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Lagos viene a derretir el cubito
y a mirarse en el espejo argentino

En su primera visita oficial al exterior, el presidente socialista chileno trae la experiencia de un país que aceleró el juzgamiento de sus criminales y encontrará la de otro que sigue procesándolos mientras reconstruye la verdad sobre el pasado. Cómo politizar el Cono Sur. 

Ricardo Lagos y Fernando de la Rúa en la Cordillera, antes de que el chileno ganara las elecciones a Joaquín Lavín.


Por Martín Granovsky

t.gif (862 bytes) Un envalentonado Ricardo Lagos llega esta noche a Buenos Aires y se reunirá con Fernando de la Rúa alrededor de lo que parece ser una bola de cristal. En la Argentina, Lagos puede ver el futuro de Chile en cuestiones militares y de derechos humanos. Y juntos los dos presidentes podrían avanzar en una repolitización del Mercosur. 
Lagos quiso ser claro: ésta es su primera visita oficial a un país extranjero desde que asumió, en marzo último. En rigor, ya había sido claro cuando designó a su amigo Jorge Arrate como embajador en la Argentina después de darle a elegir entre Buenos Aires y Washington. Arrate no es embajador de carrera sino un ex presidente del Partido Socialista que integró el gobierno de la Concertación, se enorgullece de haber sido ministro de Minería de Salvador Allende y, cuando tiene un auditorio académico, suele explicar la situación chilena en estos términos:
�Las revoluciones son animales lustrosos, de mirada brillante y colores firmes. Las transiciones no: son feas, a primera vista pueden resultar deformes, alternan partes hermosas con otras horribles. 
Lagos llega a la Argentina cuando el animal de la transición chilena empieza a despojarse de su costado más repelente. Los represores Manuel Contreras, Sergio Arellano Stark y Pedro Espinosa están procesados, Augusto Pinochet parece a punto de seguirlos y el mismo presidente ya se anima a retar a los mandos militares por una conspiración gastronómica (ver esta misma página).
Parece la Argentina de 1984. Con una gran ventaja, porque Chile inicia su proceso de juzgamiento cuando está claro, por la experiencia argentina, que no hay instrumento legal capaz de liquidar la búsqueda de la verdad. El año pasado lo dijo el propio Arrate a Página/12 casi con poesía: �El único punto final lo ponen las almas�. Y solo en la última semana, en la Argentina, tres fallos, uno de la Cámara Federal de La Plata y dos de la Cámara porteña, dejaron la puerta abierta para que los jueces procesen a militares por la masacre de la dictadura. 
Pero Lagos, por cierto, no comenzará esta noche un seminario con De la Rúa sino que buscará aumentar el tejido de relaciones políticas de Chile con el exterior. Como la Argentina a comienzos de la transición, la consolidación democrática chilena funcionará mejor si, además de su voluntad, está obligada a progresar. Los dos presidentes firmarán una declaración sobre la democracia en el continente y Chile se propone, también, buscarle una vuelta política al Mercosur, que todavía no integra. La economía chilena es la más abierta del Cono Sur. Para que Chile se sume a la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay o debería subir las barreras arancelarias o el resto tendría que bajarlas aún más. Las dos cosas suenan difíciles, tanto por Chile como por Brasil, que vienen a ser los dos extremos de la escala. Y Chile a veces parece mirarse a sí mismo como Suiza en medio de Sierra Leona y Sri Lanka. 
Quizás para imaginar un atajo político, el domingo, en un reportaje con Clarín, Lagos habló de las devaluaciones brasileñas y del déficit argentino y planteó una alternativa doble al Mercosur tal como está: por un lado imaginar un mecanismo común de solución de controversias; por otro, coordinar políticas económicas. El presidente chileno suele soñar con el modelo de la Unión Europea, aunque su idea se parece a la última etapa de la integración, la que comenzó en 1991 con el tratado de Maastricht, cuando Europa puso un tope al déficit fiscal y forzó a Italia, por ejemplo, a reformar el Estado y realizar el proceso Manos Limpias si quería un lugar en el mundo.
La propuesta puede sintonizar con la obsesión brasileña por aumentar su poder internacional sumando aliados regionales. Para los empresarios argentinos, Brasil es un mercado clave y la promesa de una economía de mayor escala. Para el gobierno brasileño, en cambio, la Argentina no essolo una perspectiva económica sino la posibilidad de un socio político que sirve para magnificar en el mundo la imagen de Brasil-potencia industrial. 
El gobierno argentino oscila. Mientras politiza la relación con Brasil, quitando el protagonismo exclusivo de los empresarios, y busca un marco institucional para discutir las diferencias comerciales y de inversiones en el Mercosur, vota en las Naciones Unidas sobre Cuba siguiendo a Washington, y no acordando con Brasilia. 
A Lagos y De la Rúa no les faltarán temas.

 


 

POR UNA REUNION SECRETA SOBRE el dictador
Primer reto a las FF.AA. por Pinochet

El País de Madrid
Por Manuel Délano
Desde Santiago de Chile

En su primer choque directo con los militares desde que asumió hace poco más de tres meses, el Presidente Ricardo Lagos reprendió ayer a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas por reunirse públicamente en la víspera en un restaurante.
La reunión había sido concebida como una señal de unidad de las instituciones castrenses en su preocupación por el ex dictador Augusto Pinochet. Lagos le pidió al ministro de Defensa, Mario Fernández, notificar de su malestar a los jefes del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Carabineros. Utilizando el mismo gesto que lo catapultó al liderazgo nacional en 1988, en la dictadura, apuntando su índice hacia las cámaras, pero esta vez no para acusar a Pinochet sino a todos los jefes castrenses, Lagos pidió no ser ingenuos pues �todos sabemos lo que se buscó� con la reunión.
Emplazó a los militares, pues �no es necesario demostrarle a nadie la unidad de las Fuerzas Armadas, porque las Fuerzas Armadas están reunidas detrás del presidente de Chile. He dicho�.
Los jefes militares se reunieron el lunes a comer en un exclusivo restaurante e hicieron trascender la cita a la prensa, dando así una señal de unidad. Aunque al término de la reunión el jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, negó que haya intranquilidad militar, previamente fuentes castrenses advirtieron que los comandantes en jefe iban a abordar la situación de Pinochet, de los juicios a otros militares y del futuro de la mesa de diálogo. 
Lagos, que se reunirá hoy con los líderes de la derecha para intentar descomprimir el clima político, a una semana de que los magistrados se encuentren para resolver sobre el desafuero de Pinochet, criticó también las presiones de los opositores sobre los tribunales.

 

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