|
La ocupación de las 2400 hectáreas
de la finca ganadera de Smith ocurrió en la víspera de una visita a
Zimbabwe del secretario de la Comunidad Británica de Naciones
(Commonwealth), Don McKinnon. Desde febrero, los partidarios de Mugabe
invadieron más de 1200 campos cuyos dueños son blancos, asesinaron a más
de 20 opositores y torturaron a otros miles, en su mayoría negros. Cuando
McKinnon llegue hoy a la capital Harare, la violencia política, que ya ha
dado signos de contagiarse al menos a Sudáfrica y Kenya, continuará.
El agricultor John Weeks murió
ayer en un hospital de la herida provocada por un disparo. Su plantación,
a 65 km al sur de Harare, fue invadida el jueves. A pocos kilómetros de
donde Alan Dunn había sido masacrado una semana atrás. La ola de
violencia tiene como finalidad coartar el apoyo para el Movimiento para el
Cambio Democrático (MDC), que Mugabe teme que en julio ganará las
elecciones. Líderes de la oposición y activistas de derechos humanos
sostienen que la violencia promovida por el gobierno hace que elecciones
libres y limpias sean imposibles. "Miles de opositores fueron
torturados. La mayoría de ellos en público, para traumatizar a los que
observan al mismo tiempo que a los que sufren el suplicio", explica
Tony Reeler, director de Amani Trust, que ofrece asistencia psicológica a
las víctimas de la violencia.
El ministro de Relaciones
Exteriores británico, el laborista Robin Cook, advirtió ayer a Mugabe en
contra de expulsar masivamente a los blancos. Poco antes, el gobierno de
Zimbabwe había anunciado que retiraría los pasaportes a los residentes
que retienen nacionalidad británica. La situación actual en Zimbabwe hubiera sido difícil de anticipar hace 20 años, cuando Mugabe llegó al poder. Hoy los ex supremacistas blancos parecen aliados de la oposición democrática del MDC, y cuentan con el apoyo de la vecina Sudáfrica, gobernada por los más acérrimos críticos al apartheid, los herederos de Nelson Mandela. Acaso por primera vez en esta región africana, el conflicto queda determinado por líneas políticas antes que raciales.
|