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REPORTAJE A RODRIGUEZ RABANAL, VOCERO DE TOLEDO
�El régimen se juega la vida�

A tres días de la fecha fijada por el gobierno peruano para el ballottage, César Rabanal habla de las irregularidades y del futuro de unas elecciones cuestionadas internacionalmente.

Rabanal es además presidente de Foro Democrático, que nació después del autogolpe de Fujimori.


Por Florencia Grieco

t.gif (862 bytes) �Sabemos que el régimen se juega la vida. Hay numerosos cadáveres en el armario que saldrían a la luz ante el triunfo de las fuerzas democráticas. Por eso la obsesión del gobierno, la negativa a aceptar compromisos, la decisión de no ceder un centímetro�, explicó a Página/12, en Buenos Aires, César Rodríguez Rabanal, vocero del candidato a la presidencia de Perú, Alejandro Toledo, el hombre que puede poner fin a la jugada reeleccionista de Fujimori o bien enfrentar al gobierno a un riesgoso aislamiento internacional. 
�¿Qué posibilidades hay de que el ballottage no se realice ni este domingo (como quiere el gobierno), ni el 18 de junio (como pide Toledo) sino el día 11, con la aprobación de los observadores de la OEA?
�Es una posibilidad, pero hasta ayer la posición del Jurado Nacional de Elecciones, que depende totalmente del gobierno, era de rechazo a cualquier alternativa. En este asunto, el gobierno está contra las cuerdas. Dentro de su lógica rígida, aparentemente sin fisuras, aceptar el aplazamiento de la fecha de las elecciones representaría una severa derrota. Para ellos, negociar es mostrar endeblez. Por otro lado, si insisten en la convocatoria prevista para este domingo, la legitimidad del régimen sería nula.
�Y en caso de que aceptara postergarlo para el 11, ¿entonces sí habría condiciones para realizarlo?
�A nosotros no nos parece que se pueda hacer, porque no se trata sólo del software o de una cuestión técnica sino que hay problemas como el monopolio de la televisión abierta, la guerra sucia en los medios, las irregularidades fraudulentas que han sido denunciadas por observadores independientes y que aún no se han aclarado. Todos estos factores no se reducen a una cuestión puramente técnica, y difícilmente puedan solucionarse en tan poco tiempo.
�¿Hay algún acuerdo entre Toledo y Montesinos para hacer a un lado a Fujimori a cambio de que los servicios de inteligencia no sean molestados?
�No. Eso está totalmente descartado. Sería una terrible contradicción que echaría por tierra la estirpe democrática propuesta por Toledo. Pactar con quienes son los responsables nefastos de crímenes y torturas erosionaría mortalmente nuestra propuesta democrática.
�¿Cuáles son las bases de apoyo de Fujimori y de Toledo en este momento?
�Fujimori se basa en el apoyo que compra a través del reparto de víveres a los más necesitados. El sector que vota por él no es la clase trabajadora sino aquellos grupos que luchan diariamente y de manera desesperada por la supervivencia y que, por lo tanto, son susceptibles de ser chantajeados. El gobierno apela permanentemente al miedo de estos sectores de la población a quedarse sin alimentos, moviliza angustias y resucita el fantasma de la subversión, el regreso de Sendero Luminoso. Entonces, el apoyo a Fujimori se basa, ahora, en los sectores más pobres, en confluencia con grupos de la burguesía peruana que se han beneficiado directamente del régimen o que simpatizan ideológicamente con quien desmanteló los derechos laborales, �limpió� a las fuerzas progresistas, puso a los �cholos� en su lugar. Del otro lado, Toledo lidera las fuerzas democráticas peruanas con una propuesta que está en las antípodas del actual gobierno, que es un gobierno con una visión de la política socialmente descerebrada, con absoluta insensibilidad. Y, en este momento, hay una polarización social marcadísima entre ambos.
�¿Podría haber un quiebre en las Fuerzas Armadas ante esa polarización?
�Yo creo que no debemos descartar esa posibilidad porque las Fuerzas Armadas están controladas por el férreo aparato de inteligencia. Se ha montado un sistema de chantajes, se han ocupado puestos clave de la jerarquía militar con personas muy afines y dependientes de Montesinos. Pero también hay indicios sobre la existencia de grupos dentro de las Fuerzas Armadas muy descontentos con el régimen. Cuando se cometen abusose impera la arbitrariedad, se desplaza a personas que pueden ser un foco potencial de descontento y que podrían convertirse en protagonistas de un posible recambio dentro de las Fuerzas Armadas. 
