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A esta altura no es ninguna novedad decir que Israel está en estado de alerta. Pero ayer la situación en el sur del Líbano agravó el panorama: el proisraelí Ejército del Sur del Líbano (ESL) �a cargo de la seguridad en la zona ocupada� dio un golpe al plan del premier laborista Ehud Barak, de comenzar la retirada militar en esa región lenta y unilateralmente el próximo 7 de julio. Por la mañana, la mayoría del ESL abandonó más pueblos y ciudades libanesas de la �franja de seguridad�, que fueron inmediatamente retomados por miembros de la guerrilla islámica Hezbollah. El gabinete de seguridad israelí se reunió durante tres horas para analizar un posible adelanto de la fecha de repliegue y dio disponibilidad a Barak para que sea él quien la fije. Paralelamente, el Ejército lanzó una ola de bombardeos contra las posiciones que dejaban atrás los milicianos proisraelíes, en parte para detener el avance del Hezbollah y en parte para evitar que las armas del ESL cayeran en manos de los guerrilleros. Pero seis civiles libaneses murieron y más de 30 fueron heridos. Al mediodía, el premier israelí Ehud Barak (que también es titular del Ministerio de Defensa) desmintió que estuviese considerando comenzar la retirada antes del 7 de julio: �No hay orden de retiro del Líbano para el 1º de junio. El ejército israelí se prepara para un retiro que ocurrirá cuando las condiciones sean adecuadas�. Sin embargo, los rumores de un cambio de programa aumentaban a medida que el ESL cedía posiciones, el Hezbollah las ganaba, y la paz con Siria (verdadera autoridad en Líbano) sigue en un horizonte incierto. En la noche del domingo, los milicianos del ESL abandonaron Taibe, que había sido entregada por el Ejército israelí apenas una semana atrás. Inmediatamente, la bandera de la guerrilla fue izada por cientos de pobladores que regresaban a sus casas después de 22 años de ocupación. Fuentes militares israelíes desestimaron en principio la importancia de ese abandono, asegurando que era �una unidad que mantenía disensiones internas de tipo religioso y familiar�. Sin embargo, cuando lo mismo ocurrió en las aldeas de Houla, Tallousa y Markaba, la tensión fue inocultable. La euforia inicial de los antiguos habitantes que regresaban se quebró enseguida cuando un helicóptero israelí disparó sobre ellos. Fuentes de un hospital libanés aseguraron que las tropas israelíes abrieron fuego contra otro grupo de civiles que intentaba entrar en el poblado de Meis al-Jabal, después de haber oído que el ESL había abandonado la zona. Según esas fuentes, los disparos mataron al menos a tres civiles e hirieron a unos seis. Simultáneamente, aviones israelíes bombardearon un valle entre las localidades de Baarchiite y Chakra. Además de las 12 aldeas que retomaron ayer, el Hezbollah se quedó con el control de cuatro posiciones fortificadas que abandonó el ESL en la región central de la �zona de seguridad�, con lo que consiguió dividir en dos la franja que debía contener los ataques armados de la resistencia islámica. Se calcula además que unos 200 milicianos musulmanes del ESL desertaron de las filas en menos de 24 horas para pasar, en muchos casos, a las de la guerrilla. De todos modos, el pedido de �amnistía� del líder del ESL, Antoine Lahad, fue rechazado por el Líbano, que adelantó que los milicianos deberán afrontar cargos de �traición� por �colaborar con el enemigo israelí�. Ante el cambio de fuerzas en la zona, el viceministro israelí de Defensa, Efraín Sneh, advirtió que �si se permite al Hezbollah entrar en los pueblos cercanos a la frontera, volveremos a la situación de la década del 70�. Horas antes, el ministro de Relaciones Exteriores David Levy lanzó una amenaza similar al asegurar que si la guerrilla aprovecha las zonas evacuadas para fortalecerse, el Ejército volverá a ocuparlas. La situación en el sur del Líbano también recibió atención por parte del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien pidió inmediatamente al Consejo de Seguridad que eleve el número de cascos azules para la Fuerza de Interposición de las Naciones Unidas en el Líbano (Unifil) de 4000 a casi 8000 miembros. La Unifil estaría encargada deverificar la retirada unilateral de Israel.
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