Por José Natanson
 No tuvo el saldo trágico de los dos muertos de Corrientes, ni repitió el salvajismo policial en el Congreso. Pero fue una represión violenta, la tercera que tiene que explicar la Alianza en sólo cinco meses de gestión. Página/12 conversó con dos altas fuentes del Ministerio del Interior, que coincidieron en mostrarse �conformes� con el operativo de la Gendarmería en Salta. ¿Por qué reprimir? ¿Por qué no se estiró la negociación? ¿Por qué el ministerio está conforme? A continuación, las doce explicaciones del Gobierno sobre los incidentes de la madrugada de ayer.
¿Por qué se ordenó la represión?
La situación estaba trabada. Había casi dos centenares de camiones varados, esperando que se despejara la ruta, y en poco tiempo comenzaría a notarse el desabastecimiento en la zona. La refinería ubicada a la vera de la ruta 34 contiene ocho tanques de combustible, lo que presagiaba un desenlace complicado. El cuadro se agravaba porque el Comité de Crisis detectó un incremento en las armas de fuego en poder de los manifestantes, que pasaron de cuatro a una docena entre el lunes y el jueves.
¿Por qué no continuaron las negociaciones?
El diagnóstico era que no había posibilidad de una salida consensuada. Los funcionarios aseguran que, más allá de los reclamos legítimos, había un grupo de piqueteros que no tenían intención de abandonar el lugar, sea cual fuere la oferta del Gobierno. �Estuvimos cerca de encontrar un punto de consenso, pero no fue posible porque se triplicó la demanda original de los piqueteros�, aseguró ayer Walter Ceballos.
¿Por qué los piqueteros querrían evitar que se resuelva el conflicto?
Storani sugirió ayer que habrían intervenido otros intereses. La hipótesis es que un grupo de personas mezclada entre los manifestantes fue comprado por traficantes de drogas. Luego de varios días de corte, los narcos habrían reparado en las ventajas de que la Gendarmería se concentrara en la ruta 34, despejando la frontera con Bolivia.
¿Quién dio la orden de reprimir?
�El juez (Manuel) Medina�, aseguró ayer Enrique Mathov. El secretario de Seguridad no miente, pero tampoco dice toda la verdad. Es cierto que el magistrado había librado un oficio en el que instaba a �disuadir� a los piqueteros y, en caso de que no lograra una solución, despejar la ruta. Sin embargo, la Ley de Seguridad faculta al Comité de Crisis que encabeza Luis Uriondo a ordenar la represión. Y eso fue lo que ocurrió: poco antes de las tres de la mañana, Storani recibió un llamado de Uriondo en el que informaba sobre la muerte de un camionero, quien sufrió un ataque cardíaco después de una discusión con los piqueteros. Uriondo agregó que la Gendarmería y el Comité coincidían en que era el momento adecuado para reprimir. El ministro aceptó la sugerencia.
¿Cuál fue la orden?
Storani le recordó a Uriondo sus instrucciones poco antes de que comenzara el operativo. El primer objetivo de la Gendarmería era asegurar la refinería y el segundo, despejar la ruta. Debía concentrase en estos dos lugares y actuar sin armas de fuego. En el Ministerio del Interior se manifestaban �conformes� con la actuación de la Gendarmería, que a pesar de los francotiradores no utilizó armas. La policía de Salta se ocupó de los alrededores del piquete y de los incidentes en General Mosconi.
¿Por qué el operativo fue realizado en forma conjunta entre la Gendarmería y la policía, lo que suele complicar las cosas?
Desde un principio, la Alianza quiso involucrar a la administración salteña que, según los funcionarios nacionales, intentó esquivar el asunto. La represión conjunta respondió a esta estrategia.
¿Por qué se reprimió de madrugada?
La principal preocupación del Gobierno era evitar heridos o muertos. El jueves por la tarde, ante los rumores de una represión inminente, miles de personas se sumaron al piquete, lo que complicó cualquier maniobra. Lamadrugada era el momento en el que había menos manifestantes. Además, a esa hora disminuyó la presencia de mujeres y niños en la ruta.
¿Por qué reprimir nuevamente al mediodía?
Con la ruta despejada, el conflicto se trasladó a General Mosconi, en donde algunos manifestantes, a los que sumaron otros llegados de Tartagal, produjeron incendios frente a los edificios públicos. La Gendarmería, que seguía en la ruta, dejó actuar a la policía. Según los funcionarios de Interior, la fuerza de seguridad salteña, que reprimió violentamente, se encuentra en estado de semidescontrol, dividida en varios sectores que responden a distintos funcionarios provinciales.