�¿Qué estrategia piensan adoptar si no se cambia la fecha y Fujimori se hace elegir este domingo?
�Como ocurrió después de la primera vuelta, contamos con la solidaridad internacional, que confluye con la resistencia pacífica y democrática en el Perú. Las fuerzas democráticas han logrado algo con lo que no nos atrevíamos a soñar meses atrás: movilizar a sectores de la sociedad que salen a las calles y protestan sostenidamente, que no aceptan la arbitrariedad y que trabajan para reconstruir la democracia. 
�Pero, ¿qué harían concretamente si Fujimori no cede? 
�Serían elecciones totalmente deslegitimadas, condenadas tanto por la comunidad internacional como por los sectores democráticos peruanos. Se iniciaría un proceso de resistencia democrática pasiva que a la corta o a la larga derribaría a Fujimori, porque la gobernabilidad de un sistema que se instala bajo estas condiciones sería muy precaria.
�En ese caso, ¿hasta dónde podría sostenerse el gobierno en medio de un aislamiento internacional creciente?
�Hay una dinámica que se retroalimenta. La presión internacional va a depender en gran medida de nuestra capacidad para mantener la resistencia pacífica. Sólo la confluencia de ambos factores puede conducirnos a la victoria sobre un régimen que ha instalado un sistema inédito no sólo en Perú sino en la región: una combinación siniestra de manejos abusivos, brutales, con total ausencia de escrúpulos en temas fundamentales como derechos humanos y democracia, más la introducción de un sistema económico descarnadamente ultraliberal, que crea cada vez más desempleo y por lo tanto más dependencia de los sectores más pobres. Sumado a esto, el aislamiento generaría una situación muy complicada para un país pobre como Perú, especialmente si se manifiesta en un boicot comercial.
�¿Qué tipo de contactos hay en este sentido entre Toledo y De la Rúa?
�Existen contactos muy cercanos. Desde Perú seguimos con mucho interés el desarrollo de la política argentina, sobre todo en relación a la estabilización democrática y el fortalecimiento de las instituciones, y creemos que aquí se ha dado un decisivo paso adelante al lograr desterrar al nefasto gobierno de Menem. 
�¿Hay alguna estrategia conjunta en caso de que Fujimori se reelija? 
�Obviamente que en ese caso se trataría de políticas de Estado, de decisiones que no se ventilan abiertamente. Lo que sí sabemos es que el presidente De la Rúa ve con simpatía el advenimiento de las fuerzas democráticas en Perú, y ha expresado sus deseos de que Perú retorne a la comunidad de las democracias latinoamericanas. En ese sentido, no dudamos del apoyo y del aval del gobierno argentino. Y esto es muy importante, porque en Perú no estamos ante elecciones rutinarias. La bisectriz se traza hoy entre la perpetuación en el poder de una dictadura cívicomilitar y las fuerzas democráticas que, tras 10 años, tienen hoy la opción de desplazar del mando a este régimen siniestro. 
�¿Es posible terminar y revertir tantos años de fujimorismo?
�El hecho de que Fujimori haya aceptado la convocatoria a una segunda vuelta electoral lo demuestra. Esto se debió a la confluencia de la movilización social en Perú y a la presión internacional. Si logramos mantener esta ecuación en las próximas semanas y meses, estamos seguros de poder terminar con esto. Meses atrás, Fujimori consideraba estas elecciones como un ejercicio aburrido para legitimar su permanencia en el poder. Ante ese panorama, lo que tenemos hoy es una maravilla. 
�¿Perú está al borde de un estallido? 
�Lo saludable del desarrollo político peruano de los últimos meses es la emergencia de fuerzas democráticas bajo el liderazgo de Toledo, que constituyen una gran esperanza de contener el estallido social y la desintegración política y social del país. No somos ingenuos. Sabemos quese trata de una ardua tarea; pero hoy más que nunca tenemos la opción de empezar a reconstruir las instituciones democráticas. Hay que entender la crisis actual en el sentido de posibilidad de acción, y esto no es mera retórica: los peruanos se han puesto de pie y no aceptan más los abusos. Hemos empezado mitigar el miedo y enfrentar la peor pesadilla de nuestra historia reciente.

