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La idea que tiene la SIDE de lo que es transparencia

Dos espías estatales admitieron ante la Policía Bonaerense que estaban siguiendo, sin orden judicial y sin motivo aparente, a un delegado de la agencia noticiosa oficial Télam, que fue repetidamente amenazado por teléfono.

Luis Omar "Lucho" Giménez, el delegado de Télam, no entiende por qué lo amenazan y siguen.


Por Carlos Rodríguez
t.gif (862 bytes) En cierto modo, es un acto de "transparencia" sobre las actividades de algunos agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE): dos funcionarios del organismo estatal admitieron ante la Policía Bonaerense que estaban espiando --sin orden judicial y sin motivo aparente-- a un empleado de otra dependencia oficial, la agencia de noticias Télam. La situación vivida por el trabajador perseguido por los espías de la SIDE, Luis Omar "Lucho" Giménez, es doblemente grave porque no sólo fue vigilado en su domicilio sino que además fue amenazado de muerte por teléfono en su lugar de trabajo. Le advirtieron en un supuesto tono paternal: "Cuidate, porque no queremos que te conviertas en un nuevo José Luis Cabezas". La policía constató que dos de los responsables del seguimiento ilegal fueron los agentes Pablo Ceballos y Ricardo Portella.

  Giménez, que es jefe de la sección Cobranzas y secretario general de la Comisión Interna gremial de la agencia Télam, dijo a Página/12 que ignora las razones de la persecución a la que es sometido. "La Policía Bonaerense y también la Federal me dijeron que no hay ninguna causa ni pedido de investigación en mi contra", informó. Por tal motivo consideró que "la única posibilidad es que moleste mi actuación como delegado" y recordó que lleva 22 años trabajando en la empresa estatal.

  Los problemas comenzaron en la madrugada del 30 de marzo pasado. A la una y media de la mañana, el teléfono despertó a Giménez, quien desde que se separó de su esposa vive solo en una vivienda de Crisólogo Larralde 4847, Villa Corina, partido de Avellaneda. La que llamaba era su ex mujer, Delia Falcón, quien vive en el mismo barrio y le comentó que de una remisería cercana le habían preguntado si había un procedimiento policial en la casa de su ex marido. Giménez tranquilizó a su ex mujer, pero después miró por la ventana y vio que en realidad había dos autos bastante destartalados detenidos frente a su casa. Su ex mujer le había comentado que, según los remiseros, en uno de los autos había cinco personas que estaban sacado fotos de su casa y su automóvil.

  Giménez llamó a la comisaría séptima de Villa Corina, que de inmediato mandó un patrullero. Los policías identificaron a los ocupantes de los dos autos, que estaban tomando cerveza y jugando al pool en un bar frente a la casa de Giménez. Los cinco se identificaron como miembros de la Policía Federal, dijeron que estaban en un "acto de servicio" y los bonaerenses se retiraron, según pudo constatar este diario, que tuvo acceso al acta firmada por el subcomisario Jorge Norberto Porsella y Gustavo Sanguinetto, de la comisaría séptima, incorporada al expediente en trámite en la Unidad Fiscal número seis de Lomas de Zamora.

  Giménez recibió luego otro llamado telefónico. Una voz masculina y anónima le hizo referencias a su vida personal. Fue entonces que apareció el dato clave: como el aparato receptor de Giménez tiene instalado un sistema de identificación de llamados, se pudo determinar que el número desde el que se envió la intimidación correspondía al celular 15-4434-3637. El celular pertenece a Ricardo Portella, quien se identificó como jefe de la División Operaciones de la SIDE, según consta en el sumario levantado por la comisaría séptima. Otro número identificado es el 4343-5531, internos 2514 y 2515, perteneciente a Pablo Ceballos, también personal de la SIDE.

  Ambos le confirmaron a la Policía Bonaerense --intervino la Delegación Departamental de Investigaciones de Lomas de Zamora-- que las cinco personas que estaban en el operativo frente a la casa de Giménez eran en realidad personal estable de la SIDE. El grupo operativo se movilizaba a bordo de tres vehículos, un Peugeot 405 patente AZJ-845, un Renault 19 AKF-187 y una moto patente BTF-904.

  El mismo 30 de marzo, por la tarde, en la oficina de Cobranzas de Télam, Giménez recibió un llamado en su teléfono directo, un número al que tiene acceso muy poca gente. Allí fue amenazado por una voz masculina que le advirtió: "Cuidate porque no queremos que te conviertas en un nuevo Cabezas". La denuncia por la nueva amenaza se hizo ante la comisaría segunda de la Capital Federal y se dio intervención al juzgado en lo correccional a cargo de la doctora Elena Frillochi.

  Desde la fecha de las primeras amenazas, Giménez tiene custodia policial en la puerta de su domicilio y ha recibido el apoyo de la CGT disidente, de distintas comisiones internas del gremio de prensa y también de la diputada bonaerense por el Frepaso Graciela Podestá. "Lo que más me jode    --dijo Giménez-- es la impunidad con que actúa esta gente y la reiteración de las zonas liberadas donde está permitido hacer cualquier cosa".

 

 

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