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LA CONFERENCIA EPISCOPAL ADVIRTIO SOBRE LA SITUACION SOCIAL Y MORAL 
�Entre nosotros se arraigó la inequidad�

Los obispos terminaron la asamblea de la CEA y emitieron un fuerte documento que destaca la gravedad de la crisis, la pérdida del sentido de justicia y llama a la responsabilidad de todos. El papel de garantes que jugarán en la mesa de consenso. Los inmigrantes, los aborígenes y los presos.

Monseñor Karlic, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Los sucesos de Salta se colaron en el espíritu del documento.


Por W. U.

t.gif (862 bytes) Con el oído atento al conflicto social que emerge en distintas partes del país y que ha tenido a Salta como epicentro en los últimos días, y siguiendo con la mirada los Evangelios y la propia doctrina, la jerarquía católica advirtió ayer, �con tristeza y preocupación�, que �la pérdida del sentido de justicia y la falta de respeto hacia los demás se han agudizado y se han convertido en una enorme situación de inequidad, arraigada profundamente entre nosotros�. Los obispos, para quienes esta situación constituye en sí misma �una gravísima corrupción moral�, subrayaron la responsabilidad de todos los sectores de la vida social y política en la búsqueda de soluciones y manifestaron su disposición a colaborar a fin de generar condiciones para un diálogo fructífero entre todas las partes, sin que ello implique directamente una �mediación� por parte de la Iglesia (ver aparte). 
Los obispos que culminaron ayer en San Miguel seis días de deliberaciones. El presidente del Episcopado, Estanislao Karlic, estuvo acompañado por los vicepresidentes Eduardo Mirás y Jorge Bergoglio, y por el secretario general, Guillermo Rodríguez Melgarejo, para dar a conocer una síntesis del documento �Jesucristo, Señor de la historia� �cuyo texto íntegro se difundirá a fin de mes� y tres breves declaraciones en las que reafirman los pedidos por una amnistía �amplia y generosa� para los indocumentados, mejora en las condiciones de detención y análisis de posibles conmutaciones de penas para los encarcelados y entrega de tierras para los aborígenes.
Si bien el documento central de los obispos se venía preparando desde hace cuatro años y los gestos respecto de inmigrantes indocumentados, indígenas y presos estaban en la agenda episcopal desde el año anterior, la grave coyuntura social se coló en medio de los debates eclesiásticos. Eduardo Mirás, arzobispo de Rosario y vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal, admitió ante la prensa que en el intercambio que los obispos realizaron sobre la situación social al comenzar la asamblea trazaron un cuadro preocupante. Si bien sostuvo que no se agregaron nuevos elementos a lo que �ya todos conocemos�, admitió que las visiones coincidieron en �la pobreza que crece, en algunos casos hasta niveles de verdadera miseria, que se debe, sobre todo, a la falta de trabajo�. 
La síntesis del documento episcopal que fue entregado a los periodistas no ahorra críticas �a quienes ponen su confianza en un progreso científico ilimitado� y a quienes �confían casi religiosamente en mecanismos socioeconómicos para la edificación de una nueva humanidad, como la absolutización de las leyes del mercado� para señalarles �la verdad de la esperanza cristiana�, que pone su confianza en el propio esfuerzo, pero también en �la acción de Dios, que transformará este mundo de una manera que no sospechamos�.
A través de todo su discurso, los obispos no dejaron de insistir en la idea de que la solución de los problemas que se enfrentan tiene que ser el resultado de la acción corresponsable de todos los sectores sociales. �Exhortamos a cada uno de los argentinos a mirar su propio corazón, sus opciones concretas y sus formas de actuar, para preguntarse si no está participando también él, en mayor o menor grado, en la construcción de esa red de inmoralidad que conduce a la pobreza y favorece tantas formas de violencia y egoísmo�. Por eso, subrayan, �cada uno, según sus posibilidades y responsabilidad, debe cooperar para eliminar estas verdaderas estructuras de pecado�.
Los llamados �gestos jubilares� (ver aparte) en favor de los indocumentados, los presos y los aborígenes, aportan al discurso de la Iglesia un grado de mayor concreción que en otros momentos. Se trata de iniciativas que los obispos ponen a circular y que exigen respuestas concretas de parte de interlocutores varios, no sólo del gobierno. En cada uno de los casos la jerarquía católica no eludió las propiasresponsabilidades: alentó a entregar sus propias tierras a los aborígenes, ofreció su experiencia y su infraestructura para colaborar en la regularización de los inmigrantes indocumentados y no eludió exponer su propio criterio respecto de la inseguridad y las condiciones que la generan.
Aunque resulta obvio que el documento episcopal se venía generando desde hace mucho tiempo �Karlic habló de cuatro años de preparación� algunos de los párrafos que se dieron a conocer ahora parecen responder casi a medida a los hechos recién ocurridos. �Que este mensaje �dicen los obispos� llegue al corazón de los que transitan la existencia en la angustia o la rebelión por no hallar sentido al haber nacido; a los hombres que, cuando se remontan hacia el pasado, experimentan el dolor de no haber sido queridos y valorados; a los que, cuando buscan en la fuente de sus vidas, descubren violencia y agresión; a aquellos que, revisando su historia personal, no encuentran sino pobreza y desamparo; a la multitud de quienes, en el correr de los acontecimientos, quedan atrapados en la inmediatez de lo cotidiano�.


