Por Carlos Noriega
Desde Lima
El Perú se ha convertido en un polvorín a punto de estallar. Y una postergación del ballottage presidencial de este domingo 28 de mayo parece la única salida para desactivar la explosiva crisis político-social. En medio de tensas negociaciones y consultas diplomáticas que se prolongaron a lo largo del día, ayer se abrió la posibilidad, según reveló Eduardo Stein, jefe de la misión de observación de la OEA, de que el gobierno de Alberto Fujimori, ante la gravedad de la crisis, acceda a postergar las elecciones.
Si esto ocurre, sería la segunda vez que el régimen cívico-militar de Fujimori retrocede ante las masivas protestas internas y las fuertes presiones externas. En la primera vuelta se vio obligado a detener su programada proclamación como ganador a causa del rechazo que esta intención generó. La asociación local de observación electoral, Transparencia, se pronunció en forma tajante e informó que se abstendría de participar en los comicios del domingo. El jefe de la misión de observadores de la OEA, Eduardo Stein, se reunió ayer con once embajadores de países miembros de la OEA para analizar la crisis peruana y las posibles acciones a tomar.
Las declaraciones del magistrado del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Rómulo Muñoz Arce, de que dicho tribunal electoral podría considerar la postergación de los comicios en función de los resultados del segundo simulacro, seguidas por los pronunciamientos de los presidentes de dos Jurados Electorales Departamentales a favor de una postergación, fueron percibidas en los círculos diplomáticos como señales positivas. En la mañana del martes estas señales se habrían reforzado, según reveló una fuente diplomática a Página/12. El JNE se reunió esa mañana por cerca de tres horas. Aunque oficialmente se informó que se habían limitado a tratar denuncias de irregularidades en la primera vuelta, Página/12 recibió la información de que el tema de una posible postergación habría estado en la mesa de debates.
Según las fuentes diplomáticas consultadas por este diario, una posible salida a la crisis sería declarar el aplazamiento de las elecciones �por razones técnicas� luego del simulacro de votación programado para hoy. Esta sería una forma, señalaron dichas fuentes, de conseguir el aplazamiento y, a la vez lavarle, de alguna manera, la cara al JNE y al propio gobierno al declarar la postergación por fallas en el sistema de cómputo, dejando de lado las denuncias de un fraude en marcha. Las intensas negociaciones diplomáticas de ayer marchaban en ese sentido.
Por su parte, el candidato opositor, Alejandro Toledo, en declaraciones a la prensa extranjera minutos antes de viajar al sur del país para seguir con su campaña a favor de la postergación de las elecciones, aclaró que �el tema de la fecha es irrelevante� y, poniendo énfasis a sus palabras, precisó que �el tema es cambiar las condiciones para que existan unas elecciones transparentes�. Toledo ha sido claro en decir que, si se cambia la fecha, pero no las condiciones del proceso, no aceptaría presentarse en la nueva fecha que se programe. �Cuando la OEA, Transparencia y la Defensoría del Pueblo digan que las condiciones están dadas, entonces participaremos�, precisó.
Toledo aseguró haber recibido nuevas muestras de respaldo internacional que se suman a las de los ocho gobiernos que, según anunció el viernes pasado, le habían dado su apoyo. Destacó el hecho de que había tenido conversaciones recientes con autoridades argentinas. Al mediodía de ayerviajaron a Buenos Aires dos emisarios de Alejandro Toledo para tomar contacto con la dirigencia política argentina. Los enviados de Toledo son el congresista Alfonso Grados Bertorini, quien fuera embajador en Argentina entre 1985 y 1990, y el presidente del Foro Democrático, César Rodríguez Rabanal.
De otra parte, la denuncia del diario El Comercio �que en febrero destapara la falsificación de un millón de firmas para inscribir la candidatura de Fujimori� de una reactivación de las presiones legales para forzar un cambio en el control accionario de este medio y, así, cambiar su línea editorial, se convirtió ayer en un nuevo elemento que agrava la crítica situación que atraviesa el Perú.
LO CULPO POR EL GOLPE PARAGUAYO
El Tío Sam vs. Lino Oviedo
El gobierno norteamericano nunca ocultó su hostilidad hacia Lino Oviedo. Y ese sentimiento parece ser tan poderoso como para respaldar la ola de detenciones que siguió al extraño golpe abortado del jueves. Sobre las 88 personas arrestadas hasta el momento, el encargado de negocios norteamericano en Asunción Stephen McFarlane argumentó ayer que lo importante era que se �respeten sus derechos humanos�. Agregó que había rechazado una solicitud de que Estados Unidos participara de la caza a Oviedo.
Por lo demás, la actitud de McFarlane fue antioviedismo puro. Enfatizó que �la opinión de Estados Unidos es que Lino Oviedo fue responsable del golpe; todo esto de un autogolpe no tiene ni pies ni cabeza�. La base de la teoría son los muy convenientes arrestos tras el golpe. Ayer todavía no se había ejecutado el arresto contra el periodista del pro oviedista ABC Color Hugo Ruiz Olazar, quien sigue recluido en la redacción de su diario. El Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP) advirtió que �existe un riesgo de que esto desemboque en una caza de brujas�. Pero el gobierno podría estar creando el mismo problema que quiere erradicar. Hace unos días ordenó remover al sospechoso Primer Cuerpo de la capital Asunción. Y ayer el titular de esa fuerza Santiago Quiñones admiti¿o que ese cambio �en nada cayó bien� entre sus subordinados.
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