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Por Mario Wainfeld  ¿Y a usted qué le parece?, contesta, cual si fuera un terapeuta, Fernando de Santibañes a Página/12, que le pregunta cómo evalúa la febril jornada de ayer. Pero no es un terapeuta. Es uno de los cuatro economistas que el presidente Fernando de la Rúa convocó a su gabinete rodeando, por decirlo de algún modo, al ministro de Economía. Y es quien, con sus declaraciones desató una tormenta de rumores acerca de José Luis Machinea (ver nota central). Página/12 le dice que le parece que lo puso a Machinea en problemas, que lo debilitó en público. De esa peculiar manera, comienza una entrevista telefónica, en la que el jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), explica que todo lo que hizo es intentar ayudar a su buen amigo, el ministro de Economía. �Con Machinea no tengo ni voy a tener ningún problema, lo conozco hace treinta años... �No se trata de un tema personal sino político. Usted apareció diciendo que el Gobierno está demorado en el recorte del gasto. �Pero esa no es responsabilidad exclusiva de Economía sino de todo el gobierno. El responsable de ordenar el presupuesto es el jefe de Gabinete. Por algo el Presidente envió la orden de reducir el presupuesto al jefe de Gabinete. �Eso parece una sutileza que no siempre se percibe en un reportaje de TV. ¿Por qué fue a hablar de economía a un programa de TV? �No fui a hablar de economía. Me invitaron a hablar de la cuestión social. Pero justo antes de mi intervención Marcelo Longobardi hizo una especie de editorial... ¿Lo escuchó? �Sí, planteaba la necesidad de terminar con el gradualismo del equipo económico, comparaba a Machinea con Néstor Rapanelli y decía que la solución era un acuerdo entre el gobierno nacional y los principales gobernadores peronistas para reducir el déficit a cero antes de fin de año. �Eso me obligó a hablar. �¿Y a darle la razón? �Yo no le di la razón. Dije todo el tiempo que estaba de acuerdo con la gestión de José Luis. �Usted dijo que era �magnífica� la propuesta de Longobardi. �Ahí me equivoqué. Pero eso fue recién al final (del reportaje). Déjeme ver, espere que leo la desgrabación que me dio José Luis. Le dije que sería �magnífico� reducir a cero el déficit antes de fin de año. Y debí decir que es magnífico pero no es posible. �... �Le repito, ahí me equivoqué. (El secretario de Hacienda) Mario Vicens me lo señaló. �¿No se equivocó yendo a hablar de economía en un momento tan delicado? �Estoy convencido de que el gobierno no debe ser ciego. Esta fue una semana muy difícil, se nos destrozaron los títulos públicos. La tasa de riesgo-país está tan alta como cuando (Eduardo) Duhalde habló de no pagar la deuda externa. Los inversores saben que las cosas están mal. Y entonces alguien tiene que hablarle a los inversores, explicarles que sabe que las cosas están mal. Si no demuestra que conoce lo que le pasa, pierde la confianza. �Usted le habla a los inversores... �Algunos miembros del gobierno miran sesgadamente para el lado de los votantes y otro sector, que yo integro, habla sesgadamente para el lado de los inversores. �Almorzó con Graciela Fernández Meijide y después se reunió con Machinea. ¿Qué le dijeron? �Con Graciela no hablé de esto. Me había acostado muy tarde a eso de las 6 por el golpe de Paraguay y ni mencionamos el tema. Con José Luis lo hablamos, en forma amena. �¿No le reprochó nada? ¿No le dijo que lo había debilitado? �Yo no debilité a Machinea, lo respaldé todo el tiempo. La verdad es que Machinea carga con una mochila muy pesada y que todos nosotros (en el Gobierno) lo estamos ayudando poco. �Le insisto ¿qué legitimidad cree tener, como jefe de la SIDE, para ir a hablar de economía a un programa de televisión? �(Largo silencio, el único). Desde el punto de vista institucional no tengo. Pero soy un economista reconocido. Si hablo de economía hablo de algo que sé.
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