Amnistía a los indocumentados

�Los inmigrantes que carecen de documentación constituyen una realidad y conforman por sus características socioeconómicas un grupo de extranjeros marginados� que tienen que ser insertados socialmente y que presentan �diferencias culturales que son un verdadero enriquecimiento� para la Argentina, sostienen los obispos. Por estos motivos, señalan, �nos parece necesario que se otorgue una amnistía amplia y generosa que responda a la difícil y afligente situación de muchos indocumentados�. La jerarquía católica no quiere dilaciones: solicita la amnistía para este mismo año y pide que una medida de tal tipo no se constituya en un hecho aislado sino que se inscriba �en el marco de los programas de regularización migratoria� para integrar a los indocumentados y a sus familias a la sociedad argentina y, a partir de ello, diseñar una nueva política migratoria. 

Aborígenes

El tema de la concentración de la propiedad de las tierras que afecta especialmente a las comunidades aborígenes ocupó un tiempo importante en el diálogo de los obispos y la solicitud de �acelerar la transferencia o devolución de las tierras que los pueblos aborígenes reclaman legítimamente, haciendo efectivos los derechos de estos pueblos� logró un respaldo mayoritario en la asamblea. Pero los obispos no se contentaron con hacer un pedido a la sociedad. Comenzaron por �valorar el gesto de diversas instituciones eclesiales, que han cedido o procurado tierras a comunidades aborígenes� y alentaron a los miembros de la Iglesia �a continuar con esta actitud solidaria�. A partir de su propio diagnóstico el Episcopado sostiene que �se entregan parcelas insuficientes� para �la subsistencia y el desarrollo humano�, que se ofrecen tierras en zonas o lugares inadecuados y que �se dan inexplicables dilaciones en las decisiones políticas�. Los obispos se comprometieron también a �caminar junto a los pueblos aborígenes en espíritu de ayuda y de servicio y seguir contribuyendo a reparar las injusticias del pasado y del presente�.

Las cárceles inhumanas

Al solicitar que se estudie la �conmutación o reducción de penas� para los detenidos y manifestar su preocupación por la situación de los detenidos en las cárceles, denunciando las condiciones de hacinamiento en que se encuentran, los problemas sanitarios y reclamar que se mejoren �las condiciones de vida de los encarcelados�, los obispos no perdieron de vista las posibles reacciones de una sociedad que se encuentra altamente sensibilizada por el tema de la inseguridad. �Conscientes de la situación de inseguridad reinante, que motiva comprensibles reclamos por parte de la ciudadanía, compartimos el injusto sufrimiento de tantas personas que son víctimas del accionar delictivo�, dice el documento. �Nos preocupa el miedo que se vive en nuestra sociedad, miedo que limita, paraliza y que es, a su vez, generador de nueva violencia�, pero insisten en que adoptar una medida de perdón sería �un signo de fortaleza y de grandeza de espíritu�. Para los obispos existe un grave problema en la falta de una �cultura de la justicia� en el ámbito político, económico, social, educativo y de los medios de comunicación. Por este motivo �es necesario superar actitudes de hipocresía social que fomentan la difusión de la violencia y el crimen, al tiempo que reclaman mayor seguridad� porque �sólo así será posible vencer el flagelo de la corrupción que afecta de un modo tan hondo y extenso nuestra cultura actual�.

 

 

opinion
Por Washington Uranga

Garantes, no mediadores

Saben que tienen un papel para jugar en la difícil coyuntura social del país. Sin embargo los obispos católicos no se sienten cómodos con la palabra mediación. Prefieren definir su tarea como una colaboración para garantizar la paz y crear condiciones a fin de que todos los sectores responsables de tomar decisiones dialoguen en un clima de confianza. En palabras del obispo Guillermo Rodríguez Melgarejo, aquello que la Iglesia realiza en este campo es parte de su tarea permanente, �es parte del ministerio pastoral, porque todos los días se pacifica, se escucha, se contiene�.
El conflicto de Salta puso, una vez más, a la Iglesia y en particular a los obispos, en el centro de la escena. El panorama social tiende a multiplicar los focos de inconformidad, con el riesgo de que la desesperación de la gente transforme la protesta en manifestaciones de violencia, por una parte, y que la falta de respuestas o la impericia de quienes deben administrar soluciones no colabore a canalizar salidas adecuadas. En ese marco los obispos están dispuestos a ser garantes del diálogo y a contribuir para que, los directos responsables, encuentren las medidas a tomar. Para Karlic eso se traduce en �crear un ambiente donde todos puedan expresarse con libertad y con la voluntad de compartir una responsabilidad�. Pero esto es bien diferente a mediar �como si fuéramos funcionarios del Estado o de un gobierno�.
Desde el año pasado la Comisión de Pastoral Social que encabeza el cardenal Raúl Primatesta vino trabajando en la idea de una �mesa del consenso� en torno de la cual se sentaran trabajadores, empresarios, representantes del Gobierno, de las instituciones sociales y del mundo de las finanzas. El gobierno de la Alianza, que nunca se entusiasmó demasiado con la iniciativa de Primatesta, ahora necesita garantizar espacios para la negociación y el consenso y por eso ve con buenos ojos la ayuda que la Iglesia pueda dar en este sentido.
La idea que Karlic y los miembros de la Comisión Ejecutiva alientan y respaldan consiste en ayudar a crear un clima de consenso y de diálogo que permita arribar a consensos que vayan más allá de la coyuntura: los obispos quieren que se discutan �políticas de Estado�, propuestas a mediano y largo plazo que salgan al cruce de los problemas estructurales. Aceptan ayudar en la emergencia, pero reniegan de la tarea de �bomberos� porque quieren soluciones de fondo. Desearían además que estos espacios de diálogo y generación de consensos no se limiten al más alto nivel, sino que se multipliquen en las provincias, en los municipios y en las comunidades locales. �Nadie tiene en sus manos todas las soluciones�, subrayan. También saben que no todos están dispuestos a sumarse. Quizás por eso Karlic envió ayer un mensaje directo diciendo que �sería bueno que aquellos que manejan las finanzas también puedan participar de estos encuentros�.

 

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