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Romero acusó
 de anarquistas a los 
El rey Juan Carlos

Desde Israel, donde se encuentra de gira �que no piensa suspender  por la crisis social en su provincia�, el gobernador aplaudió la represión. Quién es este nieto de agricultores de gustos imperiales.

Juan Carlos Romero se asignó 7000 pesos de gastos reservados por día.
Con esa cifra podría pagar el equivalente a 43 planes Trabajar.


Por Susana Viau

t.gif (862 bytes) El 9 de mayo de 1997, Juan Carlos Romero elucubraba que �la incitación a la violencia es atractiva� y acusaba a la oposición de echar leña a la caldera de los �fogoneros� �entonces los llamaron así� que mantenían cortada la ruta 34, a la altura de General Mosconi. Al cumplirse los tres años casi exactos, los desocupados regresaron al lugar, ahora bajo el nombre de �piqueteros�, pero Romero no estaba allí. El gobernador salteño, providencialmente, había viajado a Israel para interiorizarse de los nuevos sistemas de riego. Desde el Hotel Hilton, y con una perogrullada, justificó la lejanía: �Salvo Dios, nadie puede estar en dos lugares a la vez�.
El gobernador, sostienen en la provincia, es un cincuentón con gustos imperiales, una característica que es probable enraizar en la concepción dinástica de una familia que reina en el noroeste como al noreste reinan otros Romero, los de Corrientes. Los Romero salteños tienen una alcurnia reciente: su padre, Roberto Romero, era hijo de agricultores que apenas superaban la línea de pobreza y solía recordar su pasado de mozo de bar y vendedor de naranjas en las canchas; Roberto Romero, el fundador de la estirpe política, tuvo, en ese aspecto, una historia sinuosa. Fue miembro del Partido Comunista y más tarde frondicista. Al producirse la Revolución Libertadora, el interventor en Salta Alejandro Lastra confiscó el diario El Tribuno y lo designó liquidador. Pero Roberto Romero no sólo no lo liquidó: al año se había convertido en su nuevo propietario. Fue el punto de partida de la riqueza y el poder. Gobernador provincial hasta 1987, en 1988 le falló el olfato y se jugó el resto por Antonio Cafiero. Carlos Menem nunca había sido bien recibido en la Salta administrada por él y, como era lógico, el riojano perdió en su feudo. Al cabo, Roberto Romero obtuvo una banca de legislador nacional y al fin del mandato, por misteriosas razones, se instaló en Brasil. No viviría mucho allí, de todos modos. Al año, murió atropellado por un auto en Florianópolis. Tenía ocho hijos, una vasta fortuna, de las mayores de la provincia, y un delfín: Juan Carlos. 

El rey Juan Carlos 

Juan Carlos Romero, abogado, dicen que tenía poco que ver con su padre. Reservado, ceremonioso, jamás pudo vencer la soterrada resistencia de la oligarquía salteña, que con gracia clasista lo llamaba �Hong Kong�, porque �se cree inglés pero no es más que un chino�. Pero los Romero sabían bien que el linaje no es sinónimo de votos. Juan Carlos Romero había recibido como regalo de su padre un sillón en el senado. Por una curiosa interpretación de las normas, renunció a él antes de terminar su mandato (que expiraba en 1995) para ocupar otra vacante en el recinto cuya vigencia vencía en el 2001. Juan Carlos tranquilizó a sus comprovincianos anunciándoles que no pensaba eternizarse en el Congreso, que estaba apegado a su tierra y se presentaría a gobernador en 1995. No mantenía efusivas relaciones con un Carlos Menem rencoroso, que no olvidaba los desaires sufridos. Pero el Senado fue el escenario que le permitió una cordial amistad con su hermano Eduardo, con quien compartía cierto parecido físico y el estilo adusto y educado. También compartían la amistad con Alfredo Yabrán: Romero fue, junto a Eduardo Vaca, el impulsor de la ley de correos que aprobó la Cámara alta. 
Sus adversarios le reprochan muchas cosas, sobre todo la �impudicia� en el gasto. En la última campaña, afirman, invirtió unos 2 millones de pesos; los adjudicatarios de la obra pública nunca son ajenos a su círculo. Y dan como ejemplo la planta potabilizadora montada sobre el río Bermejo. Fue rechazada, con buenas razones, una oferta por 400 mil pesos, pero Romero insistió y logró concretarla a un costo de 4 millones. Para no hablar de los 750 funcionarios que forman su staff y a los que los salteños han bautizado �media corte�, o la fastuosa residencia oficiallevantada a un precio de 2 millones de dólares para la que hizo asfaltar el camino y dar luz a unos siete kilómetros de carretera, o del helipuerto, porque al gobernador Juan Carlos Romero le gusta trasladarse en helicóptero. El dinero para esos caprichos, afirman, sale de lo previsto por la ley 24621, destinado a paliar las necesidades básicas insatisfechas. Pero lo que más irrita de ese dispendio de cuño menemista son los fondos reservados. Tradicionalmente, los gobernadores de la provincia tenían asignados 2000 pesos mensuales. Juan Carlos Romero se ha fijado 7000 diarios. Cuando ayer, desde el Hilton de Tel Aviv, el gobernador comentó los sucesos de General Mosconi y calculó que �serán 200 o 300 del programa Trabajar�, muchos hicieron el cálculo y sonrieron con amargura al observar que �con un día de gastos reservados del gobernador se pagan 43 planes trabajar�. Claro, Romero admitió que �hay una fuerte presión social que disipar� aunque reveló que detrás de ella se cierne �el activismo anarquista�.

 


 

MOTIN ADHIRIENDO A LOS PIQUETES
Tras que éramos pocos 

Los presos de la cárcel número 1 de Salta se amotinaron ayer y al cierre de esta edición mantenían a cinco guardias como rehenes en apoyo a los piqueteros desalojados de la ruta nacional 34 y en reclamo de la agilización de causas pendientes. Desde los techos del penal uno de los cabecillas de la revuelta dijo a los periodistas que los reclusos revoltosos eran unos 400. 
Autoridades penitenciarias consultadas por la agencia Télam relativizaron esa cifra y sugirieron que la protesta fue �aprovechada� por los presos para atraer la atención de los enviados de los medios nacionales que cubren el caso de los piqueteros. El líder de la revuelta pidió que no fueran reprimidos y prometió liberar a los guardias si las autoridades cumplen el petitorio. �Dentro del penal no se respetan los derechos humanos�, gritó el convicto. Entre los reclamos figuran el apoyo a �la gente desalojada de la ruta nacional 34 en el norte de esta provincia, la agilización de las distintas causas judiciales y los pedidos de excarcelaciones denegados sin fundamento�. También denunciaron supuestos �hechos de corrupción� de parte de las directivos del penal, entre ellos �discrecionalidad� en el otorgamiento de permisos de salida, y otro tipo de �negociados� con representantes del gobierno provincial. Entre los problemas más frecuentes, los presos hablan del hacinamiento, la falta de letrinas y agua, la mala calidad de la comida, y el �escaso� aprovisionamiento de medicamentos para los internos enfermos de sida.

 

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