Por Sergio Moreno y Santiago Rodríguez
�Aníbal mueve las blancas.� Esta metáfora fue la manera que eligió ante Página/12 un importante dirigente radical del distrito para dejar claro que la iniciativa y la prerrogativa para conformar el futuro gabinete porteño la tiene el jefe de Gobierno electo. Ibarra abrirá el juego recién dentro de un par de semanas, a la vuelta de sus vacaciones, y hasta entonces nada se moverá en el tablero político de la Alianza. Todos en el Frepaso y el radicalismo hablan del �equilibrio� de la próxima gestión y comentan que la idea no es repartir espacios de poder, sino consensuar nombres para cada cargo a cubrir. También coinciden en que la conformación del futuro gabinete de la ciudad se terminará de definir en una mesa en la cual Ibarra se sentará con Fernando de la Rúa, Carlos �Chacho� Alvarez y probablemente Cecilia Felgueras.
Ibarra jurará el próximo 6 de agosto. A partir de entonces entrará al ruedo de la política nacional como un gobernador, y no como uno más, sino como el responsable de conducir el segundo distrito del país. En el Frepaso, pero también en la UCR, lo saben y nadie lo cuestiona como el poseedor de la lapicera con la cual se firmará la designación de los integrantes del gabinete porteño. Cierto es también que Ibarra llegó a donde llegó como candidato de la Alianza y que, por lo tanto, tratará de definir una estrategia política en consonancia con el gobierno nacional.
Apenas se apagaron las luces del escenario del Teatro Coliseo, donde la Alianza celebró antenoche su triunfo electoral �tras la decisión de Domingo Cavallo de no presentarse a la segunda vuelta�, comenzó la tómbola de los nombres para el gobierno porteño. Lo cierto es que ni Ibarra ni Felgueras, ni ninguno de los dirigentes de la UCR y el Frepaso que tallarán en esa discusión mantuvieron siquiera conversaciones. Esa instancia recién se abrirá cuando el jefe de Gobierno electo regrese de las vacaciones que se tomará antes de encarar esta nueva etapa.
�Todos los nombres que circulan los echó a rodar gente que está por afuera de los centros de decisión de la Alianza�, aclaró a este diario uno de los frepasistas que integró el comando de campaña de Ibarra. Por el momento nada pasa más allá de circunstanciales charlas de café entre los integrantes de las segundas líneas radicales y frepasistas. �Ni siquiera está acordada la agenda de discusión y ése es el paso previo a cualquier negociación�, agregó la misma fuente.
Uno de los puntos centrales de esa agenda es la definición de la ley de Ministerios que se sancionará para el futuro gobierno. Aunque hay varias ideas e incluso algún proyecto en curso, el esquema que podría llegar a primar es similar al del Ejecutivo nacional: diez ministerios -reemplazando a las actuales secretarías� y algunas secretarías de Estado que dependan directamente del jefe de Gobierno. �De todos modos, nosotros no tenemos apuro�, apuntó uno de los frepasistas que está detrás de ese tema.
Los hombres del Frepaso que rodearon a Ibarra y lo asesoraron en su carrera a la Jefatura de Gobierno porteño jugarán un papel protagónico en la negociación con los radicales. En ese grupo figuran Abel Fatala, Raúl Fernández, Ariel Schiffrin y Marcelo Vensentini. Otro que no estará ajeno a las conversaciones es Darío Alessandro.
Lo que está por verse es quiénes serán los interlocutores del radicalismo y la duda pasa por si primará el partido o el delarruismo. Los frepasistas se imaginan sentados a una mesa con los caciques del distrito, o sea con Enrique �Coti� Nosiglia, Jesús Rodríguez y Rafael Pascual. No obstante, a nadie escapa que la opinión de De la Rúa será decisiva.
Una vez planteada la agenda y el escenario llegará la negociación. �Las cosas se darán del mismo modo que en el gobierno nacional. Debemos respetar la integración de todos los sectores, pero también reconocer la iniciativa que le corresponde a aquel que ganó la elección�, señaló un radical. En un partido tan afecto a las internas como la UCR, lasdistintas líneas reclaman espacios en voz baja, aunque la decisión es �esperar a que Ibarra venga con una propuesta y recién después veremos�.
Desde el Frepaso adelantan a sus socios que �se van a respetar los acuerdos previos sobre una conformación equilibrada del futuro gobierno� y echan algo de luz sobre la forma en que se cubrirán los cargos: �No se repartirán espacios de poder, sino que cada uno presentará postulantes para cada puesto; después se elegirá a los mejores dentro de un esquema de equilibrio�. En una señal a las minorías frepasistas, la conducción partidaria destaca también que �los borradores serán consensuados con nuestros aliados antes de llevarlos a la mesa de discusión con la UCR�.
