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Por Pablo Rodríguez Desde Asunción �Acabo de reunirme con el director y acordamos que lo mejor era quedarse en la redacción.� Estas palabras fueron disparadas telefónicamente anoche a Página/12 por Hugo Ruiz Olazar, periodista del diario oviedista asunceño ABC Color y corresponsal del diario Clarín y de la agencia AFP, y la decisión de que informaban no tenía nada que ver con una noche demasiado lluviosa o con un cierre excesivamente demorado sino con unos más materiales policías que daban vueltas inquietantes en torno de la sede del periódico y las vueltas que también estaba dando una orden de arresto del gobierno supuestamente democrático, demostrando de este modo el alto aprecio que el actual presidente y ex jugador de básquetbol Luis González Macchi siente por la libertad de prensa. Olazar, en su rápido descargo telefónico, agregó que �con él (el director de ABC Color) llevamos más de 22 años de lucha por la libertad y consideramos que la intención del gobierno actual es colocar una mordaza a la prensa. Yo soy el único periodista paraguayo que entrevistó a Lino Oviedo en la clandestinidad. Tengo sugerencias para recurrir a la embajada argentina en Asunción, pero prefiero quedarme aquí con la redacción sin importarme lo que suceda�. La punta de lanza Como punto de arranque tras un golpe de Estado fallido, fue algo bastante golpista en sí mismo, lo que también se advierte en el estado de sitio que autoriza a González Macchi a hacer prácticamente cualquier cosa y detener a quien quiera, además de �sugestivamente� parar una protesta nacional inminente contra las privatizaciones, que entonces van a ser sacadas a decretazo puro. Otros informes llegados a oídos de este enviado decían que hombres armados habrían irrumpido violentamente en los estudios de Radio Asunción y destruido sus equipos para evitar que siguiera transmitiendo. El silencio, literalmente de radio, con que este periodista se encontró ante la posición de la emisora en el dial pareció confirmar la mala nueva, así como todas las señales que sí salieron del gobierno: estado de excepción por 30 días, más detenciones de �oviedistas�, reunión de gabinete un sábado al mediodía y prohibición de entrada a los principales edificios públicos. Es que, desde los medios de comunicación, ha surgido un haz de dudas que van desde la existencia real de un intento golpista a gran escala hasta la puesta en cuestión de los organismos de seguridad para parar la acción, pasando por una crítica global de las actividades del gobierno que ya lleva más de un año en el poder. Y, desde lo que se puede escuchar en los comentarios callejeros (ese concepto etéreo que muchos pretenden llamar �gente� u �opinión pública�), la bufa y la ironía es generalizada: más que un golpe, como dijo a Página/12 un morrudo treintañero en la céntrica Plaza de los Héroes, �esto fue un chiste�. Las dudas ¿Un chiste de quién y contra quién? La evaluación del principal medio oviedista, el diario ABC Color, era que ganó el gobierno, �que sale fortalecido y respira más aliviado de todas las presiones que estaba recibiendo por su pésima gestión�. Y quienes perdieron, según este periódico, fueron precisamente los seguidores del ex militar prófugo Lino Oviedo, bajo la forma de 77 detenidos, todos ellos militares, policías, civiles y hasta legisladores que esperaron anteayer el fin de la sesión en el Congreso para marchar presos, como el caso de Benjamín Maciel Pasotti y Carlos Maggi Rolón. A partir de estas premisas, la conclusión de ABC Color pretende demostrar que fue una especie de autogolpe perfecto, donde no se disolvió el Congreso sino, mejor aún, se logró limpiar a las fuerzas armadas y al Poder Legislativo de un poder oviedista en retroceso pero nunca vencido del todo. La ciudad fantasma Si Argaña está en lo cierto, entonces fue verdaderamente un golpe de opereta: en lugar de buscar respaldo en unidades militares, el puñado de sublevados quiso hacer un golpe creando primero la sensación de golpe, y confiando en ella el triunfo. Para quienes no están en esas �altas esferas del gobierno�, también fue un golpe de opereta, pero por otras razones, más sospechosas. �Fue más bien gracioso: en la televisión se veía cómo uno de los que estaba en los tanques se fumaba un cigarro, luego bajaba la puerta y disparaba. Se ve que estaba muy nervioso�, resumió Juan, unos 40 años, detrás de unos gruesos bigotes. �Cuando agarraron a los que estaban en el edificio de la policía, algunos salían cagándose de risa�, le respondía su amigo Pedro, misma edad, mucho menos bigote. El futuro El problema para el actual gobierno es que, luego del éxito que en teoría lo fortalece, ya llueven las críticas, las dudas y las sospechas en el corto y mediano plazo. La bancada liberal en la Cámara de Diputados, durante la sesión en la que finalmente se aprobó el estado de excepción por un máximo de 60 días, destacó que de ningún modo aceptarán que esta situación especial derive en una postergación de las elecciones para vicepresidente, previstas para agosto. También expresó su temor de que este �estado de excepción� se aplique en contra de las reuniones políticas; en suma, el fantasma de Stroessner, que hizo de esta medida uno de los pilares de su sistema de represión.
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