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Un ciudadano paraguayo, de visita en el país, fue víctima de un robo y de un intento de extorsión, delitos cometidos en dos etapas y que tuvieron como responsables a dos suboficiales en actividad de la Policía Federal que fueron detenidos cuando le exigían a la víctima el pago de 3000 pesos en efectivo para devolverle el coche que ellos mismos le habían sustraído el día anterior. La maniobra comenzó a producirse en la tarde del lunes, cuando tres personas �uno de los autores seguía prófugo� interceptaron en la zona sur del conurbano el paso de un automóvil en el que iba Miguel Paredes Flecha, paraguayo oriundo de Ciudad del Este, quien fue despojado el vehículo y de su teléfono celular. Con posterioridad, los asaltantes tomaron contacto con la víctima y lo citaron en una esquina de la Capital Federal, presuntamente para devolverle el auto, pero una vez allí trataron de extorsionarlo, hasta que finalmente los dos policías fueron detenidos por sus propios colegas de la Federal. El suceso comenzó en la esquina de Bragado y Concordia, en Florencio Varela, en jurisdicción de la División Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes. Flecha, que iba en un automóvil Toyota Carola chapa del Paraguay J73258, fue interceptado por tres hombres de civil que se movilizaban en un Fiat Regata. Dos de los asaltantes bajaron del auto y apuntaron al ciudadano extranjero con armas de puño. Le arrebataron el auto y un celular. En ese momento le sugirieron que los llamara al teléfono que le estaban robando, porque su intención era la de restituirle el rodado en �un par de horas�. El contacto telefónico se produjo y Flecha fue citado, en primera instancia, en una esquina de la localidad bonaerense de Bosques, en Florencio Varela. De todos modos, le anticiparon que si quería recuperar el Toyota iba a tener que pagar un rescate de 3000 pesos. La primera cita era a las 15 de ayer, pero con posterioridad hubo un cambio de planes y lo convocaron a una reunión similar, pero en Rivadavia y Río de Janeiro, en el barrio porteño de Caballito. Flecha había hecho la denuncia ante la DDI de Quilmes, que al cambiarse el escenario de la transacción ofrecida por los ladrones tuvo que pedir la intervención de la Policía Federal, a través de una orden emitida por el fiscal de Quilmes Marcelo Javier Goldberg. A las 16 de ayer, la esquina de Rivadavia y Río de Janeiro fue rodeada por personal de civil de la seccional décima, con sede en Muñiz 1250. Hombres de palabra, dos de los extorsionadores se hicieron presentes en el lugar convenido con Flecha, pero en vez de los 3000 pesos, recibieron dos pares de esposas. Conducidos a la comisaría décima, se comprobó que se trataba de dos oficiales en actividad de la comisaría 11ª, que funciona en Díaz Vélez 4633. Junto con la detención de los inculpados se produjo la recuperación del vehículo que había sido robado por los mismos policías, según el reconocimiento que hizo Flecha. La Federal viene de mal en peor en materia de extorsiones. En abril, otros cinco agentes fueron detenidos por exigirle 2000 pesos a un comerciante de Barracas, identificado sólo por su nombre, Desiderio, por razones de seguridad. Le pidieron el dinero para no armarle una causa judicial. En ese caso, el juez de instrucción Carlos Bourel le dictó la prisión preventiva al subcomisario Edgardo Cejas y a otros cuatro efectivos de la comisaría 30ª. Los cinco están acusados por los delitos de privación ilegal de la libertad de Desiderio y por tentativa de extorsión. Están presos en Caseros y podrían ser condenados a una pena de hasta 11 años de prisión.
DECLARARON EL JUEZ DE RUFINO Y SU HIJO FRANCO En el crimen de Rufino todo apunta al entorno íntimo de la adolescente muerta. Ayer prestaron declaración el juez, Carlos Fraticelli, padre de la víctima, y Franco, su hijo adoptivo de 17 años. Los investigadores dejaron saber que las hipótesis sobre el asesinato de Natalia se centran en los hombres de esa familia y señalaron en particular a Franco. Versiones extraoficiales mencionaron una pelea familiar como posible desencadenante del drama.
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