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Por Carlos Noriega Desde Lima El círculo del aislamiento se le podría terminar de cerrar hoy lunes al presidente Alberto Fujimori, cuando las misiones de observadores de la OEA y del Centro Carter-Instituto Nacional Demócrata (CC-IND) emitan sendos comunicados en los que descalificarían definitivamente la segunda vuelta de las elecciones peruanas si éstas se realizaran el próximo domingo 28, como insiste el gobierno. Entretanto, en un juego de presiones y de medición de fuerzas, Fujimori y Toledo han comenzado a recorrer el país sacando a sus partidarios a las calles. El presidente re-reeleccionista ha dedicado esas manifestaciones a insistir en que los comicios no se postergarán bajo ninguna circunstancia y a atacar a Toledo por retirarse del proceso electoral. Mientras, las autoridades electorales amenazaron a Toledo con la cárcel si invita a boicotear las elecciones. A pesar de la dureza de su comunicado del pasado jueves 18, en el que señaló que su misión no podía avalar las elecciones dadas las graves irregularidades, el ex canciller de Guatemala, Eduardo Stein, jefe de la misión de la OEA, no ha querido cerrar definitivamente la puerta hasta esperar el resultado del simulacro de votación que se realizó ayer domingo y en el que se puso a prueba el cuestionado sistema de cómputo. Pero la línea ya parece estar trazada. Y ésta iría en dirección a retirarle el aval al proceso electoral si no se cambia la fecha. El CC-IND camina en la misma dirección. El Departamento de Estado norteamericano también se ha pronunciado por la postergación, pero Fujimori insiste en mantener inamovible la fecha de los comicios. Aunque eso signifique ir a una parodia de elección en la que compita solo, y que su triunfo carezca de toda legitimidad, y en definitiva sea el comienzo del aislamiento internacional de su régimen cívico-militar. Porque la grave crisis político-social que vive Perú ya ha comenzado a expresarse en hechos de violencia callejera. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que en un tiempo record de pocas horas recibió, tramitó y rechazó el pedido de Alejandro Toledo de postergar las elecciones, ha comenzado a entrar en contradicciones internas. El magistrado electoral, Rómulo Muñoz Arce, sorpresivamente dio marcha atrás diciendo que se había rechazado el pedido de Toledo, pero que eso no significaba que el tribunal electoral no pudiera tomar en cuenta otras solicitudes en ese mismo sentido. Sin embargo, su colega en el JNE, Carlos Bringas, lo contradijo abiertamente, negando cualquier posibilidad de volver a tratar el tema. Bringas fue más lejos, lanzando una abierta amenaza contra Toledo al decir que cualquier persona que intente impedir las elecciones podría ser llevada a la cárcel hasta por cinco años. Toledo, que ha hecho un llamado a la población a boicotear las elecciones no yendo a las urnas, respondió que no le temía a las amenazas. Fujimori viene dejando en su camino una secuela de disturbios como muestra del rechazo a su actitud de perpetuarse en el poder a cualquier precio. Toledo, por su parte, ha encabezado multitudinarias manifestaciones en apoyo a su decisión de retirarse. En la noche del sábado, reunió a más de cincuenta mil personas en el centro de Lima. Toledo le ha pedido a Fujimori negociar una salida política, pero el presidente peruano ha desoído la solicitud, tal como hizo luego de la primera vuelta. La OEA está intentando jugar el papel de mediador. Mientras se miden fuerzas en las calles, ambos bandos también mueven sus fichas en el frente externo. El apoyo del gobierno norteamericano a una postergación del proceso electoral juega a favor de Toledo, que espera que el caso peruano sea visto en la próxima asamblea del organismo interamericano, a realizarse en Canadá la primera semana de junio. En estepunto, la Argentina jugaría un papel clave. Su voto podría ser decisivo para llevar el caso peruano a la discusión de cancilleres, en la que se vería la posible aplicación de la Resolución 1080, que obliga a los países miembros a defender la democracia. En el gobierno peruano ha causado malestar, y también preocupación, el apoyo que recibió Toledo en Buenos Aires luego de entrevistarse con el presidente Fernando de la Rúa. Fujimori, en el mejor estilo kamikaze, parece dispuesto a seguir adelante en su suicida carrera hacia la re-reelección. Es que confía en poder imponer, una vez más, su política de hechos consumados.
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