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Ultimas noticias del Dúo Pimpinela
al frente del gobierno británico

En medio de una disputa privada por la reticencia del premier británico a tomarse licencia por paternidad, su mujer presentó una demanda judicial contra el gobierno en nombre de un grupo de sindicatos por ese mismo tema. La pelea va al corazón del �neo-neoconservadorismo� del �Nuevo Laborismo�.

Tony Blair acorralado por una demanda de su propia mujer.


t.gif (862 bytes) El desayuno de ayer en Downing Street debe haber sido bastante tenso. Con 45 años, una panza de nueve meses y un prestigio profesional que no le debe nada a su matrimonio con el premier británico, Cherie Booth extendió sus reclamos domésticos a la primera plana judicial y presentó ante la Alta Corte londinense una demanda contra el gobierno liderado por su marido, Tony Blair, justamente por una ley sobre derechos de paternidad y maternidad. La esposa e inminente futura madre del cuarto hijo del primer ministro laborista tomó a cargo el reclamo del Consejo de Sindicatos de Comercio (TUC) contra la medida oficial que estableció limitaciones a una legislación europea sobre licencias por nacimiento, pero al mismo tiempo se convirtió en la protesta más contundente de Cherie ante el anuncio de su marido de que no se tomará un receso cuando nazca su nuevo hijo. 
La revelación de Blair no podía ser más inoportuna. Horas antes de la presentación ante la Corte, el primer ministro había confesado al diario The New York Times que reducirá su jornada de trabajo oficial a partir del 24 de mayo (la fecha de parto de su mujer), pero que un receso total por paternidad está descartado. �Yo sé lo que la gente quiere que diga, pero la verdad es que si me alejo del trabajo y dejo de recibir llamadas o mantener conversaciones no sería algo real �intentó justificar Tony Blair�. Tomaré más tiempo libre. Trataré de recortar los compromisos oficiales. Hay que aplicar un poco de sentido común en esto, uno quiere pasar más tiempo con su bebé, pero no por eso deja su trabajo�.
En episodios anteriores del tire y afloje entre los Blair por el rol del padre en el hogar durante los primeros meses de vida del cuarto vástago, Cherie Booth no había intentado disimular su malhumor ante la negativa de su marido de quedarse en la residencia de Downing Street en lugar de ir a trabajar: �Me complace informarles que en 1998 el primer ministro de Finlandia hizo uso de su derecho de licencia por paternidad, y hace poco volvió a hacerlo. Yo promuevo la adopción masiva de este ejemplo�, deslizó semanas atrás públicamente, en una jugada doble: redoblar la presión sobre su marido e impulsar una suerte de campaña pública para equilibrar las horas de trabajo con el hogar. 
Pero después de la demanda de ayer, la riña privada entre los Blair se convirtió en uno de los temas públicos número uno en Londres. Sobre todo porque reimpulsó la discusión entre el gobierno y los sindicatos sobre el hecho de que, si bien el Nuevo Laborismo blairista fue mucho más allá que sus predecesores conservadores a la hora de tratar el tema de los derechos de licencia por paternidad, decidió implementarlos de un modo que muchos consideran mínimo. La ley europea aprobada por el gobierno establece el derecho de los padres a tomarse hasta 13 semanas de licencia laboral durante los primeros cinco años de vida del hijo, pero lo reconoce como un receso sin goce de sueldo y aplicable únicamente a los padres de niños que hayan nacido antes del 15 de diciembre del año pasado, cuando la ley fue incluida en la legislación británica.
Cherie Booth, en representación del TUC y en la que seguramente fue su última aparición profesional en público por varios meses, tomó la posta de un reclamo que volvió a poner en duda quién gobierna en Downing Street. Booth, que ni por un momento deja de usar su apellido de soltera, argumentó ante la Corte que la ley aprobada por el gobierno hace una interpretación equivocada de la legislación vigente en la Unión Europea (UE). Es que, según el TUC, al aplicarla recién desde diciembre de 1999 (sin retroactividad) vale para casos como el del hijo de los Blair, pero deja afuera a más de 2 millones y medio de �padres trabajadores� cuyos hijos nacieron antes de esa fecha. Incluir a esos padres dentro del alcance de la ley supondría un costo de 75 millones de dólares para los empleadores, pero Cherie lo defendió asegurando que se trata de un �pequeño trago�. El secretario general del TUC, John Monks, aseguró que no disfruta �viendo al gobierno en los tribunales�, y agregó que aún no es demasiado tarde para que el Ejecutivo cambie de opinión. Tal vez nopúblicamente, pero para congraciarse con su mujer parece que Tony tiene muy poco tiempo.
Texto: Florencia Grieco.

