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UN DETENIDO DENUNCIO A LOS JEFES DE SIERRA CHICA
A matar un preso por encargo

Un interno declaró en la Justicia que los jefes del penal le propusieron asesinar a un preso, involucrado en la causa AMIA: 
había sido entrenado por la Bonaerense para desviar la pesquisa.

En el penal de Sierra Chica, cuatro detenidos acusaron el jueves pasado a los jefes penitenciarios.


Por Andrés Osojnik

t.gif (862 bytes) Ya no son sólo salidas arregladas o venta de drogas en las cárceles. Ahora también hay miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense acusados de encomendar asesinatos. Así lo acaba de denunciar en la Justicia un preso de Sierra Chica, que contó que los jefes de ese penal le ofrecieron drogas y otros �beneficios� a cambio de que matara a otro interno. Que, por añadidura, no es un detenido cualquiera: se trata de un preso que entorpeció la investigación de la causa AMIA. Y que terminó por confesar que lo hizo preparado por los mismos policías bonaerenses a los que su fábula pretendía beneficiar.
�El director (del penal) le dio en mano la llave de la celda para que lo matara�, contó a este diario Benigna Barrionuevo, la madre de Rafael Domínguez, el hombre que según sus dichos debía matar a su compañero. El Servicio Penitenciario provincial se limitó a reconocer la existencia de la denuncia. �Todo esto está en la Justicia, hay que dejar que se haga la investigación�, dijo el jefe de Prensa del organismo, Omar Carnero.
Domínguez hizo esa presentación en la Justicia junto a otros tres internos, que relataron además haber recibido ofrecimientos para obtener drogas o �fugarse� de la cárcel a cambio de dinero. Las nuevas acusaciones se suman a la serie de denuncias sobre coimas, irregularidades y aprietes de los penitenciarios, tanto provinciales como federales. En este último caso, la denuncia más grave es el presunto complot entre presos y guardias para matar al juez Alberto Baños.
En Sierra Chica, quien supuestamente debía ser asesinado por Domínguez es Ramón Solari, un hombre muy conocido por quienes siguen de cerca la causa AMIA. Solari fue apresado y luego condenado a reclusión perpetua por matar a un matrimonio y a una de sus hijas, en un hecho que se conoció como la �masacre de Benavídez�. Además, dejó herida �creyéndola muerta� a la otra hija de la pareja. El múltiple asesinato, ocurrido en 1994, había sido encargado por un prestamista.
Mientras estaba detenido por ese motivo en la Brigada de Vicente López, Solari recibió parte del expediente de la causa AMIA para que estudiara los detalles del caso. El jefe de la Brigada �hoy aún en actividad�, Miguel Angel Garello, llevó una carta de Solari al entonces embajador de Israel, Yitzhak Aviran. En la misiva, el preso decía conocer detalles del caso. Aviran pasó el dato al juez Juan José Galeano.
Y Solari terminó por declarar ante el magistrado. Su historia era que él había recibido la Trafic de Carlos Telleldín y que se la había entregado �a unos árabes� en la triple frontera. De esa manera, dejaba desvinculados del hecho al ex poderoso comisario Juan José Ribelli y los otros policías involucrados en el hecho, Irineo Leal y Mario Bareiro.
Después de un año de seguir esa línea de investigación, Galeano cayó en la cuenta de que se trataba de una mentira preparada para exculpar a los policías. Y Solari dijo finalmente ante los miembros de la Comisión Bicameral que sigue los atentados que el propio Ribelli le ofreció 100 mil pesos y la posibilidad de huir para que brindara ese testimonio trucho. Solari es un mentiroso consuetudinario, pero lo cierto es que su declaración existió, que fue una fábula y que aún hoy no fue detectado el o los responsables de preparar ese intento de desviación de la investigación.
El jueves pasado, Benigna Barrionuevo llegó alarmada a Sierra Chica. Le habían avisado que su hijo estaba golpeado. Cuando llegó hasta él, observó que apenas podía ver como consecuencia de la paliza recibida. �Lo encontré mal y él me dijo: �Andá a denunciar que me van a matar. Quieren que mate a Solari y como me negué me molieron a palos��, relató ayer la mujer a Página/12 y aclaró que del penal �me fui derecho a hacer la denuncia�.
La presentación la hizo en la Fiscalía 5ª de Olavarría. Después de oír a la mujer, la fiscal adjunta, Susana Alonso, se trasladó al penal. Y allí mismo recibió la declaración de Domínguez y los otros presos, Rafael Soria, José Valenzuela y uno tercero cuyo nombre no trascendió. Según sus dichos, también habían recibido ofrecimientos varios, a los que se habían negado: ingreso de drogas y salidas transitorias. Todo a cambio de dinero.
Domínguez declaró que los jefes del penal le habían propuesto matar a Solari. Y que de ese ofrecimiento participó el propio director, Mario Usarralde. Ante lo que estaba oyendo, la fiscal Alonso decidió convocar al juez de Garantías Antonio Saladino. Entre ambos, más un médico y personal de la Fiscalía, siguieron tomando las declaraciones en las propias celdas. Al día siguiente, los cuatro presos fueron trasladados al penal de Melchor Romero.
De 26 años, Rafael Domínguez hace ocho que está preso por matar a una persona durante un robo. �Siempre tuvo buena conducta, desde hace unos meses estaba saliendo a trabajar a un taller metalúrgico y el año que viene ya podía salir. Ahora vino todo esto�, se lamentó la madre del joven.
Esa es precisamente una de las dudas en la investigación de la denuncia de Domínguez: por qué habría sido él el elegido para el asesinato por encargo, sobre todo teniendo en cuenta que no estaba enemistado con Solari. Desde el Servicio Penitenciario intentan relativizar el valor de los dichos de los presos. �Son cosas de internos, tienen mil motivos para decir esas cosas�, sostuvo una fuente del SPB.
Lo cierto es que la Fiscalía a cargo de Javier Tourne tiene en marcha la investigación, en la que participa incluso el fiscal general de Azul, Eduardo Serradell. Y que desde el Ministerio de Justicia de la provincia se pidieron precisiones sobre el tema.

 

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