¿Por qué no viajó personalmente Storani para comandar el operativo?
Para involucrar a la administración provincial en el conflicto. Por eso el ministro permaneció en Buenos Aires y mandó en representación a Uriondo con quien, de todas formas, se mantuvo en contacto permanente.
¿Qué pasó con el gobierno provincial?
�Yo no puedo estar en dos lugares a la vez�, dijo ayer desde el Hotel Hilton de Tel Aviv el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, quien permaneció en el exterior durante el conflicto. La actitud generó críticas de los funcionarios nacionales. En el Ministerio del Interior aseguraban que el gobierno de Salta y la Municipalidad de General Mosconi hicieron pocos esfuerzos por desactivar la situación, como una forma de presionar a la administración nacional por más fondos, planes Trabajar y ATN. �No podemos, por una cuestión de responsabilidad y de límites del Estado nacional, resolver todos los conflictos de los municipios o las provincias�, aseguró el secretario de Empleo, Horacio Viqueira.
¿Por qué no solucionaron la situación desde un principio con más planes Trabajar?
La explicación del Ministerio de Trabajo es que la zona se encuentra sobrebeneficiada. A fines de 1999 se ejecutaron 2 planes, un número altísimo que se explica por el intento re-reeleccionista de Carlos Menem. La Alianza redujo la cifra durante enero y febrero de este año. Sin embargo, y a pesar de no tener financiación, en el Ministerio de Trabajo aseguran que la Municipalidad de General Mosconi y el gobierno provincial continuaron ejecutando los programas. Los piqueteros reclaman el pago de los planes de mayo y abril que, en realidad, se habían dado de baja. Actualmente se ejecutan 1293 planes Trabajar, pero poco antes del corte de ruta el gobierno nacional decidió implementar 300 más. El número supera largamente el de otras localidades.
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opinion
Por Alfredo Leuco * |
| Lejos de Puerto Madero
Represión es una palabra maldita que siempre viene acompañada de adjetivos dolorosos. La represión siempre es feroz, violenta, brutal, pesada, salvaje. Siempre es grave, porque siempre llega tarde. Cuando llega la represión es porque lo peor ya se produjo. Es como un bombero que llega tarde a un incendio y que encima lo quiere apagar con nafta. Multiplica sus efectos, reproduce las llamas. La única forma de combatir democráticamente los incendios sociales es antes de que se produzcan. El gobierno nacional debería saberlo, porque se lo ve tan ocupado en combatir el déficit fiscal que no ha registrado que primero debe combatir la pobreza extrema. La pobreza de los que no pueden esperar.
Re-primir, del latín �re-premere�. �Re� significa hacia atrás, en contra, retroceder, vade retro Satanás. Y �premere� significa apretar, presionar, oprimir, ejercer presión sobre los que presionan. Reprimir es un verbo muy fuerte. Tiene más fuerza que razón, más brutalidad que inteligencia y más autoritarismo que democracia.
�Re� es para atrás en el latín pero en el lenguaje de hoy, �re� significa mucho más. Es reproducir la represión. �La represión estuvo refuerte. Nos recagaron a palos, hermano�. Primero, los piqueteros, y después, la pueblada, decían �estamos jugados�. Igual que los delincuentes por televisión cuando toman rehenes. Esto significa que para ellos la vida no vale nada. Porque la de ellos ya no es vida. Porque no tienen retorno. Pobres salteños. Tan cerca de Bolivia y tan lejos de Dios. Tan cerca de Bolivia y tan lejos de Puerto Madero.
Es verdad que estaban cometiendo más de diez delitos tipificados en el Código Penal. Pero la verdad tiene tamaños. Cortar la ruta es un delito y eso es verdad. Pero decir que la mitad de los salteños apenas sobrevive por debajo del límite de pobreza es una verdad mucho más grande. Son seres humanos que, como dijo Carlos Auyero minutos antes de morir, están pidiendo que los dejen entrar al sistema, no quieren cambiar al sistema, porque están desesperados porque los quieren tirar por la ventana del modelo.
El presidente Fernando de la Rúa, el gobernador Juan Carlos Romero y los intendentes municipales, todos juntos, tienen la obligación de desactivar la bomba de tiempo que dejó la Década Infame de Menem. Y no es con represión que se soluciona. El vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez dijo que si no se distribuye con más equidad peligra la sustentabilidad de la democracia. Y tiene razón. En su respuesta está la solución.
* Periodista. |
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