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Un Gabinete hipersensible por la situación social
Gritos y susurros en la Rosada

La división entre los que proponen acentuar el ajuste y los que piden más recursos para el gasto social se agudizó ayer con una información de cambios, desmentida por De la Rúa.

Flamarique, Terragno, Fernando de la Rúa y Graciela Fernández Meijide tuvieron un día agitado.


t.gif (862 bytes) El presidente Fernando de la Rúa encabezará hoy una megarreunión en Olivos junto a ministros, secretarios y legisladores con el objetivo declarado de conseguir una mayor coordinación de la tarea social, de forma de hacerla más efectiva. El encuentro se produce justo en un momento en el que la cuestión social viene provocando distanciamientos en el gabinete. Aunque no existen grupos cristalizados, en la Rosada distinguen entre quienes anteponen a cualquier intento redistributivo el cumplimiento de las metas fiscales �con el jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, y el ministro de Economía, José Luis Machinea, a la cabeza� y quienes creen que ya es hora de comenzar políticas que protejan a los sectores sociales más castigados, como el ministro del Interior, Federico Storani. 
La conflictividad interna dentro del gabinete se multiplicó con la publicación de una información sobre la ayuda social. La información, desmentida rotundamente por De la Rúa, generó un efecto revulsivo dentro del elenco ministerial, que terminó la complicada jornada con una cena en Olivos. 
La nota de Clarín aparecida ayer aseguraba que De la Rúa había dispuesto que el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, reemplazara al jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, en la coordinación de los planes sociales. Además, se añadía que la movida tenía que ver con el deseo presidencial de mejorar la efectividad de la política social y, al mismo tiempo, castigar a los ministros Graciela Fernández Meijide, Juan José Llach y Héctor Lombardo, con quienes no estaría conforme. De acuerdo al artículo, el Presidente piensa que estos ministros están más preocupados en pedir fondos que en cómo gastar con eficiencia. 
Fernández Meijide se enteró de la versión muy temprano, con el llamado de una radio. Apenas respondió a las preguntas del periodista, su primer reflejo fue comunicarse con Flamarique. �No sé de dónde salió esto. Imaginate que ya tengo mucho con las leyes que hay que sacar y con la presidencia de la OIT�, le respondió el ministro de Trabajo. Graciela cortó y llamó de inmediato al vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez que también se mostró sorprendido por la publicación. �Ambos coincidimos en que no era el estilo de De la Rúa�, explicó la ministra a Página/12. 
Con lo de estilo, Fernández Meijide se refería a hacerles saber las novedades a sus ministros a través de los diarios. Justamente, el próximo llamado que recibió Fernández Meijide fue el de De la Rúa, quien le negó totalmente el contenido en la nota. La ministra no quiso hacer especulaciones sobre lo sucedido y, menos aún, identificar sospechosos, pero admitió que �una noticia así tuvo que haber sido operada por alguien�. Allegados a la ministra ironizaron sobre el origen de la noticia. �Del Consejo Nacional del PJ seguro que no salió�, respondieron. 
Como era de suponer, los ministros afectados se enojaron muchísimo con la información. Llach y Lombardo estaban que trinaban y exigieron explicaciones a sus colegas de gabinete. Hubo versiones que, incluso, hablaron de una renuncia verbal de Fernández Meijide en su momento de mayor ebullición. �Ese rumor sale de la misma usina de operaciones�, aseguraban sus voceros. �No tuve tiempo de enojarme porque a las 8 de la mañana ya había hablado con De la Rúa�, respondió Graciela. 
La cuestión mereció una inusual desmentida de De la Rúa, quien se presentó en la sala de periodistas de Gobierno junto a Terragno para no dejar dudas sobre la inexactitud de lo publicado. �Quiero dejar en claro una situación creada por algún titular sobre la organización del gabinete: no hay nada de lo que allí se dice, ningún cambio como allí se menciona y ninguna queja como allí se insinúa�, aseguró el Presidente. Y destacó la labor de Terragno en el área social así como la del resto de los ministros supuestamente cuestionados, nombrándolos uno por uno. �No hay cambios respecto de lo que se está haciendo ni le estoy encomendando a un ministro que actúe sobre otro�, agregó.
Luego de una corrección tan terminante, y con el alivio consi- guiente, las dudas de los ministros quedaron centradas en el origen de lainformación. Ateniéndose a la lógica de mirar a los alrededores del beneficiario directo de la noticia, en el Gobierno muchos señalaban a Flamarique o, al menos, la cúpula del Frepaso. Pero cerca del jefe de la cartera laboral negaban relación con el dato pero no veían parte de lo publicado como algo sorprendente. �Alguna vez Alberto lo conversó con De la Rúa�, recordaban, aunque aclaraban que no había nada concreto. �Hay una idea de mejorar los gastos sociales�, añadían. Es más, cerca de la noche y con la rotunda negativa de De la Rúa a cuestas, allegados a Flamarique explicaban que como el gran perjudicado por la noticia terminó siendo el ministro de Trabajo lo lógico era buscar al culpable en la vereda de enfrente. 
Por el lado de Chacho Alvarez la respuesta era parecida. Agregaban que la idea de coordinar las políticas sociales se había discutido dentro del Frepaso pero no para perjudicar a Fernández Meijide �como sostenía el artículo� sino, por el contrario, para preservarla de posibles ataques, sobre todo pensando en las elecciones legislativas del 2001 que le darán a la ministra un puente de plata para salir del Gobierno. 
Como broche de una jornada cargada de versiones, De la Rúa convocó a una reunión reservada a Chacho y sus ministros en Olivos, a la que también asistió el ex presidente Raúl Alfonsín. Allí, a puertas cerradas, los ministros pudieron entretenerse jugando a descubrir al asesino. 

 

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