Por Mariana Carbajal
 El presidente de la Corte Suprema de la Nación, Julio Nazareno, sufrió ayer el peor desplante que se recuerda en su carrera. El episodio ocurrió durante la apertura de la V Conferencia de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, que se desarrolla en el Centro Cultural San Martín. Ante un auditorio compuesto por medio centenar de magistradas de unos cuarenta países (entre ellas una jueza de la Suprema Corte de Canadá y otra del Alto Tribunal de Dublín), la presidenta del evento y camarista porteña Carmen Argibay le increpó a Nazareno la falta de colaboración del máximo tribunal para la organización del encuentro. �En algún momento, estuve tentada de agregar un panel que se llamara �Mujeres Marginadas porque pertenecen a una asociación de mujeres jueces en una judicatura machista�, al ver que la máxima autoridad del Poder Judicial ignoró nuestros pedidos de ayuda�, señaló Argibay, en su discurso inaugural, mientras Nazareno seguía sus palabras con cara de poker.
No fue el único traspié que debió enfrentar. En realidad, las organizadoras del evento ni siquiera le habían reservado un lugar en el estrado. �Desde febrero le veníamos pidiendo una audiencia para solicitarle colaboración a la Corte Suprema. Recién nos recibió hace quince días. Le pedimos si podía facilitarnos vehículos del tribunal para trasladar a las personalidades más importantes que participan del encuentro, además de ayuda de Ceremonial y Protocolo para la organización, pero nunca tuvimos una respuesta. Recién ayer (por el miércoles) nos mandaron a preguntar si necesitábamos algo. Ya era tarde. Pero nadie nos confirmó que iba a participar del acto inaugural�, relató a Página/12 Lidia Soto, presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina y miembro del Tribunal Oral Federal Nº 3 de San Martín. �Quiero creer que fue un mal entendido, pero lo cierto es que la Corte Suprema ignoró o subestimó totalmente la existencia de este evento de magistradas de trascendencia internacional�, agregó Soto.
Nazareno llegó a las 9 al San Martín acompañado por otro miembro del alto tribunal, Adolfo Vázquez. En un primer momento, Argibay se negó a ponerles una silla entre las autoridades que hablarían en la inauguración del encuentro, entre ellas, el secretario de Justicia y Asuntos Legislativos, Jorge Pérez Delgado, en representación del Gobierno. Finalmente Argibay cedió, persuadida por otras magistradas. Pero sólo aceptó un lugar para Nazareno. Ofendido, Vázquez se retiró intempestivamente, antes de la ceremonia de apertura de la Conferencia, en la que se analizará hasta el domingo la problemática de las �Mujeres marginadas�, como madres adolescentes solteras; pobres y analfabetas; ancianas o enfermas mentales y discriminadas por cuestiones raciales o culturales.
El irónico discurso de Argibay, denunciando una actitud discriminatoria de la Corte hacia la entidad que agrupa a magistradas, no fue el único momento incómodo que tuvo que atravesar Nazareno. Cuando le cedieron la palabra, su intervención levantó un tibio aplauso. No era para menos: frente a un auditorio compuesto por juezas, ex magistradas y funcionaras de la Justicia que bregan en distintas partes del mundo por la igualdad entre los géneros, Nazareno habló de �recuperar los valores de la familia tradicional� y �de la mujer en el hogar�.
�El discurso fue un papelón, por lo conservador y retrógrado�, confió a este diario un miembro del Consejo de la Magistratura, que confesó haber sentido �vergüenza ajena�.
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