no llegue el Mesías. Según el diario Maariv, la policía israelí ya se preparó ante la eventualidad de actos de violencia por parte de los ultraortodoxos. Del lado palestino, los vientos para el gobierno del premier israelí Ehud Barak son cambiantes. Las negociaciones para llegar a un acuerdo marco fueron relanzadas anteayer por el mismo Barak y el líder palestino Yasser Arafat. Los buenos auspicios fueron relativizados por el canciller israelí David Levy, quien admitió que �las diferencias son todavía muy profundas�. Las olas de optimismo al respecto llegan del extranjero. El enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, Dennis Ross, dijo que el camino es �difícil pero no imposible�, mientras su presidente Bill Clinton aclaraba que �si de verdad quieren el acuerdo, lo conseguirán�. Y el diario francés Le Monde entendió que los progresos conseguidos son �significativos�. No parece que los palestinos lo interpreten de esa manera: ayer, diez de ellos fueron heridos por la policía israelí, al calor de las manifestaciones que piden la liberación de los presos palestinos en las cárceles israelíes. En cuanto al otro �frente de paz�, el de Siria, los presidentes de ese país y Egipto, Hafez el Assad y Hosni Mubarak, dijeron que la puerta para la reanudación del diálogo sirio con Israel está abierta. Claro que el canciller sirio, Faruk al Chara, acusó a Barak de no trabajar en favor del logro de una paz justa en la región. En medio de todo esto, el presidente israelí Ezer Weizman anunció que renunciará �de aquí a fin de año�. Detrás de la decisión está el caso de corrupción en el que está implicado, y por el que aún no sabe si será procesado.
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valíamos de personas judías que estaban vinculadas con musulmanes para obtener información�, �confesó� ayer ante la televisión estatal de Irán el rabino de Isfahán, Chahroj Paknahad (foto). A pesar de tanta exposición en los medios, la cuarta audiencia del juicio contra 15 judíos iraníes acusados de realizar espionaje para Israel se realizó ayer ante el Tribunal Revolucionario de Chiraz a puertas cerradas �por razones de seguridad�. Sólo tres de los 15 acusados dieron testimonio, entre ellos el rabino Paknahad, pero dos apenas reconocieron ser �indirectamente� culpables de los cargos en su contra, por lo que su abogado, Ismael Nasseri, aseguró que �en ningún caso pueden ser considerados espías. Actuaron por razones afectivas, para servir a su comunidad�.