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Por Santiago Rodríguez Eran casi las 2 de la mañana y la crisis estaba en su punto más crítico; un rato antes, tanquetas del Ejército al mando de militares insurrectos habían disparado contra el Congreso y el destino de la democracia paraguaya estaba en peligro. Por orden de la Cancillería, el embajador argentino en Asunción, José María Berro Madero, actuó con premura y se comunicó con sus colegas de la región. Poco después, en vivo y en directo por televisión, el mismo Berro Madero leía el comunicado que resultó de su gestión: �Los embajadores del Mercosur, Chile y Bolivia, reunidos en emergencia ante los acontecimientos de dominio público, expresan en nombre de sus respectivos gobiernos el más firme rechazo al uso de la violencia, la fuerza y cualquier otra acción que intente vulnerar las instituciones y el orden constitucional�. La inmediata reacción de la comunidad internacional ayudaba, una vez más, a frenar a los golpistas paraguayos. La aparición de Berro Madero en la transmisión de la intentona golpista que en directo realizó la televisión paraguaya fue uno de los puntos salientes de una serie de movidas diplomáticas que se sucedieron a partir del estallido de la crisis militar. El otro lo constituyó la comunicación telefónica que, también de madrugada, mantuvo el presidente Fernando de la Rúa con su colega paraguayo Luis González Macchi. �Fue el primer presidente que llamó a mi presidente y, por su clara solidaridad, así como la del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, estaremos eternamente agradecidos�, dijo ayer �cuando todo estaba mucho más calmo� la embajadora paraguaya en Buenos Aires, Leila Rachid. De la Rúa también jugó un papel público frente al intento de golpe de Estado en Paraguay, aunque no por televisión: alrededor de las 3 de la mañana salió al aire por Radio Uno de Asunción y expresó sus �fervientes votos para que se mantenga la institucionalidad�. Cuando González Macchi supo del apoyo de la Argentina y de la intención de De la Rúa de establecer un diálogo, uno de sus colaboradores levantó el teléfono y llamó a Buenos Aires porque a esa altura su paradero era un secreto que pocos conocían. El paraguayo lo interiorizó de la situación en Asunción y De la Rúa, a su vez, le ratificó el respaldo a su gobierno. Fue también durante esa conversación que surgió la idea de que De la Rúa hablara por algún medio paraguayo. Los hombres de González Macchi se encargaron de la producción de la entrevista, y diez minutos después la gente de Radio Uno llamaba a Olivos para la nota. No limitarse a los canales institucionales, y apelar a la radio y a la televisión, fue una decisión que tomó la diplomacia argentina como un modo de que sus mensajes llegaran rápidamente y sin intermediarios a los militares golpistas. �Cumplieron un rol fundamental�, destacó Rodríguez Giavarini acerca del papel que desempeñaron los medios de comunicación. A la hora en que González Macchi y De la Rúa hablaron por teléfono, la maquinaria diplomática de la región ya estaba a pleno. El empujón para que comenzara a funcionar lo dio �en su condición de presidente pro témpore del Mercosur� la Argentina, algo que no había hecho en marzo del �99 cuando el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y la posterior expulsión del poder del oviedista presidente Raúl Cubas Grau hicieron tambalear también la democracia paraguaya. Aquella vez, el entonces embajador en Asunción, Néstor Ahuad, continuó con su campaña política en La Pampa y el menemismo dejó que las embajadas de Brasil y los Estados Unidos motorizaran la respuesta diplomática a la crisis. �Quedáte tranquila que ya nos ocupamos de esto y tenés todo nuestro apoyo�, fue lo que Rodríguez Giavarini le dijo a Rachid en el primero de los cuatro llamados que ambos mantuvieron durante la madrugada. El canciller se acababa de enterar de la intentona golpista �al final de la cena que De la Rúa le ofreció al presidente chileno Ricardo Lagos, donde estuvo con la embajadora sin que ninguno de los dos supieran lo que ocurría en Asunción� y ya había dispuesto un equipo para encargarse del asunto. El subsecretario de Política Latinoamericana, Adolfo Nanclares, y el director de América del Sur, Roberto García Moritán, acompañaron a la cabeza de ese equipo a Rodríguez Giavarini, quien en plena crisis intercambió impresiones sobre la situación con su colega paraguayo Juan Aguirre, y con el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado norteamericano, Peter Romero. La idea inicial fue promover una declaración de los cancilleres de la región, pero la hora jugó en contra y entonces entró en acción Berro Madero. El embajador sí tuvo éxito con sus colegas del Mercosur, Chile y Bolivia �también mantuvo contactos con la embajada norteamericana y la Iglesia paraguaya�, y así se llegó al comunicado en respaldo de la democracia en Paraguay que él mismo leyó por Canal 9 de Asunción. A esa misma emisora de televisión remitió el comunicado oficial con que el Gobierno argentino manifestó su �más enérgico rechazo a esta nueva maniobra destinada a subvertir la institucionalidad democrática paraguaya�. Ese comunicado emitido por la Cancillería a eso de las 4 de la madrugada constituyó en anticipo de un pronunciamiento similar que por la mañana difundió el Mercosur junto con Bolivia y Chile. De la Rúa y Lagos dieron, ya entrada la mañana de ayer, otra puntada a la malla que tejieron los países de la región para contener a la democracia paraguaya: hicieron un alto en un desayuno de trabajo que compartieron para comunicarse otra vez con González Macchi y le volvieron a manifestar su respaldo a las instituciones de Paraguay.
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