Por Claudio Zlotnik
Estados Unidos volvió ayer a aumentar la tasa de interés. Y, por primera vez en cinco años, el incremento resultó de medio punto porcentual. La novedad, esperada por los financistas, significó otro golpe para José Luis Machinea. Desde que asumió, el ministro se fijó el objetivo de bajar el costo del dinero, pero Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal (banca central estadounidense), le está jugando en contra. La FED colocó la tasa de corto plazo en el 6,5 por ciento anual, el nivel más alto desde enero del �91.
Las necesidades de Machinea y su equipo se chocan con la política monetaria de la Reserva Federal. Mientras la Argentina precisa de un contexto internacional estable, con inversores internacionales a la caza de buenas oportunidades de negocios en los países emergentes, Greenspan entiende que en Estados Unidos existen presiones inflacionarias debido al auge que vive esa economía desde hace una década. Por tal motivo, en los últimos once meses llevó la tasa del 4,75 al 6,50 por ciento. Y dejó abiertas las puertas para seguir endureciendo la política monetaria en el corto plazo. �El Comité (de la FED) piensa que los riesgos se inclinan principalmente hacia condiciones que podrían agravar las tensiones inflacionarias en un futuro cercano�, señaló Greenspan en un comunicado difundido ayer.
Los financistas ya tenían descontado el aumento. En Wall Street, el índice Dow Jones subió 1,2 por ciento, mientras que el Nasdaq (acciones tecnológicas) creció 3,1 por ciento. En tanto, el índice de papeles líderes MerVal terminó en el mismo nivel que el día anterior.
Desde el punto de vista económico, lo mismo que en el plano geográfico, Estados Unidos se encuentra también en el polo opuesto al de Argentina. En el primer trimestre del año, la economía se expandió a un ritmo anual del 5,4 por ciento, mientras que el consumo de la gente se ubicó en niveles record y la tasa de desempleo cayó al 3,9 por ciento. Según Greenspan, este escenario, que se completa con valores sostenidos de las acciones en Wall Street y aumentos constantes de los salarios, podría desembocar en un rebrote inflacionario. Aunque, por ahora, ello no se efectiviza: ayer se divulgó que la inflación de abril fue cero.
Todo lo contrario, a Machinea, la locomotora estadounidense le quita oxígeno. El aumento de la tasa estadounidense implica un costo de 195,1 millones de pesos por el stock de deuda que la Argentina tiene a tasa flotante. Aunque, a la vez, recogerá 133,7 millones adicionales por las reservas que el Banco Central tiene colocadas en el exterior. El saldo neto, entonces, significa un costo anual de 61,4 millones, según calculó Economía. Consultores de la city estiman casi el doble de ese monto.
Pero además, la decisión de la FED implicará que los activos argentinos serán menos atractivos para los inversores internacionales ya que éstos estarán seducidos por el mayor rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense. Este dato no es menor, tomando en cuenta que Economía debe colocar títulos de deuda por unos 8700 millones de dólares en lo que resta del año. �Sin dudas, el aumento de la tasa internacional va a afectar el crecimiento económico, justo en momentos en que cambió la percepción de los inversores sobre la Argentina y ahora la encuentran más riesgosa�, señaló a Página/12 el economista José Siaba Serrate.
En efecto, las dudas de los inversores sobre si Machinea podrá cumplir con la meta pautada con el FMI provocó una fuerte caída de los títulos. Los bonos Brady, por ejemplo, que en marzo mostraban un rendimiento del 12 por ciento anual, ahora rinden casi dos puntos más. También se ajustaron los títulos colocados por las empresas. Un mes atrás, un bono corporativo pagaba una tasa del 11 por ciento en promedio. Ahora, se incrementó al 14,3.
La gran pregunta que se formulan los operadores es si Greenspan seguirá subiendo la tasa en lo que resta del año. La Fundación Capital estima quellegará al 7 por ciento. �La FED seguirá ajustando, aunque se desconoce el límite. Lo hará hasta que se enfríe la economía o bien haya una importante corrección en Wall Street�, concluyó Siaba Serrate.
�El FMI nos llevó al desastre�
El ex presidente Raúl Alfonsín, titular de la UCR, advirtió que las recetas económicas del Fondo Monetario Internacional �nos llevaron al desastre� y reclamó una discusión sobre �una forma distinta� de pagar la deuda externa. �En caso contrario, vamos a tener dificultades enormes para pagarla, y lo que queremos es pagarla�, subrayó. Alfonsín hizo extensiva la recomendación para un replanteo de la forma de pago a todos los países en vías de desarrollo, tras lo cual definió que las recetas de los organismos internacionales, como el Banco Mundial y el FMI, �no han servido para nada�. �Una sola medida que no tiene nada que ver con nosotros produce consecuencias tremendas en nuestra economía�, dijo en referencia a la suba de la tasa de interés en Estados Unidos, frente a la cual �el esfuerzo hecho en la disminución del gasto público desaparece�. |
opinion
Por Alfredo Zaiat |
Las cuentas de Machinea
Puede ser el destino, si se cree en él. Puede ser la suerte esquiva, si también se piensa que la vida tiene mucho de azar. O, simplemente, puede ser que la economía tiene una dinámica cambiante que no se debe ignorar si no se quiere después sufrir las consecuencias de esa imprevisión. Las bonanzas no son eternas y Estados Unidos vive una desde hace unos ocho años. En ese período, la tasa de interés estuvo por el piso con un mínimo del 3 por ciento anual, colaborando a que mercados emergentes como el argentino con convertibilidad incluida pudiera beneficiarse de esa flexible estrategia monetaria. Pero ahora las cosas han cambiado. Precisamente, por ese espectacular crecimiento, la Reserva Federal (banca central estadounidense) ha endurecido su política. Así, José Luis Machinea, que había apostado a un escenario internacional tranquilo, se enfrenta nuevamente a uno de tasas de interés en alza, similar al que padeció en la década del �80 cuando era presidente del Banco Central.
Desde que las elecciones de octubre consagrara a la Alianza, la tasa subió 1,25 por ciento después del refuerzo de la dosis de medio punto, lo que equivale en total a un impacto directo, sin considerar la ganancia por las reservas, de unos 450 millones de dólares anuales, casi lo mismo que el reciente ajuste sobre el ajuste anunciado por Economía. Machinea llegó tarde a la fiesta y, para colmo, tendrá que pagar la cuenta. Y más aún, Alan Greenspan dice que puede seguir subiendo la tasa de su actual nivel del 6,5 por ciento, que es el más alto de los últimos diez años (vale recordar que esa misma tasa estuvo en el 3 por ciento durante la gestión Cavallo). El titular de la Reserva Federal, la banca central estadounidense, sólo piensa en contener las presiones inflacionarias de la Unión, sin considerar ni por asomo el impacto que puede tener su política sobre economías emergentes vulnerables, como la argentina. (A todo esto, resulta interesante como espejo para aquellos que actúan de publicistas de la dolarización esa decisión de Greenspan, que primero piensa en EE.UU. y luego también, lo que pone al desnudo que resignar la moneda por el dólar no abrirá la puerta a ningún trato preferencia por parte de la potencia hegemónica y sólo debilitará aún más la posición relativa de Argentina.)
Volviendo a la suba de la tasa, esa simple y rutinaria reunión de la FED que duró menos de dos horas le costará al país pagar más de intereses de la deuda. Pero además, un menor flujo de capitales, dólares necesarios para sostener la convertibilidad, y un mayor costo de endeudamiento. Para Machinea, será el destino, la suerte o, simplemente, una apuesta equivocada. |
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