 


 

EL ZAR DE LA TV CONTRA LA CENTROIZQUIERDA ITALIANA
Berlusconi extorsiona a la coalición

El País de Madrid
Por Lola Galán
Desde Roma 

El referéndum previsto para el próximo domingo, en el que se pide a los italianos que se pronuncien sobre siete temas diferentes, desde la separación de la carrera judicial hasta una nueva ley electoral, se ha convertido en el último instrumento de la batalla política en Italia. El líder de la oposición, Silvio Berlusconi, advirtió el martes al gobierno de centroizquierda que está moralmente obligado a dimitir si la consulta no alcanza el quórum requerido (50 por ciento de los convocados a las urnas). �Si los ciudadanos no participan, creo que el Ejecutivo, por coherencia, tendrá que dimitir�, declaró el líder del centroderecha y magnate de la televisión privada italiana. La respuesta del primer ministro Giuliano Amato no se hizo esperar: �Yo no entro en estas discusiones, el gobierno es neutral en lo que respecta al referéndum�. 
La tesis de Berlusconi descansa sobre una premisa acusatoria según la cual la celebración del referéndum ha sido una coartada utilizada por el Gobierno para evitar las elecciones anticipadas. Y se ha lanzado de nuevo a una campaña de acoso y derribo. El líder de Forza Italia utilizó la misma estrategia en las elecciones regionales del mes pasado que ligó a un voto de castigo al centroizquierda. El desafío al Ejecutivo fue aceptado por el entonces primer ministro, Massimo D�Alema, que se vio obligado a dimitir tras la severa derrota sufrida por la coalición que guiaba. Aun así, D�Alema se negó a aceptar la convocatoria de unas elecciones anticipadas alegando para ello la inminente celebración del referéndum. Pero el temor a que la participación sea demasiado baja, como ya ocurrió en la consulta celebrada el año pasado �lo que invalidaría inmediatamente el resultado� planea entre los partidarios del referéndum. 
El comité referendario, en el que figuran políticos ex democristianos como Mario Segni, y los radicales, de la mano de Emma Bonino y Marco Pannella, ha llevado adelante una intensa campaña de concientización y de presión sobre el Ejecutivo para que �limpiara� las listas del censo de fallecidos. Un reciente y discutido decreto-ley ha eliminado a tiempo para la consulta cerca de 300.000 nombres de otros tantos ciudadanos residentes en el extranjero fallecidos o ilocalizables en las dos últimas elecciones. Este paso, que bajará el listón del quórum, puede revelarse esencial para que el referéndum triunfe. 
Lo más problemático para el Ejecutivo de centroizquierda es que la mitad de los partidos que lo integran se oponen ferozmente al referéndum electoral, lo que ha impedido a los partidos favorables a él desarrollar una campaña institucional en pro del sí. También la oposición está dividida en torno de la consulta. Mientras Alianza Nacional, dirigida por Gianfranco Fini, hace campaña a favor del �sí� en la pregunta relativa a la ley electoral, Forza Italia, guiada por Berlusconi se ha pronunciado a favor de la abstención. El líder �forzista� está convencido de que si no se alcanza el quórum dispondrá de nuevos argumentos para reclamar elecciones anticipadas. 

 

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