Por Alfredo Grieco y Bavio
La República Bolivariana de Venezuela vio ayer cómo se cerraba una etapa clave, la que había sucedido a la arrasadora victoria del ex golpista Hugo Chávez en las elecciones de diciembre de 1998. El sueño de la unanimidad, que estaba por detrás de transformaciones políticas siempre prolija y cronométricamente plebiscitadas, llegó a un despertar definitivo. Según anunció ayer, el Partido Patria para Todos (PPT), principal aliado de Chávez para las presidenciales del 28 de mayo, se abrió de la coalición.
La ruptura con Chávez fue formalizada por el secretario general del PPT, Pablo Medina, quien afirmó que fue el primer mandatario quien rompió con el partido al agredir constantemente a varios de sus dirigentes durante la campaña. Chávez había lanzado sus ataques contra tres de los principales dirigentes y gobernadores de estados del PPT �Alexis Rosas, Alfredo Laya y Jesús Manuit�, a quienes calificó de �inmorales� poco confiables para el proceso de reformas políticas. Los dirigentes del partido, que habían acompañado a Chávez desde el golpe que fracasó el 4 de febrero de 1992, fueron encargados de proclamar el fin de la coalición.
La respuesta de Chávez no se hizo esperar. �Los partidos son importantes, pero no deben hegemonizar todo el proceso de cambios�, sostuvo. El dirigente de oposición Teodoro Petkoff dio ayer en un encuentro con corresponsales extranjeros su interpretación: Chávez ha ido apartando a los aliados que tienen algún rastro de criterio propio.
�Esa es una mentalidad totalitaria del izquierdismo que no admite diferencias de opiniones�, sentenció. �Después de las elecciones, la gobernabilidad será algo muy difícil si se mantiene esa actitud�.
La decisión del PPT deja a la coalición oficialista Polo Patriótico con dos bases, en lugar de tres, ya que sólo se mantienen el Movimiento al Socialismo y el Movimiento V República (MVR) de Chávez. Los ataques del mandatario seguían la estrategia de restar simpatías a los candidatos del PPT e insuflárselas a los postulados por el MVR, a quienes sí considera comprometidos con la �revolución�. El presidente aseguró que el retiro del PPT no afectará un potencial electoral que, según aclaró repitiendo su distinción favorita, se alimenta del pueblo y no de los partidos.
La oposición ha visto engrosar sus filas en los primeros 15 meses de gobierno de Chávez, luego de los furibundos ataques del presidente a partidos políticos, sindicatos, la Iglesia Católica, empresarios y medios de comunicación. Y a las filas opositoras también se han unido muchos de los dirigentes que hasta hace meses estaban con Chávez y ocupaban cargos relevantes de la extinta Asamblea Constituyente. La ex guerrillera de izquierda Angela Zago cambió hace poco de casaca y se pasó del lado del candidato presidencial opositor Francisco Arias, después de ser una ferviente admiradora de Chávez. Ella es sólo un eslabón en una larga cadena de rupturas entre aliados.
Cuando los �pepetistas� iniciaron ayer el retiro de los carteles proselitistas, desgarraron un símbolo del gran movimiento que desde su victoria en 1998 había ofrecido un frente común a cuatro décadas de �partidocracia�. Gracias a su triunfo, Venezuela convocó una Asamblea Constituyente, que cambió su constitución liberal de 1961, con la que había salido de cuatro décadas de dictadura, por otra de estilo ostentosamente social. La nueva Constitución amplió el mandato presidencial a seis años, con posibilidad de reelección, y eliminó el Senado. Reconoce los derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas, en una sección del texto que supo conmover a la premio Nobel maya Rigoberta Menchú. Los medios, en cambio, protestaron por la defensa de �la información veraz�, traba a la libertad de prensa.
Chávez negó consistentemente que �la farsa democrática� bipartidista posterior al derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958 haya sido reemplazada por otro remedo de democracia, por una autocraciaconstitucional de corte castrense. Pero según el PPT, esto fue lo que ocurrió. Y ahora Chávez, perdida la unanimidad, deberá enfrentar en las presidenciales del 28 de mayo a una oposición cada vez mejor articulada.
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