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El teatro y el cine despiden al mítico Sir John Gielgud

 

El actor inglés murió a los 96 años en la elegante casa de campo del siglo XVII en
que se había recluido hace un cuarto de siglo.

 

Gielgud como Próspero en �La tempestad�, de Peter Greenaway.


t.gif (862 bytes) El mítico actor John Gielgud, considerado uno de los mejores intérpretes de la obra de William Shakespeare, murió en Inglaterra a los 96 años, según informaron ayer sus familiares. Sir Gielgud, que fue famoso también por su vasta obra cinematográfica, falleció en la localidad de Aylesbury, Buckinghamshire, el domingo. �Murió pacíficamente en casa�, explicó su antiguo agente, Laurence Evams. El ministro de Cultura inglés Chris Smith calificó el deceso como �una enorme pérdida� para la el país. �Sir John Gielgud era un gigante de la vida teatral de este país y su carrera, durante más de siete décadas, deleitó y hechizó a audiencias en todo el mundo�, declaró. Sólo Sir Laurence Olivier tuvo en el mundo del teatro mundial un prestigio similar a Gielgud como interprete shakespeareano. Para algunos expertos, incluso, Gielgud era mejor en papeles claves, como Hamlet, Ricardo III, el Rey Lear.
El nombre de Gielgud era el último que quedaba en pie de la mejor generación de actores británicos del siglo XX, a la que pertenecieron Olivier, Michael Redgrave, Ralph Richardson y Peggy Ashcroft. Sir John, como le decían sus amigos, formó parte de este elenco de estrellas que fueron desde su juventud clásicos del teatro, después maestros de varias generaciones de actores y más tarde leyendas irrepetibles en su arte. �Era el más grande de los actores�, afirmó su biógrafo, Sheridan Morley, quien subrayó que �su vida es exactamente la historia del teatro británico en el último siglo. Con él perdimos no sólo al mejor actor, sino también a un hombre que nos unía con el teatro victoriano del pasado�, puntualizó Morley. 
Nacido en Londres en una familia de actores, Gielgud estudió en la Westminster School y en la Royal Academy of Dramatic Art. Aunque había subido a un escenario con apenas 13 años, Gielgud tuvo que cumplir los 17 para actuar en el famoso Old Vic de Londres, escuela de actores y cuna del drama británico. Aquel día tuvo un pequeño papel en el Enrique V de Shakespeare. Poco después, a los 19, protagonizó Romeo y Julieta en el Regent Theatre. Ya desde entonces demostró unas cualidades incomparables para la interpretación y una enorme versatilidad, lo que le llevó a protagonizar obras tan variadas como La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde, La gaviota, de Anton Chejov, y otras obras modernas como Veteranos de Charles Woods y Home de David Storey.
Desde 1924, intervino en más de 40 films a las órdenes de los mejores directores: Alfred Hitchcock (El agente secreto), Joseph Mankiewicz (Julio César), Orson Welles (Campanadas a medianoche) y Otto Preminger (El factor humano), entre otros. El cine es el que guarda la memoria de la mejor de sus virtudes: una voz y dicción perfectas que imponían a sus papeles una presencia única. Su trabajo fue reconocido con un Oscar en 1981, por su papel como mayordomo de Dudley Moore en Arthur. En 1996 apareció en Hamlet de Kenneth Branagh, y en En busca de Ricardo III, de Al Pacino.
El gran caballero de la interpretación murió de viejo y en paz. Vivía en una elegante casa rural del siglo XVII, donde compartió los últimos 25 años con su compañero, el austríaco Martin Hensler. Siempre se abstuvo de hablar sobre temas homosexuales, tal como se lo requerían a menudo asociaciones gays: creía que un caballero �jamás debía hablar de ciertas cosas�.

 

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