Página/12

Una tarde nevada
en el Rosedal

La pista era una montaña de 20 metros de alto y 40 de ancho.
Tenía 75 toneladas de nieve fabricada con barras de hielo.

El Rosedal de Palermo se transformó ayer en inesperado centro de esquí, en el comienzo de una doble jornada que continúa hoy y que tiene por objetivo promocionar los deportes de invierno. La actividad es organizada por la Secretaría de Turismo de la Nación, con la participación de 20 instructores de esquí de los centros que funcionarán este año en el cerro Catedral (Bariloche), Caviahue (Neuquén), Cerro Bayo (Villa La Angostura), Monte Castor (Ushuauaia), Chapelco (San Martín de los Andes), La Hoya (Esquel) y en Las Leñas y Los Penitentes, en Mendoza. Las prácticas se realizan sobre una �montaña� de 20 metros de altura y 40 de ancho, montada sobre un tobogán gigante cuya estructura metálica fue recubierta con hielo artificial, convirtiéndose en una verdadera pista. En la primera jornada se utilizaron 75 toneladas de �nieve�, fabricada con 1.500 barras de hielo utilizadas para alimentar una máquina especial. El hielo, cristalizado, era despedido por mangueras que creaban el efecto de una nevada natural. Centenares de personas siguieron, desde la base de la �montaña�, las piruetas de los instructores y de un grupo de jóvenes que participan de una competencia que concluye hoy. Los expertos realizaron bajadas sincronizadas y saltos que obligaban, a cada rato, a reponer la nieve artificial, manteniendo siempre una capa de 50 centímetros de espesor. Uno de los que participó en la exhibición fue Ignacio Bustamante, quien integró el equipo argentino que participó, en 1992, en las olimpíadas de Albeville, Francia. Sin embargo, la estrella fue Graciela Alfano, madrina del festival. Vestida con ropa deportiva, se puso los esquíes para la foto, pero nunca se lanzó por la pendiente, aunque eran muchos los brazos que la esperaban para socorrerla, si era necesario.

Asesinato sospechoso

Un hombre que hace menos de un mes presenció un tiroteo entre ladrones y policías en el que murieron dos personas fue asesinado ayer de un balazo en la cabeza, en un hecho que aparenta ser una venganza vinculada con el episodio anterior. El crimen ocurrió cuando la víctima, Néstor Ariel Ledesma, de 25 años, iba en un Peugeot 504, de color rojo, acompañado por su cuñado, el cabo de la Policía Bonaerense Gabriel Masignani, uno de los que había intervenido en el tiroteo anterior.
El primer hecho ocurrió el 18 de abril pasado en una pizzería de la localidad bonaerense de Villa Caraza, partido de Lanús. En esa ocasión, Masignani y el cabo ayudante Silvio Bana se tirotearon con cuatro ladrones. En ese enfrentamiento murieron el cabo Bana y uno de los delincuentes. El nuevo episodio ocurrió en la madrugada de ayer, cuando el coche en el que iban Ledesma y Masignani circulaba por la calle Avellaneda, cerca del cruce con Tres de Febrero, en Lanús.
El Peugeot fue interceptado por dos vehículos, desde uno de los cuales dispararon contra Ledesma. El balazo mortal, sin orificio de salida, entró por el ojo derecho y la muerte fue inmediata. El vehículo, que era conducido por Masignani, siguió un par de cuadras, hasta que el policía constató que su cuñado había fallecido. En el caso interviene el fiscal de Lomas de Zamora Germán Bauche.

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