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Como ocurre con los casos más complejos, las amenazas a los jueces que investigan focos de corrupción en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) llegaron para su tratamiento hasta la Corte Suprema de Justicia, que ahora estudia qué medidas tomar para garantizar la seguridad de los magistrados que tienen su despacho en el Palacio de Tribunales. El presidente del máximo tribunal, Julio Nazareno, admitió que hay �preocupación� por la situación planteada con los jueces Alberto Baños y Susana Wilma López, teniendo en cuenta las �escasas condiciones de seguridad� para vigilar el ingreso y egreso de los miles de personas que concurren a diario al edificio de Talcahuano 550. �Un Estado democrático no se puede dar el lujo de tener jueces amenazados�, dijo el viceministro de Justicia, Jorge Pérez Delgado, quien visitó a los dos jueces y se puso a disposición de la Corte para aportar lo necesario en materia de seguridad. Una alternativa sería instalar detectores de metales en los accesos del Palacio y reforzar la guardia policial en los 42 juzgados de instrucción que allí funcionan. Los jueces que trabajan en Talcahuano 550 se dirigieron a la Corte para pedir que arbitrara �los medios tendientes a revertir la situación de inseguridad en que los magistrados ejercen sus funciones, habida cuenta de que la gravedad de los hechos que son de dominio público involucran a un organismo que depende de otro poder el Estado�, en alusión al SPF. El juez Baños, al hablar ayer en la reunión quincenal que realiza el Consejo de la Magistratura, afirmó que hay �problemas serios de seguridad en el Palacio de Justicia� porque �cualquier persona circula libremente y se puede entrar con paquetes sin que haya control alguno�. Al término de la reunión, el Consejo expresó su �solidaridad activa� con los jueces y los dos secretarios amenazados, María Fernanda Martínez y Julio Quiñones. El viceministro Pérez Delgado, que estuvo reunido una hora con Baños y luego visitó a la jueza López, consideró �muy grave� la situación derivada de las amenazas que han recibido los cuatro funcionarios judiciales que vienen investigando causas relacionadas con la salida ilegal de presos, con la ayuda de personal del SPF, y un posible atentado contra Baños. Además de la solidaridad, Pérez Delgado dijo que analizan �otras medidas de apoyo que no interfieran en la independencia del Poder Judicial�. El funcionario resaltó que en la actual situación los jueces �no están solos�, porque los acompañan �muchos colegas y el poder político, que quiere que sigan ejerciendo con libertad la investigación que llevan adelante� y que involucra directamente al SPF, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El subsecretario de Justicia, Carlos Balbín, quien acompañó a Pérez Delgado, explicó a Página/12 que el Poder Ejecutivo �sólo puede intervenir a requerimiento de la Corte; por eso fuimos a ofrecer todo el apoyo que necesiten y a escuchar sus propuestas�. Reconoció que uno de los planteos que escucharon fue la instalación de máquinas detectoras de metales en las puertas de acceso al Palacio, similares a las que hay en los tribunales federales del edificio de Comodoro Py. Balbín dijo que una medida de pronta resolución sería reforzar la guardia policial en los 42 juzgados de instrucción que hay en el palacio. Ante una consulta, Balbín admitió que la situación es muy compleja porque en el edificio de Talcahuano 550, que ocupa una manzana, entran miles de personas a diario en el horario de 8 a 13, cuando están abiertas por lo menos tres puertas de acceso. En el palacio funcionan todas las dependencias de la Corte, la Intendencia, el Archivo General, las Cámaras de Apelaciones en lo Civil y Comercial y en lo Contencioso Administrativo Federal, tres juzgados comerciales, diez tribunales orales en lo criminal, siete juzgados de menores y 42 juzgados de instrucción, dos de los cuales pertenecen a los doctores Baños y Wilma López. Baños dijo ayer que la Policía Federal adoptó �medidas de seguridad satisfactorias� luego de que él denunciara la existencia de un complot para asesinarlo a él y a su secretaria María Fernanda Martínez. Otro que habló sobre su situación personal fue el secretario Julio Quiñones, quiendijo que estaba tranquilo, aunque admitió que �no es agradable tener a un policía de custodia en el living de casa�.
CONDENADO POR MATAR A UN PERRO Nadie recuerda un hecho semejante en la historia judicial. El acusado es un cuidador de perros y la víctima fatal, un boxer. Según pudo reconstruir el juez en lo correccional de la Capital Federal Eduardo Etcharrán, el paseador de animales agredió brutalmente con una patada en la zona abdominal a uno de los pichichos que estaban bajo su cuidado, cuando la mascota se le cruzó en el camino, y le provocó la muerte. El magistrado le imputó haber violado la llamada Ley Sarmiento, que castiga el maltrato de animales con penas entre un mes y un año de prisión. Sin embargo, el hombre zafó de la cárcel: fue beneficiado por la aplicación de la �probation� y deberá pagar 480 pesos por daños a la dueña del animal y cumplir cuatro meses de trabajos comunitarios.
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