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Invaden símbolo del  supremacismo blanco

 

Ayer invadieron en Zimbabwe tierras de Ian Smith, el último gobernante blanco. Pero hoy es un aliado de la oposición democrática negra

 

 

El ex racista Ian Smith


Por Alfredo Grieco y Bavio
t.gif (862 bytes) En los 70, Zimbabwe se llamaba Rhodesia. En la ex colonia británica gobernaba un régimen racista y su rubio líder, reacio a entregar el poder, se llamaba Ian Smith. Desde la independencia de Zimbabwe en 1980, Smith vivió pacíficamente en el país. Pero ayer, en una vuelta de tuerca del conflicto que enfrenta al despótico presidente Robert Mugabe con la oposición democrática, las tierras de Smith fueron invadidas por decenas de partidarios del oficialismo. "No estoy preocupado --salió a decir Smith--, hoy tengo más amigos negros de los que tiene Mugabe". Todo parece indicar que es cierto.

  La ocupación de las 2400 hectáreas de la finca ganadera de Smith ocurrió en la víspera de una visita a Zimbabwe del secretario de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), Don McKinnon. Desde febrero, los partidarios de Mugabe invadieron más de 1200 campos cuyos dueños son blancos, asesinaron a más de 20 opositores y torturaron a otros miles, en su mayoría negros. Cuando McKinnon llegue hoy a la capital Harare, la violencia política, que ya ha dado signos de contagiarse al menos a Sudáfrica y Kenya, continuará.

  El agricultor John Weeks murió ayer en un hospital de la herida provocada por un disparo. Su plantación, a 65 km al sur de Harare, fue invadida el jueves. A pocos kilómetros de donde Alan Dunn había sido masacrado una semana atrás. La ola de violencia tiene como finalidad coartar el apoyo para el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), que Mugabe teme que en julio ganará las elecciones. Líderes de la oposición y activistas de derechos humanos sostienen que la violencia promovida por el gobierno hace que elecciones libres y limpias sean imposibles. "Miles de opositores fueron torturados. La mayoría de ellos en público, para traumatizar a los que observan al mismo tiempo que a los que sufren el suplicio", explica Tony Reeler, director de Amani Trust, que ofrece asistencia psicológica a las víctimas de la violencia.

  El ministro de Relaciones Exteriores británico, el laborista Robin Cook, advirtió ayer a Mugabe en contra de expulsar masivamente a los blancos. Poco antes, el gobierno de Zimbabwe había anunciado que retiraría los pasaportes a los residentes que retienen nacionalidad británica.

  La situación actual en Zimbabwe hubiera sido difícil de anticipar hace 20 años, cuando Mugabe llegó al poder. Hoy los ex supremacistas blancos parecen aliados de la oposición democrática del MDC, y cuentan con el apoyo de la vecina Sudáfrica, gobernada por los más acérrimos críticos al apartheid, los herederos de Nelson Mandela. Acaso por primera vez en esta región africana, el conflicto queda determinado por líneas políticas antes que raciales.

 

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