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Por Adrián De Benedictis  Muchas veces, la lógica del fútbol es superada por las emociones. Y cuando se trata de un clásico, los sentimientos cobran dimensiones superiores. Por eso, con toda esa exaltación jugaron ayer Independiente y Racing �su� encuentro en Avellaneda. Bajo un cielo gris y el agua como testigo, Independiente apenas ganó 2-1, por un gol de diferencia, cuando tenía todo para una goleada aplastante. A partir de ahora, el ganador agotará todas las chances para prenderse en la lucha del título, mientras que Racing soñará con volver a encontrarse con un triunfo (sólo ganó en la primera fecha, hace diez), y dejar de padecer tantas pesadillas juntas. El inicio del partido fue a puro vértigo. Y no sólo por las tres bombas que explotaron en la tribuna de Independiente antes del comienzo. El equipo local se adueñó rápidamente de la pelota y acorraló a Racing en su área. A los cuatro minutos, Cambiasso tuvo la primera oportunidad entrando por el segundo palo, pero su remate, que llegó luego de un mal despeje de Lux, se fue al lado del palo de Cáceres. Racing no podía contener el vendaval que producía Independiente, y sólo trataba de acercarse a Mondragón con algún contraataque. Precisamente, a través de esa vía, el arquero colombiano le tapó un tiro a Cordone con destino de gol, luego de una buena jugada individual de Sixto Peralta.Mientras la lluvia continuaba con su papel protagónico, Independiente era el único de los dos que quería aportar un poco de claridad. Y tuvo su premio a los 11 minutos, cuando Marioni se anticipó a toda la defensa de Racing, para cabecear al gol un tiro libre ejecutado por Ariel Montenegro. A partir de ese momento, Racing terminó de descontrolarse y comenzó a abusar del juego fuerte. Nadie podía parar a Marioni por izquierda, Cambiasso era dueño absoluto del mediocampo, Ariel Montenegro se desprendía con criterio por la derecha y Milito tranquilizaba a todos desde el fondo. �Esa lluvia de mierda no quiere parar... es de Racing, que no para de llorar�, se escuchó desde la hinchada de Independiente. Y algo de verdad tenían porque, además de verse dominado en todos los sectores, el conjunto conducido por la dupla Costas-Maschio se quedó con diez jugadores por la expulsión de Banegas, quien vio su segunda amarilla a los 24 minutos del primer tiempo. Racing seguía llorando. Cáceres se lo tapaba primero a Marioni, y luego Forlán se lo perdía de cabeza. Para colmo, Gustavo Costas se iba también expulsado en medio de discusiones con el árbitro Baldassi. Pero dicen que cuando el agua está llegando al cuello, siempre aparece una ayuda para salir nadando. Y con más lucha que fútbol, Racing encontró su salvavidas a dos minutos del final de la primera parte. Monserrat puso el empate definiendo sobre la salida de Mondragón, luego de una gran combinación entre Bastía y Peralta. La fiesta y el delirio cambiaron de tribuna. Con un hombre menos, Racing estaba al borde de la hazaña. Cuando muchos imaginaron que en la segunda parte la historia sería diferente, Independiente continuó mandando y salió más decidido a llevarse la victoria. Y el desahogo llegó a los 29�, luego de una perfecta definición de Cambiasso, quien con un derechazo suave la ubicó en el palo más lejano de Cáceres. Desde la cabecera local se podían apreciar pequeños ataúdes con los años en que Racing no pudo alcanzar un campeonato. A esa altura, la Academia ya estaba en el fondo del mar.
Por A.D.B.
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Ernesto Taibi por la acción de Mondragón y, según una persona que estuvo en el campo, Taibi le habría contestado: �Tomátela, pedazo de pelotudo�. Precisamente, cuando el entrenador de Racing se enteró de estas declaraciones indicó que �si una autoridad insulta a un jugador, es verdaderamente increíble�. Y agregó: �No pueden suceder estas cosas. Si un jugador es sancionado cuando insulta a un árbitro, que los jueces también sean sancionados cuando dicen cosas como éstas. No puede quedar así�.
camiseta de Independiente fue el defensor Cristian Díaz, quien fue vendido al Udinese de Italia en 2 millones de dólares. Luego del triunfo, el lateral izquierdo reconoció que estuvo �pensando en la despedida, pero nunca me imaginé una tan linda como ésta. Viví una semana muy especial y realmente estoy muy emocionado�. Además, Díaz agradeció �el afecto que me demostró la gente durante todo este tiempo que estuve en Independiente. Eso no lo olvidaré jamás�. En el caso de que el club pretenda contar con el jugador hasta el final del certamen, tendría que firmar un seguro para resguardarlo de una posible lesión.