 


 

Este chino se autodestruirá en cinco segundos (o seis)

Por Carlos Noriega
Desde Lima

La mecha de la bomba de tiempo del Perú se acorta. Hay dos alternativas: o se apaga a último minuto postergando las elecciones programadas para este domingo 28, o sigue adelante y la situación estalla con su peligrosísima carga de masivas protestas internas y condena internacional. En el gobierno de Alberto Fujimori �de quien en realidad depende la decisión final, aunque formalmente ésta es facultad del Jurado Nacional de Elecciones (JNE)� desde hace dos días se ha comenzado a evaluar la posibilidad de una postergación. Una muestra de que existen dos posturas al interior del fujimorismo, cuyos jerarcas se han declarado en sesión permanente para adoptar una decisión final, que no puede esperar más.
El problema no es solamente la fecha y su posible cambio, sino la modificación de las condiciones actuales del proceso, que no dan garantías de unas elecciones limpias. Y en este punto no hay ninguna señal de rectificación en el fujimorismo. En un mitin realizado ayer en Huaraz, al norte del país, Alejandro Toledo fue enfático: �la fecha no es lo importante, no participaremos mientras no se desmonte el fraude�. Antes de viajar a Huaraz, Toledo se entrevistó en el aeropuerto con el jefe de la misión de observadores de la OEA, Eduardo Stein. En esa reunión privada habrían analizado la posibilidad de que en las próximas horas se oficialice una postergación de los comicios. Y mientras Stein se afanaba en buscar una salida a la crisis, el candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Fujimori, Francisco Tudela, salió a atacar al jefe de la misión de la OEA acusándolo de �haberse salido del manual� de ese organismo al señalar que su misión �no podrá avalar� las elecciones en las actuales circunstancias. 
La OEA ha puesto como requisito que se cambie la fecha, pero a eso debe agregarse una modificación de las actuales condiciones del proceso, que van desde el uso de recursos del Estado a favor del candidato oficial y una apertura de la televisión para el candidato opositor, hasta la implementación de un sistema de cómputo confiable y auditable por la OEA. La Unión Europea se sumó ayer al coro internacional, encabezado por Estados Unidos, que exige la postergación de los comicios. En medio de este aislamiento internacional, Fujimori encontró el brazo extendido del gobierno de Brasil, o por lo menos del de su embajador en el Perú que, sorpresivamente, salió en ayuda del cuestionado presidente peruano. Luego de condecorar a tres ministros del régimen de Fujimori y a uno de sus voceros de campaña, el embajador José Vega Filho señaló que �los pronunciamientos de la OEA no comprometen la posición de cada uno de los países miembros. La democracia tiene formas específicas en cada país�. En contraposición a esta actitud, en círculos diplomáticos se señala que la Argentina sería uno de los países que ha adoptado una posición más firme contra la realización de las elecciones de este domingo.
Después del accidentado mitin que presidió el lunes en Arequipa, Fujimori se ha recluido en el Palacio de Gobierno. Esta actitud ha sido interpretada como un indicio de que el presidente peruano estaría considerando seriamente una postergación de las elecciones. Acorralado, Fujimori estaría dispuesto a dar un paso atrás, pero sólo para después dar dos adelante. La postergación sería una necesidad para tomar oxígeno. Pero si no hay un cambio real de las condiciones del proceso, esa bocanada de oxígeno podría durarle muy poco.

 

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