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Por Raúl Kollmann �El juez Juan José Galeano me pagó 400 mil dólares. Fue parte de la recompensa y consta en un expediente secreto, en el que yo firmé y también lo hizo mi abogado Víctor Stinfale. Además, la SIDE me pagaba un sueldo de 5 mil pesos mensuales, que recibí durante algo así como dos años a través del capitán Héctor Vergés, que le entregaba el dinero a mi familia.� Con estas sorprendentes declaraciones, el principal detenido en la causa AMIA, Carlos Telleldín, rompió ayer el silencio. El �Enano�, como le dicen a Telleldín, aseguró que no le pagaron por mentir sino por aportar elementos a la causa, es decir que reiteró que había policías bonaerenses en la entrega de la camioneta Trafic que días más tarde fue utilizada como coche bomba. Stinfale, por su parte, se negó a confirmar o desmentir lo dicho por su defendido, en tanto que en el edificio de los Tribunales de Comodoro Py nadie quiso pronunciarse, aunque fuentes cercanas al juzgado señalaron que �otorgar la recompensa es una facultad del magistrado�. Los fiscales, los defensores y los abogados querellantes señalaron que desconocen la existencia del pago o del expediente secreto. Telleldín dialogó ayer, desde la cárcel de Devoto, con el programa La cornisa, que conduce Luis Majul. Aunque anunció la presentación de una denuncia contra Galeano (ver aparte), Telleldín se despachó con revelaciones inesperadas: �El juez Galeano me pagó la recompensa -.aseguró el imputado como cómplice en el atentado. �¿En forma oficial? �Sí. Hay un expediente secreto. Yo lo firmé. �¿Y cuánto le pagaron? �Cuatrocientos mil dólares, más un sueldo que se me pagó por mes durante mucho tiempo. Esos sueldos venían por parte de la SIDE, aunque me los pagaba Galeano. Eran 5 mil pesos por mes. Ese dinero lo llevaba el capitán (Héctor) Vergés, que se lo entregaba a mi familia. Es plata que me sirvieron para vivir acá en la cárcel y pagué los gastos del abogado. �Es difícil creerle todo eso, Telleldín. Parece que usted quiere embarrar la cancha. �Yo puedo probar todo, porque en el acto en el que me pagaron parte de la recompensa estuvieron mis abogados y pusimos testigos. En concreto, lo que Telleldín sostuvo ayer es que le pagaron ese dinero tras las declaración que realizó en 1996 y que días más tarde provocó la detención de ocho policías bonaerenses, empezando por uno de los comisarios más poderosos de la fuerza, Juan José Ribelli. El �Enano� afirmó judicialmente que los uniformados lo extorsionaban, es decir que le sacaban plata y bienes a cambio de no detenerlo y permitirle continuar con su actividad delictiva. Como habitualmente Telleldín andaba sin dinero, solía entregar coches, algo que está probado hasta el cansancio en la causa, y en el marco de esa extorsión les dio a los policías la Trafic que unos días más tarde estalló frente a la AMIA. Con esa declaración, Galeano metió presos a los policías. �¿Usted se retracta de aquella declaración? �No, no me retracto de nada. �O sea que usted le entregó la camioneta a los policías. �Yo se la di a una persona que Galeano no pudo encontrar, una persona con gorra y anteojos. �Pero usted ya dijo que eran policías. �Bueno, yo dije que estaban los policías. Le aclaro una cosa: el juez Galeano a mí no me pagó por declarar. Me dio la recompensa y si me la dio, por algo será �concluyó Telleldín. Desde el punto de vista legal, varios jueces y fiscales de Comodoro Py señalaron que Galeano tenía y tiene facultades para disponer el pago de la recompensa, aunque la mayoría de los consultados por Página/12coincidieron en que semejante medida debió consultarse al menos con los fiscales. Otros juristas insistieron en que las recompensas deben pagarse después del juicio, cuando se haya comprobado que las evidencias ofrecidas son válidas. Por último, hubo un grupo de letrados que consideró contradictorio y por lo tanto absolutamente reprochable pagarle una recompensa al principal imputado en la causa. Sin embargo, jueces, fiscales y juristas coincidieron en un punto: el primer paso es que Telleldín demuestre que lo que dice es cierto.
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