�Aníbal no va a llevar una hoja en blanco a Olivos para que le anoten los nombres�, advierten en el entorno de Ibarra, aunque sí prenuncian la siguiente escena: una mesa en la que Ibarra, De la Rúa, Chacho y Felgueras den el retoque final al diseño del nuevo gobierno porteño.
A votar antes de agosto
A Aníbal Ibarra no le resultará sencillo gobernar la Ciudad de Buenos Aires con una Legislatura en la cual la Alianza no tendrá siquiera quórum propio. Para sortear esa dificultad sus asesores ya diseñaron un plan: aprovechar la actual mayoría aliancista para sancionar antes del próximo 6 de agosto las normas que Ibarra considera prioritarias para su gestión. En esa agenda figuran la ley general de Educación y la de Descentralización política del distrito en comunas. La Alianza tiene hoy una supremacía indiscutible en la Legislatura: 36 bancas sobre 60. Así y todo, esa cantidad de legisladores sólo le alcanza para sancionar la ley de Educación, para la cual es suficiente el voto de la mitad más uno. Para la de Descentralización es necesario reunir los dos tercios, o sea 40 legisladores que frepasistas y radicales no llegan a juntar por sí solos, aunque las autoridades del bloque aliancista confían el alcanzar la mayoría especial. La Alianza tratará de aprobar, además, el Código de Planeamiento Urbano y las leyes de Salud Reproductiva y Salud Mental. Si los aliancistas llegan a un acuerdo sobre la ley electoral en su propio bloque, también tratarán de conseguir los dos tercios para sancionarla. |
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Por Sergio Moreno |
El primer test
La temprana �y forzada� aparición de la discusión por la estructura del gabinete porteño no es más, al día de la fecha, que una demostración de ansiedad. ¿Quiénes son los que están ansiosos? La experiencia política indica que ese es el estado de ánimo de los que se saben débiles o quienes están interesados en hacer circular nombres más para terminar con una posible candidatura que para impulsarla. Por lo general, estos voceros interesados suelen ser periféricos de los centros de decisión donde se definen las políticas. El minué de nombres de hipotéticos ministros (así se llamarán) del futuro gabinete de Aníbal Ibarra, desatado ayer, es una muestra de lo que vendrá en los tres largos meses que separan el día del triunfo de la Alianza, del de la asunción del nuevo jefe de Gobierno porteño.
Más allá de esta escaramuza, lo cierto es que el armado del equipo del gobierno de la ciudad será el primer test que deberá atravesar Ibarra al frente de la administración del segundo distrito del país.
El jefe de Gobierno electo será, en este interminable paréntesis, el centro de las presiones de las fuerzas que integran su propio partido, del radicalismo, del delarruismo y de sus aliados. Deberá tomar decisiones que raramente conforman a todo el mundo.
Pero en esta oportunidad el asunto que ya tiene entre manos Ibarra es más complejo, incluso, que el que tuvo que resolver Fernando de la Rúa cuando ganó la Presidencia y debió elegir a su equipo de colaboradores. En esa oportunidad, el Presidente armó el puzzle con el suficiente cuidado para contentar �lo mejor que pudo o que quiso� a sus socios del Frepaso, convocando además a figuras centrales del radicalismo y de su riñón.
En el escenario porteño, Ibarra deberá hacer lo mismo en dirección inversa, sabiendo de antemano que su última mesa de conversación está en Olivos y la compartirá con el Presidente, el vice y su compañera de fórmula.
El jefe de Gobierno entrante llegará a la quinta presidencial, dentro de unos meses, con una lista de nombres y un diseño de gabinete propio. Cada uno de ellos habrá pasado por su tamiz cuando no haya salido de su cabeza. No entrará �y lo saben sus futuros contertulios� como un dirigente más. Será un gobernador aliancista �uno de los más importantes� que reinaugurará su relación con De la Rúa.
Ibarra deberá conjugar en esa lista la alquimia que le permita cumplir con sus necesidades, las del Frepaso y las de la Alianza. El podrá decir que las tres son las mismas.
¿Cuáles son las aspiraciones del ex fiscal?
Mantener el equilibrio entre ambos socios de la coalición.
Hacer una gestión de gobierno exitosa.
Fortalecer, dinamizar y acrecentar al Frepaso.
En la formación del gabinete está gran parte de la clave para lograr esos objetivos. Habrá que ver, además, si Ibarra utiliza este armado y sus negociaciones previas para comenzar a diseñar una carrera de liderazgo político. Todo indica que ganas no le faltan. |
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